La tumba falsa

Alex, La naranja mecánica, personaje parecido al padre de La tumba falsa, canción de Los Tigres del Norte | Ximinia

Una tumba o lápida marca ACME - Análisis de la letra de la canción La tumba falsa de Los Tigres del Norte | Ximinia

"Y en esa tumba falsa quedaron enterrados toditos los recuerdos de tu maldito amor..."

Los Tigres del Norte es el grupo de música norteña/grupera (o regional mexicano o como se le llame a la música que se hace en México), más popular, importante e idolatrado del país. Fueron de los primeros grupos en alcanzar la fama en dicho género y desde entonces han sacado discos tras discos con éxitos rotundos, aportando grandes clásicos a la música nacional, convirtiéndose así en referentes de la música norteña. Asimismo, Los Tigres del Norte han influenciado a otros grupos que también forman parte del llamado regional mexicano.

Y a pesar de que Los Tigres del Norte no cantan, a pesar de que componen de manera tosca y sutil, sus canciones, muy populacheras, se han impregnado en la cultura del mexicano (que escucha cualquier cosa que le suene a música). De los tantos temas que se han vuelto clásicos, Los Tigres del Norte tienen una joya que se ha vuelto referente, no sólo de la agrupación, sino de la música norteña en general: "La tumba falsa".

Este tema es todo un hito en la carrera de Los Tigres del Norte. Es tan famosa como "La puerta negra", "Contrabando y traición" o "El jefe de jefes", canciones que cualquier mexinaco se sabe de memoria. De verdad; el mexicano sabe más sobre las canciones de Los Tigres del Norte que de los aztecas.

Pues déjenme decirles que esta canción es espeluznante, y no me refiero a la obra musical como tal (que también es espeluznante), sino a la historia que dicha canción nos plantea. Básicamente, se trata de una canción que habla sobre un padre con problemas psiquiátricos. Se trata de una canción que, sin ningún problema, podría ser una de las tantas historias truculentas que se hayan en la revista El Alarma.

Hace poco la escuché detenidamente y, después de analizarla, quedé aterrorizado. Pero ahondemos más para saber por qué ésta canción hace apología de la demencia.

Antes de comenzar con este épico análisis --un análisis tan polémico y controversial que podría acabar con la carrera de ésta agrupación--, echemos un vistazo a la letra de "La tumba falsa":

Cuando te fuiste, mis hijos preguntaron: ¿adónde está mamá?
Ni modo de decirles que tú me traicionabas, así que una tragedia
les tuve que inventar.

¿Qué crees que hice? Les dije que moriste, y los llevé al panteón.
Y en una tumba falsa, donde grabé tu nombre, aún le llevan flores
a la que los dejó.

Y en esa tumba falsa quedaron enterrados toditos los recuerdos
de tu maldito amor.

Ahora que volviste, ¿qué quieres que les diga? Ni modo que reviva a la que se murió.

El más pequeño, ayer besó tu foto y preguntó por ti.
Miré que la besaba y me llené de celos, pues tú no te
mereces que te quieran así.

Y en esa tumba falsa quedaron enterrados toditos los recuerdos
de tu maldito amor.

Ahora que volviste, ¿qué quieres que les diga? Ni modo que reviva a la que se murió.

Cualquier persona mentalmente sana debería de darse cuenta rápidamente que hay algo raro en ésta letra. Analizémosla detenidamente para desarrolar la terrorífica conclusión.

La historia (que parece estar contada en una cantina) habla de un hombre que sufre una infidelidad por parte de su pareja --ella le puso los cuernos con otro(s)--. La ex esposa regresa (por sus hijos, seguramente), y el hombre le cuenta las "peripecias" que tuvo que vivir durante su ausencia. Sobra decir que la canción está escrita con las patas; es una canción donde abundan las incoherencias y los sinsentidos.

Análisis de la canción La tumba falsa de Los Tigres el Norte | Ximinia
Los Rolling Stones mexicanos.

Evidentemente, él y ella ya habían formado una familia, que claramente se trata de una familia disfuncional, y enseguida veremos por qué.

La familia tiene hijos --no dicen cuántos, así que yo imagino que son tres, y ya creciditos, porque ya tienen la capacidad de preguntar por su mamá--. Aparentemente la madre quiso buscar en otra parte, en otros brazos, lo que no encontraba con su marido (o simplemente era una calenturienta. No sabemos). Entonces sucede algo que el esposo llama "traición", es decir, ella encuentra otro hombre y se va con él; abandona al marido y a los hijos y sella su sentencia de muerte.

