El Cruz Azul está de regreso. Luego de haber atravesado en los últimos meses una serie de sucesos turbulentos, la Máquina Celeste volvió a lo más alto y se consagró campeón de la Champions Cup 2025.
De la mano de Vicente Sánchez y ante la inestabilidad de su directiva, el Cruz Azul venció con la mano en la cintura al Vancouver Whitecaps por un delirante marcador de cinco goles a cero. El partido fue más fácil de lo que se esperaba, pues apenas al minuto 8 el Cruz Azul ya lo ganaba y sin hacer mucho esfuerzo; más tarde y aún sin despeinarse, los cementeros ampliaron la ventaja con una marejada de goles apenas en el primer tiempo, tras finalizar los primeros 45 minutos el Cruz Azul había liquidado al Whitecaps por marcador de 4 a 0.
Para la segunda mitad, y en un paralelismo cinematográfico, la Máquina Cementera amplió la ventaja a cinco tantos, para así terminar de redondear una noche sinigual. De esta manera, el cuadro de La Noria se adjudicaba su séptimo título de la Concacaf (igualando al América), en una final donde solo hubo un equipo en la cancha: el Cruz Azul de Vicente Sánchez.
A pesar de haber de haber sido eliminado por el América en semifinales de liga —donde fue mucho más que el América, por cierto—, los celestes no se vinieron abajo y compitieron ante un equipo canadiense que parecía equipo de hockey. Este triunfo, además de corroborar que el Cruz Azul fue el mejor equipo de toda la Liga MX y que Vicente Sánchez era el técnico que el equipo necesitaba, también le otorgó el pase al Mundial de Clubes del 2029 (ya a la vuelta de la esquina...) y al torneo Intercontinental (una versión editada del nuevo Mundial de Clubes) que se disputará en diciembre de este año.
Así, ante la adversidad, este equipo supo levantarse; se organizó, se reestructuró y llegó a niveles futbolísticos insospechados. Y el responsable de este éxito es el uruguayo Vicente Sánchez, a quien increíblemente no le dieron el puesto de director técnico, nada más le dieron las gracias por su interinato. Esto es solo el reflejo de una directiva que no sabe hacer otra cosa más que autosabotearse; no hay otra explicación para decisiones tan absurdas e infantiles.
Vicente Sánchez sacó del pantano a un equipo que se ahogaba dramáticamente, los hizo un equipo ganador y altamente competitivo, ah, y también los hizo campeones —y de paso dejó en claro qué liga manda en la Concacaf.
Ahora Cruz Azul busca un técnico capaz de darle continuidad (o superar) al trabajo realizado por Sánchez, y lo encontró en Nicolás Larcamón, porque al parecer Vicente no los convenció del todo. No hay peor ciego que el que no quiere ver.
Y cuando las cosas no estén dando resultado, cuando los números estén por debajo de los realizado por Sánchez (28 ganados; 3 perdidos), ¿qué van a hacer?, ¿van a despedir a Larcamón para volver a llamar a Vicente Sánchez y ahora sí contratarlo?
Todo esto nos dejan en claro una cosa: que el rival a vencer para el Cruz Azul no es el América, sino su propia directiva.

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