Cumplió con las expectativas; espectacular, intenso y emocionante hasta el final. Así fue la edición 47 del máximo evento estadounidense que todo mundo, quien sabe por qué, le gusta idolatrar, quizás para sentir un poco el poder social de los estadounidenses: el Super Bowl XLVII.
No había favoritos, cualquiera podía ganar; nadie quería arriesgarse a pronosticar un ganador, los Cuervos parecían tener en la palma de sus manos a los 49's, pero, cual San equipo comandado por Joe Montana, los 49's logran acercarse en el marcador y terminan perdiendo con la cara al Sol, en un partido lleno de emociones hasta el último segundo.
También, fue el partido de los hermanos Harbaugh y la familia Harbaugh, la típica familia estadounidense, la típica familia que es indiferente con las sociedades inferiores.
Estos hermanos, bastante antipáticos los dos, se pelearían el Super Bowl, la única oportunidad en todas sus vidas de ganar uno y sería entre hermanos.
Super Bowl 47
Como cada año, el Super Bowl --prácticamente una fiesta nacional en E.U.-- llama la atención de todo el mundo, nadie sabe por qué, pero todo les seguimos el jueguito a los gringos, y es por eso que estamos aquí con nuestra doble moral, colgándonos de la atención que éste evento provoca y tratando de conseguir un poco de tráfico de Google hacia esta página (y más si hace poco cometí la tremenda estupidez de cambiarle el nombre a este blog [aunque no me arrepiento de ello]).
Más que un evento deportivo, el Super Bowl es un espectáculo excelentemente bien realizado, con el sello de las producciones estadounidenses, por eso es lo que es; es un evento que mezcla música, televisión, teatro y hasta cine, dejando un poco de lado el tema deportivo, que, por cierto, gran parte de las personas que ven el Super Bowl no tienen idea de qué trata el méndigo juego. Pero a la gente le gusta.
Antes de entrar de lleno al tema, hay que comentar sobre algunas que cosas que rodearon a éste Super Bowl. Una de ellas es la ceremonia protocolaria antes del inicio del juego, que, como simpre, están llenas de patrioterismo (que no es lo mismo que patriotismo), hasta en el césped se encuetra éste tipo de cosas.
Y esta vez los organizadores --y generalizando un poco, los estadounidenses-- dejaron de lado el mensaje bélico, pues no mostraron y nos restregaron en la cara sus helicóperos, aviones, soldados vestidos con uniformes hechos en China y tropas desde otras partes del mundo en todo su explendor por las pantallas, en lugar de eso, pusieron a cantar al coro de la Escuela Primaria de Sandy Hook, compuesto por niños, que luego de sufrir un trauma tan grande como una balacera escolar donde además perecieron muchos de sus compañeros, la NFL los utiliza como mercadotécnica para promocionar los "valores" de su empresa, su marca; nomás para quedar bien con el mundo.
Aunque, desconozco si los menores que asistieron al Super Bowl para cantar y bailar fueron parte de éste atentado en la Escuela de Connecticut, pero el caso es que poner a niños que fueron parte de algo tan horrendo no se vio muy bien (al menos en mi tercermundista opinión).
Además, este tema de la balacera, los menores muertos, los sobrevivientes, etc., fue tomado por todo el mundo como algo terrorífico, espantoso y casi único, algo nunca antes visto, cuando éste tipo de cosas sucede en Medio Oriente casi todos los días, es más, Estados Unidos causó más muertes de niños inocentes durante la respuesta de los ataques del 11 de septiembre de 2001, ¿O será que los niños gringos son más importantes que los de Medio Oriente? Nuestra sociedad.
A lado de éstos niños, también cantó Jennifer Hudson (la imitadora oficial de Whitney Houston), para que después apareciera en escena Alicia Keys, cantando el Himno Nacional de toda América, porque para los gringos, América también se llama Estados Unidos, ellos desconocen que América es un continente. Durante la interpretación de Alicia --cantante quien comprara 14 Grammys para elevar su carrera musical--, algunos jugadores hasta se emocionaron, como casi siempre ocurre, sobre todo Ray Lewis, que en éste partido se retiraba, o eso dice él, porque ahora ya todos se retiran y vuelven a regresar; haber cuánto dura retirado.
No hubo aviones pasando a toda velocidad por encima del estadio (porque además el estadio estaba techado), no hubo armas y nada que evocara a la violencia, al menos en éste evento, porque la sociedad estadounidense por sí sola evoca a la violencia. Esta vez todo fue más sobrio y sin tanto show, pero sin perder el estilo.
Y luego de éstas cosas que sólo le interesan a los gringos, daría inicio el partido y el espectáculo más esperado por muchos.
Cuervos vs. 49's
Luego de que San Francisco regresara del más allá ante los Halcones de Atlanta y le dieran la vuelta al partido en los Play-offs, cualquier ventaja de los Cuervos sobre 49's nos hiba a parecer poco, pero ésta idea poco a poco se hiba diluyendo cuando Baltimore le estaba pasando por encima a los 49's que nomás no respondían; touchdown y más touchdown por doquier, 49's estaba convertido en un equipo groggy. Mientras tanto, Joe Flacco, más concentrado y relajado que Copérnico (o como se llame el QB de San Francisco), estaba haciendo bien su trabajo, y vaya que es un trabajo difícil, ¡Por favor! Sólo se trata de lanzar una méndiga pelota con forma de papaya podrida, mientras otros tipos se te vienen encima, ¿A esto le llaman deporte?
Y luego de que Ravens había mostrado gran superioridad durante los primeros 2 Cuartos, era momento del descanso del Medio Tiempo, y era momento del Half-Time Show, la mercadotécnica en su máxima expresión.