Y es aquí donde comienza la historia... de terror. La primera parte de la canción dice así (¡¡Súbele, súbele, compadre!! ¡¡Cómo diceee!!):

Cuando te fuiste, mis hijos preguntaron: ¿adónde está mamá?
Ni modo de decirles que tú me traicionabas, así que una tragedia
les tuve que inventar.

Ya desde un principio se nota que la única novela que Los Tigres del Norte han leído ha sido el TVyNovelas. La letra comienza con un sinsentido monumental: los hijos preguntan por su madre --que al parecer sólo han transcurrido algunos días después de su huida--, pero el padre, en lugar de decirles la verdad (que su madre se fue con otro hombre) y explicarles cómo y por qué suceden esas cosas, ¿qué hace?, en un ataque de esquizofrenia, ¡¡les dice que su madre murió!! Porque según el "razonamiento" del padre, decirle a sus hijos que su madre ha muerto, en lugar de decirle que los abandonó, es menos doloroso y traumante (!!!).

"No, si les digo que su madre se fue con otro hombre y quizás nunca más la vuelvan a ver, quedarán en shock; podría ser una noticia que jamás puedan superar, además, los pondría terriblemente tristes y no querrán verla nunca más, y nunca la perdonarían por cometer un acto tan inhumano... Así que mejor, para que no carguen con la infidelidad de su madre (y, sobre todo, con mi dolor como esposo traicionado), les diré que se murió. Ah, qué buen padre soy."

Rafael Amaya y Alejandra, actores de la narcoserie El señor de los cielos | Ximinia
Así lucía la pareja antes de la traición de la esposa.

Sólo un psicópata llegaría a la conclusión de que inventarle una tragedia a los hijos, para que no se enteren de que fuiste traicionado y que su madre era una mujer mala y sin sentimientos, es lo mejor para ellos; dizque para "protegerlos". ¡Hazme el chingado favor! Ni un integrante de Los Zetas haría tal cosa --bueno, quizás mandaría a matar a la esposa, ¡pero antes no les diría a sus hijos que su madre murió, cuando en realidad se fue con otro!--.

Y viene lo peor. La parte donde dice "Ni modo de decirle que tú me traicionabas, así que una tragedia les tuve que inventar", nos demuestra que el padre tiene serios problemas de egocentrismo. Estamos ante un personaje terriblemente ególatra, altamente egoísta y completamente demencial; sus hijos les vale madres, él es el único importante, por eso, para protegerse a sí mismo, inventa una tragedia, ¿por qué? Pues ni modo de decirle a sus hijos que su esposa lo traicionó a él y sólo a él, ¿verdad? ¿Se imaginan si los hijos se enteraran de que su papá fue traicionado? ¡Qué horror, ¿verdad?!... La personalidad de éste tipo es aterradora. Tan sólo la forma en que utiliza la palabra "traición" para ponerse como víctima y justificar una abominable mentira, es más que suficiente para darnos cuenta de que el pobre padre necesita atención psiquiátrica, ¡pero urgente!

Y esto es otra cosa que también resulta incoherente: ¿los hijos son demasiados pequeños como para percatarse de que su madre los abandonó o son bastante estúpidos como para creerse lo que su padre les dice? O sea, el padre les confiesa que su madre ha muerto, pero ¿después de cuánto tiempo? ¡¡¡¿El adorado padre esperó hasta que sus hijos preguntaran por su madre para decirles que ésta falleció?!!! Y sí aún así los hijos le creyeron tremenda mentira, entonces los hijos son unos descerebrados.

Los hijos preguntan por su mamá, y después de recibir la noticia del fallecimiento de ésta, ni siquiera preguntan por qué su padre no les había informado. Ni se molestan, ni se aterrorizan ante la escalofriante noticia de su progenitor, que, a todas luces, está más loco que una vaca con el mal de la vaca loca. Al parecer, los hijos ya estaban acostumbrados a las locuras de su padre. ¡Pero qué clase de familia es ésta! Ya ni en Los Locos Adams suceden estas cosas.

Además, si voy a inventar una tragedia (producto de mi desorden mental), tendré primero que planearla muy bien. Entonces, en este caso, voy con mis hijos y les digo, justo después de enterarme de su abandono, que su madre murió, ¡y no espero a que ellos vengan a mí y me pregunten dónde demonios está su mamá! Además de enfermo mental, idiota. Este padre es todo un personaje; ni a Tarantino se le hubiera ocurrido crear un personaje con tales características.

