Las mismas indiferencias en el Salón de la Fama 2012

Se realizó la segunda ceremonia del Salón de la Fama 2012, la famosa Investidura de Jugadores. El Salón de la Fama se creó para hacerle un reconocimiento permanente a los futbolistas que marcaron historia en el futbol nacional e internacional, y está avalado por la FIFA, así que el Salon de la Fama es un evento oficial.

No había nada parecido como esto en el mundo; de hecho, era bastante raro que un Salón de la Fama del Futbol no existiera en ninguna parte. Existían museos, pero no algo de éste calibre, y la idea nació en México, donde actualmente se realizan todos los eventos relacioados con el SFF, y esto vendría siendo una de las razones del por qué el Salón de la Fama no ha alcanzado la fuerza y la fama mediática que, se supone, debería de tener. Y no sabemos si algún día tendrá ese reconocimiento que debe tener.

Cuando este proyecto se presentó, nadie le hizo caso, y aún todavía nadie lo voltea a ver y muy pocos le ponen atención, pero, como dijimos aquella vez, ¿qué pasaría si el Salón de la Fama del Futbol se realizara en España, Inglaterra, Italia o Francia, o mejor aún, si la idea hubiese surgido en alguno de esos países? Claro, ahí las cosas cambian; cada vez que se realizara la Investidura, sería el evento del año, el más comentado y seguido. Pero no, no ocurre así.

Además, uno pensaría que la Investidura de jugadores, así como el evento en sí, sería algo fantásticamente entretenido, atractivo, llamativo y espectacular, pero tampoco es así, en lugar de eso, parece que estamos viendo una asamblea del Congreso, pero en lugar de diputados(as) desparramados en sus butacas, vemos a invitados (ex futbolistas, familia de futbolistas, entrenadores, directivos y otros colados) con una cara de aburrimiento... que parece que los obligaron a sistir.

Primero, la ceremonia es realmente tediosa, lenta y aburrida; en realidad no ocurre mucho, es simplemente la Investidura y los agradecimientos de los futbolistas --que generalmente son jugadores ya de una edad avanzada, porque los más o menos jóvenes no asisten, porque no pueden o porque, quizás, no les interesa--; además de argumentos interminables de los dirigentes que aclaran algunos puntos (casi excusándose, porque el futbol mexicano, así como el país mismo, tienen muy mala fama por la manera en que las cosas se manejan) y les dan la bienvenida a todos los presentes.

Luego, los únicos momentos a resaltar son algunos comentarios de los investidos, que derrepente salvan el evento con cosas conmovedoras, como el caso de Just Fontaine, que platicó cosas memorables de su pasado como jugador, o el de Mario Alberto Kempes, que le ganó el sentimiento, pero eso fue todo, no pasó más. Además, se puede notar cierta tensión en la organización, pues quieren que todo salga bien, y el resultado es un show súper acartonado, agridulce y sin ánimo, sin casi nada que resaltar.

Y eso sin contar la transmisión (que es emitida por Fox Sports), con conductores que parecen que están en los Premios TVyNovelas o cualquier evento corriente, pero ese es otro tema, aunque también influye bastante.

La idea del Salón de la Fama es fantástica, pero la forma en que se lleva acabo deja mucho qué desear; no estaría mal un poco de ambiente, como algún artísta invitado, pero artista de verdad (como sucede con los eventos de la FIFA).

Habrá que esperar para ver qué sucede con el SFF y si logra adquirir con el tiempo el prestigio que debería de tener, porque ahorita de eso se están agarrando los dirigentes, de que es un evento que con el tiempo tomará fama mundial. Haber si es cierto.