El momento ya pasó, las tristezas poco a poco comienzan a irse, pero el recuerdo aún continúa vivo, y más si el Monterrey nos los recuerda en cada partido de la Liguilla del Clausura 2013; sí, se trata del bizarro descenso de los Gallos Blancos del Querétaro, que nuevamente ha caído en el abismo de la Segunda División del futbol mexicano (que muchos esquizoides se empeñan en llamarlo División de Ascenso, Ascenso MX o Liga de Ascenso).
Por supuesto, la pérdida de la categoría no es para nada nuevo en el equipo queretano, es ya una costumbre, parte de su historia, algo casi indespensable; ha descendido más veces que las Liguillas que ha jugado en Primera División. Y en este Clausura 2013, tuvo la mala "fortuna" de ser el elegido para descender. Aunque "fortuna" es sólo una palabra para describir el descenso de un equipo, pero no aplica para el Querétaro, ya que los Gallos siempre han buscado descender a como dé lugar, y estos últimos torneos no fueron la excepción.
Cambios de entrenadores, problemas con los mismos, problemas con jugadores; adquisición de jugadores que no funcionaban, problemas con los dueños, con el gobierno, con la FMF, problemas con todo mundo. Cambios de dueños, compras del equipo, dueños que nadie quién o quiénes son. Todo lo que un equipo de futbol no debe hacer, el Querétaro lo hacía (y lo seguirá haciendo).
Querétaro hizo todo lo posible para descender, tomó nota del "Manual para descender de Estudiantes Tecos" y lo llevó a la práctica; desde sus directivos, pasando por cuerpo técnico hasta los jugadores. Todo un logro para un equipo que juega en un futbol mediocre y realmente bondadoso, pues con todas las ventajas que el balompié nacional te puede brindar, Gallos Blancos nunca supo cómo solventar sus problemas, al contrario, en lugar de arreglar y solucionar sus conflictos (de todo tipo), continuában metiéndose en más polémicas y reincidiendo en los malos manejos.
Los problemas de dueños y directivos eran cosa de todos los días, gente de pantalón largo que siempre nos generaban la duda de saber si tenían la capacidad y los conocimientos para llevar las riendas de un equipo que históricamente se la ha pasado por la calle de la amargura.
Claro, los culpables no sólo son los que están, sino los que estuvieron; técnicos y jugadores, directivos y cualquier otro inmiscuido que en este momento se la ha de estar pasando muy bien (como Miguel Herrra, que fue parte del proceso). Carlos Reynoso, Segio Bueno, Carlos de Los Cobos, y un largo etcétera. Todos contribuyeron al declive queretano, aquí nadie sale librado, todos son parte del desastre.
Varios torneos con pésimos resultados, donde el equipo fracasó --a excepción del Apertura 2011, donde llegó hasta las Semifinales--, llevaron a que el Querétaro, descendiera pero, increíblemente, dando un torneo aceptable, pues a diferencia de otros torneos, este Querétaro tenía los argumentos suficientes para salvarse, pero no contaban con la gloriosa campaña del Atlas, el despertar del San Luis en los últimos segundos, equipos como las Chivas que actuaron como cuartada para alejar a otros relacionados en el descenso [véase: Chivas vs. Atlante], etc. Al final, este buen equipo del Clausura 2013, terminó pagando la factura de los anteriores torneos donde el equipo no hizo nada para alejarse del descenso.
Y ya en las últimas fechas parecía que el equipo de veras podría librarla, sobre todo cuando veíamos cómo el San Luis, el Puebla, el Atlante y el Pachuca se hundían dramáticamente, pero el futbol mexicano es tan volátil, tan impredecible, tan pero tan inconsistente, que la mayoría logró superar la crisis y olvidarse de la Tabla Porcentual (y vaya usted a saber cómo diablos funciona la Tabla de Porcentual).