Ahora, ¿cómo murió la madre? Quien sabe. A los idiotas de Los Tigres del Norte ya no les alcanzó la perversa imaginación para escribir unas dos líneas más y narrar la trágica muerte de la madre. Bien, ante esta falta de información, asumimos que los hijos tampoco preguntaron cómo murió su madre, ya que si no preguntaron por qué su padre no les dijo que su madre había fallecido desde el primer momento, menos iban a preguntar las causas de su muerte. Recordemos que los hijos padecen de sus facultades mentales.

Pero supongamos que el enfermo padre decide contar las causas de la muerte de su traidora esposa, ¿qué clase de estupidez inventaría? Como estamos dentro de una historia totalmente disparatada (casi, casi una historia bíblica, aunque ni en la Biblia he leído historias similares, y eso que en la Biblia uno encuentra cada cosa...), la forma en que la madre muere debería de ser también algo asquerosamente inverosímil.

Cara de troll, rage comic | Ximinia
"Ya les dije que su madre murió, no sé para qué quieren que los lleve a visitar su tumba."

"Papá, ¿cómo es que nuestra madre murió? ¿Sufrió un accidente? ¿Alguien la mató?", preguntan los hijos con los ojos llorosos e incrédulos ante la muerte de su amada madre. El padre, con los ojos desorbitados, responde: "Hijos, no tenía pensado decirles cómo murió su madre, pero ya que preguntan, me veo en la obligación de hacerlo. Siéntense y escuchen con atención esta breve pero triste historia donde se cuenta la trágica muerte de su querida madre:

Era la mañana del 15 de abril del presente año. Lo recuerdo muy bien porque era una mañana como ninguna otra. Era una mañana clara, fresca y hermosamente brillante; el coqueto cielo se encontraba despejado y se podía apreciar en todo su esplendor; no podía quitar la mirada de ese azul cada vez más profundo; me había hipnotizado con sus cálidos rayos UV que caían como cascadas sobre mi terso rostro. Las aves, con sus cánticos, adornaban ese idílico momento, y el vaivén del delicado viento, que rebotaba en todo mi cuerpo, complementaban aquel majestuoso día, el cual yo deseaba que nunca terminara.

Conforme avanzaban los minutos, el sol era cada vez más abrasador; así que tuve que alejar la vista del cielo porque los ojos se me estaban cociendo. Aquella hermosa, inocente e inofensiva mañana, se había vuelto despiadadamente calurosa, lo que me obligó a comenzar mi día de labores.

Mientras yo terminaba de disfrutar aquel memorable y surrealista contacto con la naturaleza, escuché a lo lejos una tenue voz monoaural que recitaba lo siguiente: '¡Compramos motores, transmisiones, botes de aluminio; aluminio, radiadores, cobre, botes, baterías que no sirvan!'. Era el carro que compra cacharros y que, para anunciarse eficazmente, utiliza un versado anuncio compuesto de adjetivos, un anuncio sutil pero, aparentemente, efectivo. Y, luego de oír tan contundente y directa proclamación, me pregunté a mí mismo: '¿Quién querría vender baterías que sí sirvan?'. Me lo pregunté porque el mensaje parece dar a entender que la gente, a veces, les intenta vender baterías funcionales.

Estaba solo; no había quien pudiera interrumpirme y responder esporádica e irónicamente a tal cuestionamiento. La banal pregunta se quedó sin respuesta. Rápidamente en mi cabeza las preguntas sin sentido desaparecieron, dando paso a la realidad, la cual me hizo saber que estaba perdiendo el tiempo con preguntas vacías para mis adentros. Entonces regresé a la casa para desayunar e irme a trabajar.

Entré a la cocina esperando encontrar la figura de su madre haciendo como que cocina. No me topé con ella. En su lugar, enfrente de mí aparece la mesa llena de platos, vasos, cucharas, y demás objetos propios de la cocina, todos ellos desordenados y haciendo de la mesa un potrero en miniatura. El lavabo, al igual que la mesa, era un desastre. Al lado, el microondas (casi una reliquia) expedía un tufo a mantequilla rancia. Mientras más me acercaba, más insoportable era. En el piso, manchas de café, leche (líquida y en polvo) y migajas de pan conviven como si de una feria se tratase. En la esquina, una maltratada escoba le hace compañía a un seco trapeador, mientras que al lado yace una cubeta llena de agua con espuma, esperando a que el trapeador sea sumergido en ella.

