Peláez, cegado por los éxitos recientes, se equivocó al contratar a Ambriz. Ahora sobre él recae la responsabilidad de traer a un técnico capaz y hacer que el Centenario esté a la altura del equipo.
Sin rumbo, así iba el América con Ignacio Ambriz, quien fue destituido del equipo luego de caer ante el León en la jornada 9 del Apertura 2016. En algún momento iba a ocurrir, y a diferencia de otros procesos, este tuvo que ser cortado a la mitad.
El flamante y heroico triunfo ante Cruz Azul en la jornada 8, le dio a Ambriz y al América un respiro ante las críticas, pero fue un momento de relajación efímero y tremendamente engañoso. El triunfo sirvió para tapar el mal funcionamiento del equipo, pero ni siquiera le sirvió a los jugadores como aliciente para hacer que el equipo levantara.
Por supuesto que la era de Ricardo Peláez no ha sido mala --ha conseguido títulos y ha levantado el orgullo americanista--. Tuvo un gran acierto al llevar a Miguel Herrera, con quien fue Campeón y con quien además desplegó un gran nivel futbolístico. Con Mohamed, el equipo ganaba en base a la mediocridad de los demás, y a mí nunca me pareció que el equipo jugara a algo. Según los chismes, Mohamed terminó saliendo del equipo por problemas con la directiva. Con Matosas nadie sabe qué pasó; la excusa para echarlo fue que, prácticamente, pedía a los 12 apóstoles, y con Jesucristo incluido.
Donde Peláez sí se equivocó, fue al traer a su amiguete Ignacio Ambriz. Sin credenciales, sin el carácter y el temperamento necesario y sin haber demostrado algún estilo, una propuesta (como Matosas, por ejemplo), con sus anteriores equipos (ya ni decir de los cero títulos obtenidos), Ambriz llegó al nido sólo porque Peláez tenía una corazonada.
Le dieron el beneficio de la duda. Consiguió un título de la Concacaf --un título que, para qué nos hacemos güeyes, cualquier equipo mexicano lo consigue, y sin director técnico--. En lo futbolístico, nunca avanzó, nunca evolucionó. Ambriz nunca hizo jugar bien al América; si el equipo llegaba a hilvanar un futbol aceptable, era por la calidad de los jugadores, y no por la mano del técnico.
La prepotencia y el orgullo de Peláez han hecho que los festejos del Centenario luzcan rancios, desabridos y muy por debajo del nivel que un equipo como el América tendría que tener. América es, a mi parecer, el equipo más importante del futbol mexicano (inclusive por encima de las Chivas, que también es grande e importante pero de otra manera), y se merecería tener un festejo más grande, más ruidoso, ¿por qué? Porque la grandeza del América también radica en lo que digan los medios y la afición, y si no te haces oír, y menos en tus cien años de existencia, entonces no sé por qué te consideras grande.
Esto no significa que Peláez debería irse, más bien debería hacer un análisis y darse cuenta de sus errores cometidos en su administración. Tomar en cuenta las prioridades americanistas; armar al equipo como debería de ser: traer a los mejores futbolistas y entrenadores, de la liga local o extranjeros. ¿Qué hace Gignac perdiendo su tiempo y desperdiciando talento con Tigres? ¡Llévalo al América! Arrebátale los jugadores a los demás equipos, por eso eres grande, porque puedes hacer eso y más. Y deja de hacer del América un equipo de bajo perfil.
Para suplir a Ambriz, se habla de Romano y Reinoso. Carlos Reinoso me parece un técnico de muy bajo nivel --independientemente de lo que haya hecho en Veracruz--; ya estuvo en América y no le fue bien, aunque ese América tampoco andaba bien.
Rubén Omar Romano me parece un buen técnico por cómo hace jugar a sus equipos. No ha ganado nada --de hecho, ha perdido dos finales--, pero lo importante no es tanto la cantidad de títulos, sino tu estilo y tu capacidad para hacer que un equipo juegue a algo, y me parece que Romano es más capaz que Reinoso.
Ahora, Romano ya estuvo también en Coapa, y su paso fue un auténtico calvario. Pero, no hay que dejarse engañar; Romano llegó a un América descompuesto; sin pies ni cabeza, sin jugadores y sin directiva y hasta sin dueño. Ese América vivía una crisis muy profunda, y no importaba el técnico que llegara, éste era arrastrado por una corriente de mediocridad interminable. Inclusive en aquel momento se llegó a hablar de un América que tenía que luchar por no descender. Así de horrible fue aquella crisis. Y Romano nada pudo hacer, y es que ni Jesucristo hubiera podido resucitar a ese muerto llamado América.
La marca de Romano fue de 0-1-9. Una marca para deprimirse, pero no todo fue culpa de Romano; ese equipo cambiaba de técnico cada tres jornadas, y como ya dijimos, estaba hundido hasta el fondo.
Ahora, el que llegue al equipo no tendrá mucho trabajo a la hora comenzar a trabajar, ya que el equipo está armado y posee buenos jugadores. Es un equipo que ha demostrado tener la capacidad de jugar a un alto nivel y competir, nada más falta moldearlo y dirigirlo adecuadamente.
Este América aún puede ser salvado. Todo queda en las manos de Peláez, el próximo entrenador y los jugadores.
Foto | Mexsport
En diciembre pasado, ahí debió ser cesado Nacho “daremos vuelta a la página” Ambriz, después del ridículo en Japón y de perder, por no saber hacer su chamba, ante Pumas. Así, el que fuera el elegido tendría tiempo para hacer de este equipo, que bien dices, calidad tiene, poderoso en sus 100 años. Fuera de Nacho ¿No te parece a ti, que los jugadores perdieron un poco la ambición? A veces los noto conformistas, como diciendo, “ya ganamos 4 títulos, no estén chingando” y luego no llevan ni 5 años y los nombran históricos, creo que eso no les hizo nada bien.
ResponderBorrarCon San Piojo él Ame jugaba muy bien, como debe ser .Con el “Terrorista Mohamed no tanto, pero el wey los corono rápido, aunque a mí me gusto que lo destituyeran (no tanto las formas) por Matosas, porque parecía que el América quería ganar y gustar. Ser campeón, cesar al que te llevo a ello y traer a otro en pos del buen juego, ahhh, eso sonaba genial y mi ego americanista ascendió ahí por donde pendejamente, Sandra Bullock se perdió. Matosas me parecía y me sigue pareciendo un técnico que nació para el américa y por momentos el equipo parecía emular a su grandilocuentemamadisimo León, pero no se llevaba bien con Richie.
Además Peláez, no parece entender del todo que esta en el ame, su método de comprar jugadores probados en México, mas no estrellas y extranjeros de bajo perfil no me parece del todo bien. ¿Le ha funcionado? Sí, pero no significa que esto embone con la esencia Americanista. Él lo dijo y tiene razón, “no traeré Ronaldinhos”, bueno, entonces trae a un Pirlo, un Tevéz, un Gignac, como alguna vez se trajo a un Zamorano, a un Piojo López y vaya que funcionaron.
En fin, cualquiera que sea el elegido en el baño de Don Emilio, creo es mejor que Nacho, además en la Liga MX, 3 partidos que gane y será liguillista y ¡a por el título!
Pero no hay de que preocuparse, que La Volpe hará Campeón a las todopoderosas Águilas del América.
BorrarUtilizare esa frase que cualquier religioso(a) americanista diría en esta situación; “dios lo oiga joven” xD
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