De esta manera, el Querétaro tuvo en sus manos la salvación, pero como decíamos, la irregularidad del futbol mexicano causaron daño en el equipo emplumado, pues tuvieron la mala suerte de medirse ante el Cruz Azul en la jornada 13, un Cruz Azul que había dado pena ajena y que hasta merecía descender, pero después de ganar la Copa MX, había resucitado, y el Querétaro fue una víctima dentro del despertar cruzazulino. Los Gallos Blancos trataron de levantarse y continuar con el buen ritmo que habían conseguido, siendo dirigidos por Nacho Ambriz, pero no pudieron recomponer el camino. Aunque volvieron a soñar cuando vencieron a las "Chivas".
Y para la jornada 14, el Morelia sería quien sentenciaría el descenso queretano, y ahora los Gallos necesitaban los resultados de otros, pero nunca se dio, el nivel del futbol mexicano les tocó; cuando mejor jugaban, el equipo cae en la irregularidad, mientras que el resto recupera un poco su nivel. Así funciona el futbol azteca.
Y entonces, el descenso quedaba entre dos: Puebla y Querétaro. El Puebla sólo necesitaba un empate o un triunfo para salvarse, lo consigue y le dice "hasta pronto" a los Gallos. Claro, no era un descenso definitivo, sino matemático, ya que el Querétaro aún tenía la posibilidad remota de salvarse, aunque en realidad esa posibilidad era 1 entre 100,000: ganar el partido de la jornada 17 ante el Puebla por 11 goles o más.
Querétaro, en mi corazón siempre serás un equipo de Primera División. |
Claro que no lo consiguió, al contrario, perdió el partido (2-3) y se despidió de la Primera División y de su gente, en un digno partido, emotivo y conmovedor; la afición, que hizo una buena entrada (¿tal vez porque las entradas eran gratis?) estaba convencida de que su equipo podía anotar los once goles, y al arranque del partido también se podía ver a los jugadores con las ganas y la ambición de conseguir esos once épicos goles. Apenas al inicio del partido, un gol enciende los ánimos y pone a soñar, tan sólo a soñar, a la afición.
Querétaro era mucho mejor que el Puebla, pero sólo durante unos minutos. Más tarde, todos comenzaban a volver a la realidad; un autogol despertaba de golpe a la afición. Increíble fue la afición que hasta los últimos momentos creyó en la hazaña y en lo imposible, pero en el futbol mexicano las hazañas no existen, todo es cuestión de rachas.
De esta manera, Querétaro descendía nuevamente, y quizás sea la última vez que lo haga, para que vean de qué hablamos cuando decimos que los dueños y dirigentes no saben lo que hacen. Pero antes de irse, el Querétaro dejaría huella en el Clausura 2013.
El equipo, como ya decíamos, hizo un buen trabajo en la parte del rendimiento --sobre todo cuando Ambriz tomó al equipo, que los catapultó a lo más alto-- al quedar en una excelente posición en la Tabla General, qué tan buenos resultados sacaron, que el equipo quedó ubicado con la posición número 8, efectivamente, entre los primeros que califican a la Liguilla, pero como los descendidos no pueden jugar la Liguilla, entonces Gallos le tenía que ceder su lugar al noveno lugar, y ese noveno lugar era el Monterrey, equipo que a la postre eliminaría al primer lugar general, que era Tigres. Así de mediocre y ridículo es el sistema de competencia del futbol mexicano.
Un sistema que premia la mediocridad y que fomenta la poca competencia, y la prueba más clara es la del Querétaro y su octavo lugar que fue usurpado por el Monterrey, que ahora mismo se encuentra en Semifinales y con amplias posibilidades de ser Campeón. Así o más bizarro.
Imagínense si el Querétaro consigue 6 puntos más, tal vez estuviéramos hablando de un Querétaro que se metió hasta a la Liguilla después de librar el descenso y que eliminó al Súper Líder General.
Es por eso que el Querétaro no se ha ido, pues mientras el Monterrey continúe avanzando en la Liguilla, el espíritu y el recuerdo queretano también seguirá vivo en el Clausura 2013.
El Querétaro descendió porque su administración es de Segunda División. La forma en que el equipo es manejado, y por quienes es manejado, lo llevaron a lo mismo de siempre, el descenso.
Fotos | Mexsport
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