La cocina, pues, estaba sorprendentemente sucia. La encargada de evitar aquella bochornosa imagen, era su mamá, quien no se encontraba desde hace un buen rato. Salí a buscarla y a cuestionarla sobre el estado de la cocina. No la encontré. Fui al patio, y no estaba. Fui al lavadero, que se encuentra detrás del patio, y tampoco la hallé. Me dirigí a la entrada de la casa, donde ella tiene algunas hierbas que ella insiste en llamar flores, y tampoco estaba allí.

Salí a la calle a ver si me topaba con ella, pues pensé que quizás estaría tirando la basura, o levantándola, ya que los perros de la colonia siempre la tiran. '¿Por qué los perros tiran la basura?', me pregunté a mí mismo, y sin titubiar, di con la respuesta: 'los perros no tiran la basura deliberadamente, ellos simplemente...', y antes de que yo terminara de responderme, aparece, casi de manera fantasmal, doña Noelia, la vecina que hace poco llegó a vivir a dos calles de nuestra casa. Es una mujer de baja estatura --les diría un aproximado, pero no soy bueno con las estaturas de las personas--, tiene cabello negro caoba, cara redonda, boca grande y labios delgados. Aunque no es obesa, dos chuscas longas le recorren el cuerpo y hacen juego con sus anchos muslos. Con la edad sí soy bueno, así que calculo que ronda entre los 40 y 49 años de edad. Ese día, doña Noelia portaba una blusa blanca con rayas negras horizontales, una falda negra ajustada que la hacían lucir más llenita de lo normal, y llevaba en las manos una pesada bolsa negra, y aunque me esforcé por ver qué contenía dicha bolsa de plástico, nunca pude ver su contenido."

"Papá, ¿qué tiene que ver todo eso que nos cuentas con la muerte de nuestra mamá?", pregunta alteradamente el hijo mayor, y el padre responde: "Hijo, es importante todo lo que les estoy contando para que puedan comprender mejor el lamentable fallecimiento de su madre. Así que pongan atención."

"Les decía, pues, que me encontré con doña Noelia. Me dirigí hacia su persona, y le dije:'Buenos días, doña Noelia', fue un saludo desinteresado para comenzar una vaga conversación. Durante nuestro breve intercambio de palabras, un perro pasa a lado nuestro velozmente; huía con gran urgencia debido a que llevaba consigo un pequeño pollo que había cazado en alguna parte. Nuestras miradas curiosas siguieron al fugaz canino, quien metros adelante dobló a la izquierda para perderse de nuestra vista. '¿Por qué hay tanto perro sin dueño?', preguntó ella, y ágilmente le respondí: 'Es que los perros son como las personas...', y antes de terminar con tan subversivo comentario, recordé que andaba buscando a mi esposa, así que preocupadamente le pregunté a doña Noelia si la había visto, y ella respondió: 'Sí, desde muy temprano la vi pasar por mi casa, creo que iba por las tortillas, porque no hay otra razón para salir tan temprano y menos hacia esa dirección, ¿verdad? Eso sí, la vi muy pensativa; su mirada seguía el compás de sus pasos, y sólo volteaba para ver si algún perro no andaba merodeando, ya que algunos perros por aquí son peligrosos'.

Fue entonces que seguí la ruta que su madre siempre recorría cada vez que iba por las tortillas. Mientras más avanzaba, más tenso me ponía. Algo dentro de mí decía que las cosas no estaban bien. Algo dentro de mí sabía que mi adorada esposa estaba en problemas. Lo primero que se me vino a la mente fue que quizás se le olvidó la cartera en casa y no tenía con que pagar las tortillas, así que tuvo que ir hasta la tienda de doña Manuela, el único lugar de toda la colonia donde le dan fiado. Eso me calmó un poco, ya que creí que su madre solamente estaba luchando por las tortillas, mas no por su vida.

Niños, esto es muy difícil de contar... unos metros adelante de la torillería, lugar que su madre frecuentaba todos los días, una decena de policías ocupaban el insípido lugar. Era su madre a quien las autoridades habían hallado a lado de la carretera. Uno de los oficiales me dio la terrible noticia.

