América y el sueño del Mundial de clubes

En un mundo ficticio, América llegaría a Japón con la confianza y la autoestima alta; después de todo, el América descubrió que es capaz de levantarse ante la adversidad y darle vuelta a un marcador en contra y neutralizar a un rival que es mejor que ellos. En un mundo ficticio.

Seamos realistas, el Mundial de clubes es una porquería de torneo. Desde la organización hasta, por supuesto, el nivel competitivo, es el peor campeonato que la FIFA organiza, y al parecer no les preocupa mucho la imagen de su torneo, porque nada han hecho para mejorar a tremendo estorbo que cada año sea cae a pedazos.

Lo realmente penoso (casi rayando en lo patético) es el nivel futbolístico de los representantes de cada confederación; América del Norte (CONCACAF), Asia, África y Oceanía asisten al Mundial de clubes para simplemente hacer el ridículo y exhibir sus miserias. Sudamérica no lo incluimos porque es el que más pelea da y porque ya ha ganado dicho torneo unas cuantas veces (aunque muchas veces hacen el ridículo).

Si antes no era atractivo, ahora menos. Hoy en día ya ni los campeones de la UEFA Champions League causan la expectativa o levantan el torneo con su sola presencia. El Mundial de clubes es, pues, un torneo que no deja nada y que no ha adquirido el prestigio que un torneo oficial debería de tener. Claro, para algunos, ganar el Mundialito sería probar la gloria máxima, y hablamos de los equipos de la Concacaf --que más que confederación, ya parece banco--.

América contra Asia y Europa
El representante del futbol mexicano en esta edición 2015 del Mundial de clubes de la FIFA será el América, Campeón vigente de la Concachampions 2015.

¿A qué va el América al Mundial de clubes? A intentarlo. Y ya no sabemos si lo intentará en la primera o segunda fase. Si en la Liga MX fue inconsistente (ante equipos igualmente inconsistentes), ¿qué podemos esperar ante rivales desconocidos y ante una potencia europea como lo es el Barcelona?

El América tiene el gran reto, el gran desafío de eliminar al Barcelona, y lo que venga después que sea lo que Dios quiera. Más que un reto, es, creo yo, una tontería.

A pesar de que el futbol chino es de un nivel inferior --inclusive inferior al futbol mexicano--, pueden suceder dos cosas en el primer partido del América: ganar con gran facilidad o perder por la mínima diferencia, es decir, perder con ridículo incluido. El primer rival del América será el Guangzhou Evergrande FC, equipo chino que nadie sabe qué nivel trae y que nadie sabe a qué juega. En teoría, el Amérca debería ganar porque el futbol de China no es tan competitivo, pero el futbol mexicano, debido a que no acostumbra jugar torneos internacionales de buen nivel, siempre le cuestan este tipo de encuentros. Y lo peor del caso es que tampoco sabes cuál es el nivel del América; el América que vimos contra Pumas, ¿es el América que veremos ante el Evergrande? Pumas no es el Guangzhou, la Liguilla no es el Mundial de clubes, y el Barcelona no juega en el futbol mexicano.

Aceptémoslo, para que el América pueda vencer a un Barcelona que se encuentra en su mejor momento --incluso jugando mejor que la temporada pasada--, tendría que suceder una castástrofe en contra del Barcelona, y esto sólo sucedería si el América diera su mejor partido de los últimos 10 años.

Si no estamos seguros si en la primera fase América pueda avanzar --tomando en cuenta lo escurridizos que son los equipos asiáticos--, ¿qué nos hace creer que pueda vencer a un Barcelona? El Barcelona saldrá relajado, y podría ganar por uno o por dos goles, o quizás golear, pero el Barcelona ganará. Y no es malinchismo, antiamericanismo o simple pesimismo, es la cruda realidad del futbol mexicano.

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