Brasil, sin problemas, inaugura su Copa Confederaciones

Brasil, una de las principales Selecciones que juega con la camiseta.

Sin rival, sin complicaciones. Casi caminando, Brasil consigue sus primeros 3 puntos en la Fase de Grupos de la Copa Confederaciones 2013, diciéndole al mundo: "Miren, no le ganamos a nadie, pero aún así la gente ignorante cree que ya somos el mejor equipo del mundo".

Ha iniciado el primer evento deportivo sin sentido en Brasil, un evento que viene a robarle al país algunas de sus prioridades sociales: la Copa Confederaciones de Brasil 2013. Porque ni a la FIFA ni al gobierno brasileño le importan las necesidades de los necesitados, por eso se realiza dicho torneo.

Qué es más importante: ¿Organizar una competición como la Confederaciones o sacar de la extrema pobreza a una familia brasileña? Esta pregunta no viene al caso, es hasta absurda, por eso no la responderemos. Y como no nos interesa las estupideces de los que menos tienen, mejor veamos qué fue lo que sucedió en el partido inaugural de la multimillonaria (pero justificada) Copa Confederaciones 2013, algo que sí vale la pena discutir.

Primer juego de la Confederaciones, el anfitrión Brasil recibía a los kamikazes de Japón, éstas personas que nunca abren los ojos y que son vistas por resto del mundo como personas raras. El nuevo y costoso mítico Estadio Nacional de Brasilia, presenciaría su primer juego oficial; un impresionante inmueble que le dice al mundo: "Mírenme, el dinero que se invirtió en mí sólo significa una cosa: la pobreza en Brasil ya no existe, está casi erradicada. Observen cómo ignoro mi tercermundista realidad y actúo como primermundista, algo que no soy". Y entonces, con el Estadio Nacional exhibiendo al gobierno brasileño, daba inicio el ensayo rumbo al Mundial de Brasil 2014.

Ceremonia de inauguración
Un breve espectáculo en la cancha del Estadio Nacional, el estadio que el cinismo social construyó, abría el espectáculo futbolístico organizado por el tercermundismo latinoamericano.

Una ceremonia llena de color y música, bailes y disfraces; más que una inauguración, más bien era un espectáculo de carnaval con temática deportiva, y es que, ¿qué más podían hacer los brasileños sino un mini carnaval? Un aspecto cultural muy brasileño no podía faltar en la inauguración. No, no fue la gran cosa, no se compara con la mejor inauguración de todos los tiempos en el futbol: la inauguración de la Euro 2012.

Y luego de un espectáculo de apertura bastante predecible, daba inicio el torneo.

Afuera del estadio había manifestaciones de todo tipo (antes, durante y después del partido), incluso hubo varios heridos y detenidos, pero como ya dijimos, estas tonterías no nos interesa.

La presidenta de Brasil fue quien recitó algunas palabras que inauguraban oficialmente el torneo, así como el incompetente Joseph Blatter quien también dijo algunas palabras sobre el torneo y la organización del mismo, así como del juego, lo cual causó que medio estadio los abucheara. Ya era hora que alguien le dijera sus verdades, y el público brasileño tuvo el valor de hacerlo. Bien por los doblemoralistas brasileños que le gritaron al pingüino Blatter, y a la presidenta que no sabemos cómo se llama.

Y luego, ya con los equipos en la cancha, era momento de otra ceremonia que debería de desaparecer: los Himnos Nacionales. Esta parte del futbol que intenta llevar el futbol a otro contexto, cuando nada más debería de quedar como un simple juego de futbol. Pero bueno, se escuchó el bonito Himno de Japón y luego el rítmico Himno de Brasil, para dar inicio a la guerra al cotejo.

Futbolísticamente, no era el gran partido, un juego con despliege futbolístico enorme, para nada, pues sólo había una Selección en la cancha (Brasil, por si pensaban que era Japón), así que el futbol estaría sólo de un lado, y efectivamente, así fue; los locales fueron ampliamente superiores durante todos los 90 minutos, en ocasiones el equipo japonés intentó atacar con ambición pero su futbol, su nivel y su talento no daba para más, ante un Brasil crecido y sabedor de que existe una diferencia enorme entre un futbol y otro, se relajaron y dejaron que la lógica fluyera.