Entonces, el caso había sido resuelto; el misterio de la desaparición de su mamá había llegado a su fin. Esto fue lo que sucedió:

Su madre fue por las tortillas, y en el camino, se encontró con una medusa alienígena, y debido al tremendo impacto de toparse cara a cara con este extraño ser, le dio un infarto. Algo parecido a lo que le sucedió a Mariana Levy, nada más que a su madre no intentaron asaltarla, y aunque lo hubieran hecho, ella sólo llevaba para las tortillas, así que no le hubieran robado mucho". Y los hijos, con evidentes problemas de credulidad, le creen, y luego preguntan: "Pero, ¿por qué tardaste tanto en decirnos?", sí, los hijos hacen uso de su limitado raciocinio y cuestionan al desorientado padre, y éste les responde: "Verán, niños, lo que pasa es que no me enteré de la muerte de su madre hasta tres días después, cuando hallaron su cuerpo a las orillas de la carretera, casi en enfrente de Tortillería y Abarrotes Doña Hortensia, y si no me alarmé por su desaparición fue porque pensé que se había ido con otro, pero lamentablemente había fallecido". Y los hijos, al escuchar el relato tan convincente, le creyeron; abrazaron al padre y lloran juntos --bueno, el padre tuvo que fingir que lloraba, porque el muy chiflado no estaba triste, sino furioso--.

En pocas palabras, el padre pudo haberles dicho que una paloma se folló a su madre y que juntos se elevaron a los cielos, pero antes de salir de la atmósfera cayeron estrepitosamente debido a la fuerza de atracción de la Tierra. Digo, si los hijos se creen cualquier tarugada...

Con esta primera parte es más que suficiente para alejar a nuestros hijos de esta canción y probablemente de todo el género norteño (aunque de todos deberíamos hacerlo para que la psique de nuestros hijos se alimente con música de verdad). Pero tenemos que analizar el resto de esta infame canción para desentrañar los mensajes oscuros que esta contiene.

La terrorífica canción continúa de la siguiente manera (¡¡Súbale otra vez, compa'!! ¡¡Oi' nomás!!):

¿Qué crees que hice? Les dije que moriste, y los llevé al panteón.
Y en una tumba falsa, donde grabé tu nombre, aún le llevan flores
a la que los dejó.

No, no es un extracto de unas de las novelas de Stephen King, es "La tumba falsa" de Los Tigres del Norte.

En esta segunda parte aparecen más indicios de que el padre ha perdido la razón (más todavía). Comienza diciendo: "¿Qué crees que hice?". Efectivamente, el adolorido esposo, con una actitud retadora, le echa en cara a su ex lo que le dijo a sus hijos sobre su desaparición, y cual loco de remate, le cuenta a su ex esposa cómo utilizó a sus hijos, cómo los engañó y cómo los traicionó, todo para darle un escarmiento a la desgraciada que se fue con otro y los abandonó: "...Les dije que moriste, y los llevé al panteón". Con esta dramática revelación, el padre se vanagloria y se dedica a disfrutar de la reacción de sorpresa, incredulidad, horror, dolor y desesperación de la madre. Al fin y al cabo, la tragedia que le inventó a sus hijos fue para hacerla sufrir y hacerle pagar la humillante traición, ¿no? (!).

"¡Y si les dije que moriste fue porque te lo merecías, perra adúltera!", remata el enfurecido pero a la vez satisfecho ex esposo, quien ni se inmuta al ver la devastación de su esposa. Si no se tentó el corazón para engañar a sus hijos, menos se iba a compadecer de la traicionera más grande del mundo, su ex esposa.

¡Pero hay más! Aquí nos damos cuenta de algo que no sabíamos: inmediatamente después de decirle a sus hijos que su madre había perdido la vida durante un encuentro cercano del tercer tipo, los lleva al panteón adonde ella se encuentra sepultada... Es decir, éste hombre ¡¡¡ENTERRÓ A SU ESPOSA SIN AVISARLE A SUS HIJOS!!!; "hijos, su madre falleció, y para probarlo, los llevaré a visitar su tumba. Ah, sí, la enterré un día después de que la hallaran desparramada en la carretera". ¡¿Cómo?! ¿Ya había enterrado a la esposa y los hijos ni enterados estaban? ¡Me quiero volver chango como Álvaro Cueva! Esta clase de acciones demenciales no las vemos ni en La naranja mecánica.

Engaña a sus hijos sobre la desaparición repentina de su madre y además le da entierro sin decirle a nadie; la única persona que asistió al funeral fue él; seguramente quería privacidad a la hora de grabar en la lápida el nombre de su esposa.

Alex, personaje de La naranja mecanica, muy parecido al personaje de La Tumba falsa, cancion de Los Tigres del Norte | Ximinia
"Sufre, traidora... sufre. Siente lo que yo sentí cuando me traicionaste. Siéntelo en lo más profundo de tu despreciable ser. Sufre... y verás que todo lo que hice tiene sentido."

Tanto primitivismo da náuseas, pero tenemos que continuar porque esta historia de la Edad de Piedra aún tiene mucho que ofrecernos. Cierre las demás pestañas de su navegador y continúe con nosotros.

