Por qué Demián Bichir no se llevará el Óscar

Desde Anthony Quinn (Antonio Corona, para los cuates), que ganó el Óscar a "Mejor Actor de Reparto" en 1952 y 1956, el cine mexicano no ha vuelto a ver a otro actor en el escenario de los premios Óscar agradeciendo con la estatuilla dorada en las manos.

Cabe destacar que el primer "mexicano" en ganar un Óscar fue Luis Buñuel en la categoría de "Mejor Película Extranjera" por la película "Le charme discret de la burgeoisie", aunque éste premio no fue muy de su agrado por quién sabe qué cosa. El reconocidísimo Buñuel nació en Hispania pero se naturalizó mexicano, así como Vicente Matías Vuoso y el Guille Franco que también obtuvieron su nacionalidad mexicana (estos dos últimos nacieron en Argentina).

En las nominaciones para los Premios Óscar 2012 se dio a conocer que el actor mexicano Demián Bichir (el más destacado de sus 284 hermanos) está nominado como "Mejor Actor" por su actuación en la película "A Better Life" ("Una vida mejor"), una de las más importantes nominaciones de estos premios de la Academia (junto con la de "Mejor Película").

Demián comparte ésta terna de nominados con George Clooney, Brad Pitt, Jean Dujardin y Gary Oldman, estos últimos son actores reconocidos mundialmente.

Y aquí es precisamente donde surge la gran duda, ¿que tanto va a influir el hecho de que Demián sea extranjero --en pocas palabras, mexicano-- y que sus dos principales contricantes (Brad y George) sean los típicos gringos mimados y consentidos de Hollywood?

No hace falta decir que los premios Óscar se caracterizan por su doble moral, su descriminación y racismo; son premios que durante toda su historia han sido criticados por su preferencia hacia ciertas nacionalidades. Por ello, se antoja bastante complicado que un mexicano (no es por ser amarranavajas), en este caso Demián Bichir, se lleve el premio como "Mejor Actor", desbancando al esquisito Clooney y al papi chulo de Brad Pitt, todo esto en territorio estadounidense ante un 90% de gringos.

Los Clooney's, los Pitt's son nombres que pesan mucho en Hollywood y el cine estadounidense y mundial, y si a eso le sumamos (como dijimos antes con las descriminaciones) la preferencia de los Óscar por sus paisanos... sería algo majestuoso y fantástico ver a Demián en el escenario de los premios Óscar agradeciendo con la estatuilla en las manos.

No, no es derrotismo, ni mucho menos pesimismo. Simplemente digo que las "tendencias" en los premios Óscares son claras: Nombre, carrera y fama. Tener un nombre en el cine, y más en Hollywood, es fundamental; haber hecho películas destacadas y, si se puede, haber estado nominado también ayuda, y por último pero no menos importante, tienes que tener cierta fama internacional, el mexicano Bichir ha participado en una serie estadounidense, pero nada del otro mundo; ¿conocerán George Clooney, Brad Pitt, Jean Dujardin y Gary Oldman a Demián Bichir?.

Además, hay que recordar que a Brad Pitt le querrán pedir perdón por no haberle dado ningún Óscar hace tres años, cuando fue nominado 799 veces por la película "El misterioso caso de Benjamín Botón", y que no se llevó ninguno por el sólo hecho de estar bien guapo, sabroso, hermoso, musculoso, chulo... he... bueno, eso.

Y George Clooney que es amado por todos, no duden que le hagan una especie de reconocmiento dándole el Óscar. En fin, son dos consentidazos de los Óscares, y que mejor ocasión para consentir aún más a sus pupilos que ésta nominación; así que nuestro Demiancito tendrá que ir contra viento y marea.

Tendrá que vencer la barrera de la preferencia que impera en los Óscares, esa donde se le da más prioridad a actores anglosajones, pelear en contra de los prejuicios que rodean a dichos premios, y luchar, luchar mucho y tratar de quitarse del camino ese estigmatismo latinoamericano que a muchos atañe.

Si Demián se lleva el Óscar sería merecido, porque no le pide nada a Clooney y a Pitt, pero soy mexicano, así que mi argumento pierde toda validéz y objetividad.

Nada más nos queda esperarar y que los encargados de elegir al ganador, elijan al indicado por lo que verdaderamente vale la pena, que es la actuación; que dejen de lado los prejuiciosos y doble moral, algo muy complicado en la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas.