Bipolaridad tricolor

Partido amistoso/recaudatorio entre Estados Unidos y México, desde Fínics, Arizona | Ximinia

México pasó del infierno al paraíso gracias a una reacción anímica en la segunda parte. En lo futbolístico, las carencias siguen siendo evidentes.

En una especie de "partido de agradecimiento", México y Estados Unidos midieron fuerzas en un encuentro amistoso --aunque en realidad no era más que un juego recaudatorio por parte de la FMF, de esos partidos que sirven para seguir llenando las arcas de dinero--, en donde pasamos del horror a la confusión en tan solo 45 minutos. Un equipo estadounidense que volaba por la cancha y un equipo mexicano que despertó hasta la segunda parte, y que al final cualquiera pudo haber ganado el partido. Más raro, imposible.

La última vez que EUA y México se enfrentaron, los "locales" (EUA) bapulearon a los aztecas casi sin problema alguno, y ahora en otra nueva edición del Clásico concacafquiano, parecía que USA se alzaría con un triunfo más sobre México, pero ahora con goleada incluida, aunque al final el empate fue justo, a secas.

En un juego sin sentido, fuera de fecha FIFA, ambos equipos tratarían de mostrar sus mejores armas en un partido especial para ambos. EUA lo hizo, mostró lo que tenía o lo que puede ofrecer, y sobre todo, mostró de lo que es capaz, pero México... ni cómo ayudarlo.

El equipo mexicano tuvo un primer tiempo terrible, sin idea y sin actitud, donde Estados Unidos se dio vuelo haciendo y deshaciendo la línea defensiva de México; a los 30 minutos, el Tricolor ya perdía merecidamente 2-0, y pudieron haber sido más. México pudo llevarse una goleada apenas en la primera parte.

El nulo futbol mostrado por parte de México fue escalofriantemente preocupante; no tenían la pelota, la perdían, el medio campo nunca existió, y la defensiva estaba completamente anestesiada. En la parte ofensiva, la poca idea, la poca imaginación y la total descordinación hicieron ver a México como en sus peores partidos en la Eliminatoria pasada. Ni siquiera sabían qué hacer cuando el equipo llegaba al área grande, no sabían si centrar, filtrar la pelota, buscar abrir los espacios... No sabían nada, estaban perdidos; no había una idea para atacar, para conducir la pelota, y ni mucho menos para defender.

El equipo se caía a pedazos de manera dramática, ante un equipo que sí sabía a lo que jugaba y que lo hacía muy bien, no como México, que nunca se metió al partido en los primeros 45 minutos. Y no es que estemos haciendo leña del árbol caído, pero lo que vimos hoy es lo que podría ocurrir en el Mundial, ya con el equipo completo.

Por supuesto, estamos hablando de un equipo casi improvisado, un equipo con jugadores que no habían convivido mucho en la cancha, y que no contaba con los titulares que ya todos conocemos. A todo esto, está claro que no puedes prescindir de los "europeos", pues este partido nos dejó muy en claro que los titulares le dan otro nivel al equipo.

Ambos goles de USA se dan por una pésima marcación, y un buen ataque norteamericano. Pero para la segunda parte, las cosas se invertirían drástica y sorpresivamente.

El segundo tiempo fue otra cosa. Prácticamente vimos a otro equipo mexicano, un conjunto verde con más arrojo y más tirado al frente, pero sobre todo con más actitud y con mucha pero mucha más personalidad. Más que en futbol, fue en lo anímico y en lo emocional donde México recuperó terreno, me parece que el golpe moral los despertó para los últimos 45 minutos. Los cambios ayudaron, pero era evidente que el equipo había comenzado el juego con la cabeza en otra parte.

En la parte complementaria, un gol de Rafael Márquez y uno de Alan Pulido, pusieron 2-2 el partido, un marcador definitivo. México se veía mejor, era más agresivo y controlaba el partido, ahora ya llegaba por las bandas, pero al final, el juego comenzó a equilibrarse y llegó un momento en que cualquiera podría hacer el gol de la victoria, pero nunca llegó.

Acerca de Marco Fabián y otros que quieren subirse al barco llamado "Tritanic", dejaron mucho que desear. Brizuela, Fabián, Peña, Valenzuela, etc., ni aparecieron, y ni qué decir de Zavala, que dio un partido para el olvido. Está claro que allí hay varios que no tienen nada que hacer en el equipo, y solo es cuestión de tiempo para que salgan por la puerta de atrás.

Espantoso el rendimiento en la primera parte, y aceptable la segunda mitad. Un equipo mexicano que todavía no sabe a ciencia cierta cuál es su verdadero nivel; contra Nigeria, con equipo completo, un empate nos dejó con más dudas que nada, y contra EUA, con equipo de la liga local, vimos a un Tricolor bipolar que no supo cómo responder ante los embates del rival sino hasta la segunda mitad, cuando lo ideal sería, primero, jugar bien los 90 minutos, y segundo, si vas a ser bapuleado como contra EUA, entonces saber responder en ese mismo instante, porque no sé cómo le podría hacer Herrera si la misma situación se presenta en el Mundial (o en los próximos amistosos) pero a la inversa: jugar de gran manera la primera parte, y dar tu peor partido en la segunda mitad.

La realidad es que el destino de México en el Mundial dependerá de los rivales, y no tanto de la desconcida capacidad del cuadro mexicano, porque que no se nos olvide que la Selección Mexicana sigue siendo un equipo sin pies ni cabeza, y lo peor de todo, un equipo que no sabe a lo qué juega y cuál es su verdadero nivel, su verdadero alcance.



Foto | Getty Images


Bipolaridad tricolor Bipolaridad tricolor Reviewed by José L. Bravo on 8:41 p.m. Rating: 5

2 comentarios:

  1. En el primer tiempo parecia que era un equipo amateur (Mexico) contra el atlas (Estados Unidos).

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