Y como estocada final, el rencoroso pero amoroso esposo, culmina su venganza diciéndole: "Y en una tumba falsa, donde grabé tu nombre, aún le llevan flores a la que los dejó". El despiadado hombre, completamente fuera de sí, todavía le restriega en la cara el hecho de que sus hijos retrasados se creyeron tremenda estupidez, y además agrega la frase "...a la que los dejó", como diciendo que ella ni muerta se merece la atención de sus hijos. Y nuevamente los hijos sacan a relucir su falta de materia gris, ya que los muy tarados le llevan flores a una tumba,sí, adivinó usted bien, falsa. Ni siquiera les importó la muerte tan extraña y, sobre todo, extraordinaria muerte de su madre, a quien además ni siquiera pudieron darle el último adiós, ya que su padre nunca les avisó del funeral. Bola de ignorantes; hasta María Montessori los agarraría a patadas. Y es que tanta pendejez es insoportable.

Los hijos, ¿cuántos años tienen? Recuerden que estamos dando por hecho que se trata de tres hermanos --digamos que dos niños y una niña; el hermano mayor, la hermana mediana y el niño menor (que éste último más adelante hará una notable aparición en esta elocuente historia)--, todos ellos educados bajo un enorme manto de pensamiento mágico. Supongamos que el más grande tiene 12 años, la menor 8 y el más chico tiene 5 años. A éstas edades no pueden ser tan estúpidos, sobre todo el mayor, quien debería de ser el más escéptico, pero, al parecer, es el más idiota de todos.

La historia de estos niños con déficit de atención, me recuerda a la película La vida es bella, de Roberto Benigni, donde el padre le hace creer a su pequeño hijo que están de vacaciones en una especie de Dineylandia judío, cuando en realidad se encuentran en un campo de exterminio nazi, pero el estúpido del niño se lo cree; porque además no es un niño de un año de edad, ya está grandecito como para entender que en el lugar se respira un aire siniestro.

Pero no nos desviemos del tema y mejor terminemos con el análisis kantiano de esta canción que ni al mismo Marqués de Sade se le pudo haber ocurrido.

Esta fantástica historia continúa así: éste hombre de familia, de una moral inquebrantable, le dice a su traicionera esposa: "Y en esa tumba falsa quedaron enterrados toditos los recuerdos de tu maldito amor". Aquí claramente el hombre revela los motivos del porqué le inventó una tragedia a sus hijos, aunque desde un principio lo sabíamos: le dolió tanto la infidelidad, que hasta le deseó la muerte a su esposa, y como no quería matarla de verdad (porque él no llegaría a esos extremos; ni que estuviera loco, ¿verdad?), la mató en vida; y sólo así, arrancándola completamente de su vida, aunque ello signifique abusar psicológica, emocional y moralmente de sus hijos, podría sanar el dolor tan grande que ella le causó con su partida --aunque a mí me parece que lo que más le dolió fue el hecho de haber sido engañado por su/una mujer, el hecho de que su hombría fuese mutilada y el hecho de que tuvo que tragarse su machismo, que él se empeña en llamar "traición"--.

El señor, carente de valores y de moral, tiene el derecho a sentirse traicionado, pero, no mames, dañar psicológicamente a tus hijos haciéndoles creer que su madre murió sólo para sentirte bien contigo mismo y apaciguar tu dolor, es una idiotez. Sanas tu dolor pero mientras tanto tus hijos sufrirán la pérdida de su madre que ni idea tenían de que era una infiel.

Pero si creían que éste déspota había dejado en claro que necesita una camisa de fuerza y una fuerte dosis de medicamentos, están equivocados. El hombre, que ya no sabemos si todavía recuerda que tiene hijos, continúa atormentando a su ex pareja, quien se retuerce en el suelo vomitando debido a la insoportable noticia de que sus hijos la creen muerta: "Ahora que volviste, ¿qué quieres que les diga? Ni modo que reviva a la que se murió". Así o más cínico (y sarcástico).

El ahora tirano, se revuelca de felicidad entre la desgracia de su ex pareja, quien, al parecer, fue a pedirle a su ex esposo que le dejase ver a sus hijos, pero el ex esposo apache se niega, y, bastante irónico él, le recuerda que él ya los traumó lo suficiente, ya que como sus hijos creen que ella pasó a mejor vida, el decirle que su madre en realidad no está muerta, ahora sí sería demasiado traumante... ¿A poco no es un adorado? Ahora resulta que los psicópatas saben identificar entre lo que está bien y lo que está mal. El hombre que gusta de inventar fábulas, cree que hizo bien en mentirle a sus hijos, y de manera rotunda se niega a decirles que los engañó y que todo fue un "plan maquiavélico"; se niega a confesar que el invento de la tragedia fue sólo para saciar su sed de venganza, y que le valió madres los sentimientos de sus hijos.