A Brasil le bastó 3 minutos para quitarse toda la presión y sacudirse los nervios --los mismos que venían acumulando desde meses atrás--, pues al minuto 3', cuando todavía nos acomodábamos en nuestros asientos, llegaba la primera anotación del partido, y el favorito estaba cumpliendo, al igual que Japón, que en su papel de víctima no hizo mucho para evitar el gol tempranero, casi de vestidor.

Neymar, una mentira piadosa.

Un centro para Hulk, que intenta bajarla con el pecho, pero le rebota demasiado, y entonces le quedaa para el fraude Neymar, éste saca un derechazo y la pone al ángulo, un churrazo del tamaño del estadio (que muchos lo llamaron golazo) para abrir la Confederaciones; y la mentira se hacía más grande, el sobrevalorado Neymar volvía a esconder el fraude y la mentira que es, con éste gol, sus bonos crecían. Neymar, la mentira más grande del futbol, punto.

De aquí en adelante, el partido fue para Brasil; el juego cayó en una comodidad brasileña, ni los propios brasileños esperaban el juego tan fácil; y uno hubiera esperado a un Japón más peligroso y desarrollando un futbol con un más nivel aceptable, pero no, quedó claro que las diferencias son grandes, y que Brasil, cuando se pone las pilas, sabe cómo definir los partidos. Así como en Concacaf, donde ha habido un cierto crecimiento, pero las diferencias todavía siguen siendo enormes, aunque hay algunos con una mentalidad de ratón que creen que ahora "es más difícil ganar en Concacaf", pero este es otro tema.

El juego fue sencillo y sin complicaciones, Brasil ni se ensució la camiseta --y eso que siempre juega con ella, y en este partido no fue la excepción--. Al inicio de la segunda parte, al 47', Paulinho pondría las cosas 2-0 a favor de los cariocas, y Japón poco a poco cedía. Y hablando de los japoneses, si algo hay que reconocerles es la mentalidad, pues apesar de no poder hacer nada en el juego, de ser rebasados y humillados de principio a fin, nunca dejaron de atacar, nunca bajaron los brazos y simpre continuaban buscando alguna oportunidad; no daban el partido por muerto, y hasta el último momento no lo dejaron de intentar, aunque, como ya dijimos, poco a poco los asiáticos fueron cayendo en las garras de los verde amarelas.

Y la cereza en el pastel caería al 90'+3, ya en tiempo agregado, el trepador Jo pondría el 3-0 definitivo, para así comenzar con el pie derecho. Japón se murió de nada, nunca fue peligroso, nunca tuvo jugadas claras, y si no hubiera sido por el arquero que estuvo bien (a secas), se hubiera llevado una goleada, goleada que hubiera hecho la mentira de Brasil más grande.

Japón jugó al contragolpe (porque no le quedaba de otra), buscó los espacios para intentar filtrar balones pero no obtuvo muchos resultados, luego comenzó con los centros al área, y tampoco pasó mucho. Brasil por su parte se veía mucho más suelto, mucho más convencido y con un nivel futbolístico que se notaba en cada jugada; por supuesto, el rival permitió que Brasil desarrollara un futbol atractivo y efectivo, habría que ver a los brasilenhos ante un equipo de verdad (podría decir México, pero no quiero parecer de TV Azteca o Televisa), como Italia o quizá España, porque apesar del buen juego colectivo y sobretodo individual, la victoria tiene mucho que ver con el rival que no opuso ninguna resistencia.

Brasil jugó muy agradable, y lo que ustedes quieran, en ocasiones espectacular y presumiendo demás, pero no le ha ganado a nadie; que nadie se engañe con la mentira Neymar, que nadie piense que Brasil ya está en la Final, pues también notamos que a Brasil le pueden hacer daño de contragolpe, un equipo más ordenado y más "talentoso" podría acabar con la mentira amazónica, así que Brasil no es invencible y todavía no ha mejorado, se vio contra Japón, donde en gran parte del encuentro cayó en una monotonía; no iba a ningún lado, no creaba y no tenía variantes, hasta que sus individualidades lo salvaron.

En ocasiones hasta le costaba pasar del medio campo, sí, aún apesar de que fue superior, también mostró debilidades, pero esas debilidades sólo pueden ser explotadas por equipos más sólidos y más competitivos.

Fotos | Getty Images