La encargada de entretener al público este año era Beyonce. Obviamente que fue un espectáculo como tal, nada que ver con presentaciones como Prince, U2, Paul McCartney, Tom Petty, The Rolling Stones, etc., artistas que de veras son talentosos en todos los sentidos; Beyonce será muy talentosa, tendrá muy buena voz y todo lo que quieran, pero se basa más en su escultural cuerpo y su talento para el baile, nada más.
Luego de un extenso popurrí, mucha coreografía y un espectáculo de Medio Tiempo aceptable (a secas), continuaríamos con las acciones del partido, o eso es lo que creíamos, porque justo al arranque del 3er. Cuarto, que se nos va parte de la luz del estadio. Pero antes, los Cuervos se estaban dando un festín, pues en la patada inicial del 3er. episodio, incrementan la ventaja a 26 puntos, dejando fríos a los 49's.
Luego, para no variar, el dizque primermundista Superdomo de Nueva Orleans se queda sin energía eléctrica al 13:22 del 3er. Cuarto, algo insólito en un Super Bowl.
Y todos comenzamos a pensar lo peor: ¡Un ataque terrorista! ¡En vivo y en cinco canales de televisión! Qué más podíamos pedir, estábamos viendo un espectáculo de verdad, pero, lamentablemente, no fue más que un simple apagón. Nada de explosiones, gente volando por los aires, fuego y gritos por todas partes, no, no hubo nada de eso.
Una parte de la afición se quedó con ganas de ver algo más que un apagón.
El chistecito de la iluminación tercermundista duró 34 minutos, y como buenos derrotistas que somos, queríamos que anunciaran que el juego se hiba a suspender, pero eso nunca sucedió, pues la luz comenzó a regresar, y entonces volvíamos al juego, pero otros regresaban completamente diferente, ¿Verdad, Cuervos?
¿A quién le hiba a afectar más esta situación extra cancha? Parecía que a los 49's, pues eran los que necesitaban que el partido siguiera su curso para intentar remontar, pero no, al que le cortaron la inspiración fue a Baltimore, que después de anotar y anotar sin parar, e ir ganando 28-6, la desconcentración y el ritmo se les fue junto con la media hora perdida, dándole la oportunidad a San Francisco de regresar al partido y casi hacer la hazaña más grande en la historia del Super Bowl.
San Francisco regresaba y se acercaba, Cuervos había perdido la intensidad y estaba sucumbiendo ante la inercia de los 49's. Pero San Francisco tenía pocas oportunidades para intentar darle vuelta al partido, tenía que hacer mucho en poco tiempo; y el tiempo se hiba y Cuervos manejaban el partido a su conveniencia. Baltimore tenía la pelota y las esperanzas para San Francisco desaparecían.
Y no, el épico regreso ya no se dio; Cuervos detenía a San Francisco, y eran Campeones del Super Bowl por segunda vez en su historia.
Y entonces comenzaban los festejos, llantos, gritos y todo lo demás. Los hermanos se dan la mano, pero sin abrazos, y como no sabemos qué tan alto es su nivel de anarquismo y egocentrismo, entonces no sabemos si en verdad lo disfrutaron, ya que no es lo mismo ganarle a otro entrenador que a tu hermano, pero bueno.
"Premiación"
A diferencia de otros deportes, o mejor dicho, a diferencia del resto del mundo, en Estados Unidos tienen una idiología completamente diferente respecto a los deportes; para ellos, que viven dentro de un mundo llamado "America" (aunque en ocasiones también suelen llamarlo "United States"), lo más importante es el juego y la idea de ganar, así como los festejos, pero no sucede lo mismo con la premiación. En el futbol (ellos lo llaman "soccer") el momento más esperado, ya después que ganaste, es levantar el trofeo, es el momento cumbre, es el climax del juego; alzar la Copa es sinónimo de Campeón, es lo que te avala como Campeón del partido, si en el futbol no existiera esto, simplemente sería otro deporte... Sería un deporte estadounidense.
Y es que nada más hay que ver la forma en que los equipos de la NFL festejan el haber ganado el Super Bowl. Debería reunirse todo el equipo, y el capitán (el QB) sería quien levantase el Trofeo Vince Lombardi, entregado por el simpático Roger Goodell, y luego volverse locos alzando la Copa en todo lo alto. Pero si esto sucediera, no sería la NFL, no sería el Super Bowl; no sería Estados Unidos de "America".
En cambio, vemos al dueño del equipo, en este caso, Steve Bizciotti, recibiendo el trofeo "en nombre del equipo", como si de la época de la esclavitud se tratase, donde los negros hacían todo el trabajo sucio y los dueños (blancos) recibían y se llevaban todo el crédito. God bless America!
Luego de que el dueño de Cuervos pasara a recibir el trofeo, como si él lo hubiera ganado en la cancha, aparece el entrevistador haciendo el trabajo para la televisión, para que luego entreviste a Pepe Flacco, éste con el trofeo en las manos, luego, aparace el Lance Armstrong de la NFL, Ray Lewis, contento y feliz diciendo cosas gringas, y también toma el trofeo pero nunca lo alza. En pocas palabras, los estadounidenses tienen una idea muy superficial, ególatra y egocéntrica del deporte.
Y así culmina otro Super Bowl más, uno que muy recordado, por lo que sucedió en la cancha y extra cancha. Emocionante y cardiaco hasta el final, como los buenos Super Bowl's.
Y ahora, inicia la espera para el Super Bowl XLVIII, que en esta ocasión se llevará a cabo en Nueva Jersey (el patio trasero de Nueva York), ésta decisión de hacer un Súper Tazón en clima frío fue hecha por retrasados, según algunos jugadores.
Al puro estilo estadounidense, el Super Bowl XLVII es otra estupenda producción que va más allá de lo deportivo.
Fotos | NFL
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