Uno podría pensar que éste hombre tan recto, herido por la "traición" de una mujer sin escrúpulos, ya se ha desahogado por completo al decirle que para él y sus hijos ella ya está muerta. ¡Pues no! Nuestro delirante amigo aún tiene mucho que decir, inventar y, sobre todo, mucho que destruir. Ponga atención al siguiente relato, que no es otra cosa que los desvaríos de un hombre desquiciado:

El más pequeño, ayer besó tu foto y preguntó por ti.
Miré que la besaba y me llené de celos, pues tú no te
mereces que te quieran así.

Nuevamente las incoherencias hacen acto de presencia. ¿Que no se supone que el padre ya les había dicho que su madre murió? Entonces, ¿por qué el más idiota, digo, el más pequeño pregunta por su mamá? ¿O es que acaso el más pequeño nunca conoció a su mamá porque aún era un bebé cuando ésta huyó con un hombre sin problemas mentales? Sí, eso ha de ser; entonces, ¿ahora el estúpido soy yo?

Pero lo que sigue a continuación es la parte más enfermiza de la historia. El padre, con una inigualable elocuencia, dice: "...Miré que la besaba (la foto de su madre [el psicópata no destruyó ningún retrato porque pensó que sería sospechoso]) y me llené de celos, pues tú no te mereces que te quieran así". Veamos, el padre, en un momento de sentimientos retorcidos encontrados, siente celos al ver a su hijo más pequeño besar la foto de su madre, a quien seguramente desea conocer y saber sobre ella, ¿y cuál es la reacción del padre?, ¡se llena de celos! ¡Y seguramente también de rabia y de furia! No, esa escena de su hijo besando la foto de su madre no lo conmovió en lo más mínimo, ni lo enterneció ni nada por el estilo. En lugar de sentir tristeza, agobio, remordimiento y, sobre todo, CULPA, ¡¡¡al padre le da un ataque de celos!!! Y además lo dice de forma tan natural... que pareciera que, en lugar de su hijo, al que encontró fue a su compadre que se estaba pajeando con la foto de su comadre fallecida. ¡No me jodas! Ni en la serie Criminal minds vemos esta clase de conductas.

Jack Nicholson en la película El Resplandor, personaje parecido al de la canción La tumba falsa, de Los Tigres del Norte | Ximinia
¡Otra vez está besando la foto de su madre...! ¡¡Ella no se lo merece!! ¡¡¡No se lo merece!!!

Ah, pero se justifica diciendo: "...pues tú no te mereces que te quieran así". ¡Pero si tu hijos no saben nada de lo que su madre hizo, animal! Y además, ¿de dónde demonios sacó la idea de que mentirle a sus hijos era la mejor manera para continuar con sus vidas? ¿Y qué culpa tienen los hijos de la traición de su madre? Porque el papá, quien cree que hizo lo más prudente al ocultarle la verdad a sus hijos, en realidad también los arrastra terriblemente cuando intenta darle su merecido a la traicionera que los dejó. ¿Y cómo sabía el padre que los hijos no iban a perdonar a su madre?

Pero este hogareño y simpático padre siempre seguirá creyendo que lo que hizo fue por el bien de él, nadie más que él, y sus hijos; porque hacer sufrir a la esposa por una infidelidad y un abandono, y engañar a los hijos haciéndoles creer que su madre ha muerto, es hacer lo correcto. ¿O qué otra cosa iba a hacer una persona con trastornos mentales?

Es así como llegamos a la horripilante conclusión de que esta canción llamada "La tumba falsa" es una oda a la moral de la Edad de Bronce. Un disparate. Una historia absurda y completamente retorcida. Un sinsentido de principio a fin. Es una canción que intenta persuadir, conmover y cautivar emocionalmente a los oyentes con una historia retorcida, un relato que lo único que hace es describir las alucinantes decisiones de un hombre con mentalidad primitiva, quien ante el abandono de su esposa, pierde literalmente la razón, el juicio y confabula toda una tragedia, un engaño, una mentira, con la única finalidad de que sus hijos "recuerden a su madre con cariño y no con odio y repulsión", pero sobre todo, para evitar a toda costa que la traición de su ex esposa quede impune y pueda él salvar su orgullo y dignidad (de macho). Claro, porque él llega a la conclusión de que lo que ella hizo es peor que engañar a los hijos diciéndoles que su madre murió, y además mentirle en sus caras todos los días de sus vidas.

