Caminando... pero tropezando

Ganó todos sus partidos, recibió sólo dos goles, pero en todos ellos hizo el ridículo; jugando sin convencer, con un futbol pobre. Efectivo, sí, pero que deja mucho qué desear, y más si esos partidos son en la Concacaf.

18 puntos y marca perfecta, ese fue el resultado final de la Selección Mexicana en la Fase de Grupos de la eliminatoria concafquiana. Sí, todo es de color de rosa, el problema es cómo se consiguió esa marca perfecta; primero, todo es gracias a los rivales, que siguen demostrándonos que las distancias en la Concacaf siguen siendo las mismas (y hasta se han alargado), pero lo preocupante es que todos esos partidos se ganaron jugando regular, ya ni bien. No podemos hablar de una Selección que está en un 80% de su nivel, porque ni siquiera sabemos en qué nivel se encuentra. Si contra Guyana se andaban matando solitos, pues entonces no sabemos qué pensar.

Y El Salvador fue otra víctima más del equipo tricolor, que no representó ningún peligro en Torreón, ya que totalmente eliminados, sucumbieron ante la presión y el nivel del equipo mexicano que no los dejó hacer nada; de hecho, por un momento pensamos que estábamos viendo el estreno de The Walking Dead, porque en la cancha había puros zombies azules, que ya estaban muertos y eliminados, pero después nos cayó el veinte y notamos que eran las Eliminatorias mundialistas.

Y sí, otra vez tuvieron que pasar más de 60 minutos para anotar un mugroso gol, y además son goles que se consiguen por errores del equipo rival, y no tanto por méritos propios. Oribe Peralta abrió el marcador, en un partido sin ninguna importancia, mas no así para la reputación del Tri, que tenía que ganar éste último encuentro para demostrar su jeraquía, pero que se cansó de fallar goles, y que como siempre, se terminó conformando con el resultado en el marcador, porque al parecer los jugadores no muestran ningún tipo de preocupación por la forma en que consiguen el resultado.

Uno de los puntos más débiles del equipo mexicano es la contudencia y la definición; no se pueden tener veinte oportunidades de gol y concretar sólo dos, tampoco se puede sufrir por anotar un sólo gol con Selecciones como Guyana; ese es el problema más evidente y más grave que hay que tratar. Otra disyuntiva son sus delanteros, se le está dando juego a un jugador como "Chicharito", siendo que no anda bien, y si no anda bien ese es su problema, no de la Selección, así que no sé cuál es el afán de querer rescatarlo para que recupere su nivel; si Hernández no está bien, entonces pon a De Nigris, ¿que él tampoco andan fino? Pues ahí están otros jugadores que andan mucho mejor que Javier Hernández y que sí podrían ser más aficacez en la Selección.

La Selección Mexicana no es un centro psiquiátrico, un centro de rehabilitación para futbolistas en mal estado; no es para ayudar a futbolistas consentidos. La Selección Mexicana, como la lógica indica, es para aquellos que están en un buen nivel futbolístico, y Javier Hernández no se encuentra en un buen nivel futbolístico, y para muestra ahí están sus seis partidos en Eliminatoria; y los goles que ha anotado han sido gracias a la pobreza del rival. Pero parece que hay algunos que ven las cosas de otro modo, o quieren ver las cosas de otra manera.

Y por si eso fuera poco, también tenemos que lidiar con los experimentos del técnico José Manuel de la Torre, que con la excusa de querer ver a futbolistas, descompone el cuadro y termina haciendo el ridículo ante equipos semiprofesionales, exhibiendo el nulo juego colectivo. Cuando se debería ganar contundentemente, no se hace porque el propio equipo mexicano se complica la vida; hablamos de golear, jugar bien, meter la mayor cantidad de goles que se tenga en frente, ¿por qué? Porque México está obligado a hacerlo, porque tiene un prestigio, una grandeza que tiene que cuidar, por eso es el mejor de la zona, por eso ganó todos sus partidos y por eso tendrá un Hexagonal Final sin complicaciones. Pero tiene que mejorar, tiene que solventar esas debilidades ofensivas que al final le pueden costar muy caro. Y cuando decimos "caro", nos referimos a conseguir el pase al Mundial muy apretadamente, porque es un hecho que México califica sí o sí.

La prueba de fuego para De la Torre y su Selección (porque dice que es su Selección, ya que él es el único que ahí manda, no sé por qué se engaña de esa forma) vendrá en la Copa Confederaciones 2013, la Copa Oro será una especie de preparación y para cuidar el nombre, pero en la Confederaciones sabremos qué podría esperarnos en el Mundial de Brasil 2014.

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