Qué bonita canción. Sin duda, estamos ante un tema muy realista, tierno, y sobre todo, ejemplar. Porque el padre se sacrifica por sus hijos al cargar con una dolorosa mentira por el resto de sus días. Pudo haberles dicho la verdad a sus hijos; decirle que su madre decidió irse por motivos qué él desconoce, pero que entiende. Y listo, no pasa nada; por lo menos los hijos tendrán la oportunidad de decidir si la perdonan o no.

Ah, pero no, el destornillado padre decide inventar otra cosa porque seguramente escuchó voces en su cabeza que le decían qué hacer, y decidió hacerle caso a sus desvaríos porque creyó que eran las decisiones más correctas.

¿En qué estaban pensando Los Tigres del Norte cuando escribieron esta canción? O mejor dicho, ¿estaban pensando Los Tigres del Norte cuando escribían este incivilizado relato?




La tumba falsa La tumba falsa Reviewed by José L. Bravo on 7:53 p.m. Rating: 5

8 comentarios:

  1. Mira que bien, yo acá analizando “Bohemian Rapsody”, “Stairway to Heaven” y la rola del osito Gominola y solo llevo 2 renglones. Mientras tú, de ese bodrio has hecho un guion cinematográfico. Soy tu fansss.
    Nunca entendí el porqué de su popularidad, no tienen voz, música repetitiva, personalidad teletonesca y…. Ah espera… ok, ya entendí el porqué. xD

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    1. De repente se me vino a la cabeza una idea para hacer una peli con este argumento.

      Los protagonistas son Nicolas Cage y Naomi Watts. La escena cumbre es cuando él le confiesa lo que le dijo sobre su abandono. Ella se horroriza ante las palabras de su exmarido, y él, con la típica actuación de Cage, trata de hacer que sus acciones tuvieron sentido.

      XD

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    2. Por cierto, analizar esas tres canciones que mencionas, no tiene sentido, ya que no son más que producto de los alucinógenos que esos tipos consumían, sobre todo la rola del osito.

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    3. Jajaja, pues yo pensaba candidatear a Liam Neeson para prota, pero no leí en tu guion ningún secuestro de hija adolescente, así que no vale, confiemos en el chico vaselina.
      Y para la fémina cachonda pensaba en Juliane Moore, ya ves que parece que en cualquier momento llorara, pero démosle el beneficio de la duda a Naomi, básicamente porque esta más rica que la pizza de sartén de domino's.
      Ah, y porque actúa bien c:

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    4. Cierto es que estos tipos se metían hasta el dedo (sobre todo Freddy) para, pues, para vivir xD.
      Tal vez ahí está mi error, tal vez y solo tal vez y de nuevo tal vez, deba yo tratar de meterme todo con tal de hallarle sentido a sus creaciones, o para al menos, como buen marihuana decir: “que profundo, ya le entendí”
      Excepto con la rola del buen gomi, ese cabron esta fuera de los límites humanos, ni Johann Sebastian Bach podría con el .

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    5. Perdón, confundí por un instante a Cage con Travolta, ¿por qué? no sé, pero probablemente sea porque actúan de la chingada... confiemos en el chico raro.

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  2. Y creo que hay que mencionar el "histrionismo" de Nicolas Cage. Este actor, que en un mes realiza como 20 películas, ha estado actuando al mismo personaje en todas sus películas; es casi imposible diferenciar a un personaje de otro.

    Por ejemplo, en las películas 8mm, El hombre de mimbre y Tokarev (sólo por nombrar algunas) ¡son el maldito mismo personaje! Y sólo por mencionar algunas. Podemos encontrar en la filmografía de Cage historias variadas, pero siempre encontraremos al mismo personaje.

    El mentado personaje al que nos referimos es éste que siempre está angustiado y que nunca sabe lo que está pasando. XD

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  3. Jajajaja muy preciso tu analisis.

    Que alguien nos venga diciendo que estudio en el CEA de Televisa para que el universo cobre sentido de nuevo.
    Hace algunos ayeres me tuve que chutar una que se llama "Charlie y la maldición " o algo así y es justo como lo describes. Ya de que se angustia y hace ese tipo de "duck face" y entrecierra los ojos y ya sabes la movida de Cage... ya no supe que pasó con Carlitos por reirme de este wey.

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