La Selección Mexicana Sub-23, la tan cuestionada Selección Olímpica, se colgó la Medalla de Oro en Londres 2012, al derrotar por 1-2 a la Pseudoselección Brasileña, con goles de Ororibe Peralta, apenas al segundo '28 y al minuto 75', y casi final, como ya es una costumbre en el futbol mexicano, Hulk acercó a los verdeamarelhas al minuto 90', donde las cosas por poco y cambian de rumbo, pero gracias a que Oscar estaba drogado, al fallar un cabezazo que era el empate, el juego no se alargó y terminó con triunfo para los aztecas.
Con esto, El Tricolor por fin consigue una Medalla en una Olimpiada, y vaya que es histórico, ya que tuvo todo los ingredientes necesarios: el rival era Brasil (una versión bastante pobre, pero era Brasil), el escenario era Wembley y nunca se había logrado una Medalla, además de que se contribuyó para alargar la Maldición Olímpica de Brasil.
Y algunos todavía pensaban que España hiba a Londres por su Medalla de Oro que ya tenía ganada desde antes, y que la Fase de Grupos y la Fase Final hiban a ser puro trámite. Claro, los que pensaban que España tenía la capacidad futbolística para ganar Medalla, son una bola de esquizoides.
Pero claro, con la pasión desbordada y la alegría desmesurada, podemos decir cualquier tarugada, como por ejemplo, que México ganó sin peros, que el triunfo de México no tiene questionamientos o que México ganó en su totalidad por méritos propios. Esto es totalmente falso, tampoco hay que exagerar, porque si algo afecta a los mexicanos es la autocrítica que casi nunca aparece.
Está claro que Brasil no fue el gran equipo en estos Juegos Olímpicos de Londres 2012, los partidos de Fase de Grupos, Cuartos y Semis, los ganó con ayuda de su camiseta y su historia, además de la mediocridad de sus rivales; en la Final enfrentó a un rival de verdad, un equipo más sólido y fuerte, y uno que sabe cómo jugarle a los cariocas, y, por consecuencia, quedó bastante exhibido.
No, Brasil no le ganó a nadie; ganó porque a sus contrincantes les pesó el color amarillo y azul.
Los brasileiros tenían un gran equipo, con grandes nombres, pero el funcionamiento, sobre todo colectivo, quedó a deber en demasía; fue un equipo bulnerable y poco contundente desde un principio, tanto, que hasta Honduras los tuvo abajo por mucho tiempo, y hasta pudieron haberles ganado, para que vean qué tan mal andaban los amazónicos, si Honduras por poco te gana, entonces sí estás muy mal.
De éste Brasil, México se valió para salir avante en la Final. El equipo mexicano, en muchas ocasiones se vio superior y hasta movía los hilos en el partido, cosa que no supo aprovechar en su totalidad, ya que la efectividad sólo estuvo presente en un 80%, y con eso le alcanzó para ganar el partido.
El Tri tuvo la fortuna de enfrentar a un Brasil disminuido y con poco oficio, un equipo que dependía más de sus individualides que de su juego de conjunto, y que dichas individualidades nunca aparecieron, en parte porque fueron muy bien neutralizadas por la saga mexicana. A todo esto, debemos sumarle el momento anímico, emocional y futbolístico del equipo tricolor, que nunca se achicó, que nunca se hizo menos ante Brasil y que nunca se arrodilló ante su camiseta.
Fueron dos goles, pero pudieron haber sido más, si México hubiese apretado un poco, tal vez estuviéramos hablando de un marcador mucho más abultado; tuvo la oportunidad de hacerlo, pero fue demasiado precabido, decidió tocar la pelota lentamente y jugarla en medio campo, en lugar de ir al frente con más ambición, ya que Brasil, en gran parte del partido, estaba entregado.
El primer gol fue clave. Al segundo 28', México abre el marcador, en un balón que roba Oribe Peralta para sacar tremendo disparo pegado al poste derecho del guardameta Gabriel; un gol inesperado, tanto para México como para Brasil, que estos últimos tardaron demasiado en recuperarse, lo cual también le dio al equipo mexicano la confianza necesaria y casi, casi el triunfo directo, ya que el gol cambió muchas cosas; nunca sabremos que hubiera pasado si ese gol no cae temprano, seguramente las cosas hubieran sido muy diferentes, por lo menos en la actitud de los brasileños. El gol de vestidor tiró del ladrillo a los brasileños, mientras que a México lo envió a lo más alto.
En la segunda mitad, con un Brasil decidido a rescatar el orgullo, comenzó a tener la posesión de la pelota y México comenzaba a perder el orden, pero todo regresó a la normalidad cuando los aztecas volvieron al partido; el Tricolor, sabedores que estaban enfrentando al puro nombre de Brasil y no al equipo, se fueron al frente apoyado con la debilidad de los cariocas; al 74', nuevamente Oribe Peralta marca el segundo y definitivo gol, en una muy mala marca brasileña, el santista se adelanta a la pelota centrada por Fabían, y no perdona. Aquí, México demostraba su efectividad y superioridad en el partido. Ni Pato ni Marcelo y ni la mentira llamada Neymar pesaron en el juego; éste último cada vez comprueba que es un fraude total, ya que cuando se le necesita nunca aparece, lo vimos en la Final contra el Barcelona en el Mundial de Clubes, en partidos importantes en la Copa Libertadores y ahora en la Final de Londres 2012. Neymar es la mentira más grande del futbol mundial.
Luego, ya con la Medalla en el cuello, el equipo mexicano se ve invadida por los nervios, ya que al 90', Hulk marca el 1-2 y pone a temblar a medio mundo, pero con 1 minuto para el final, Brasil ya no pudo hacer más, esto porque el pseudobrasileño Oscar falla un cabezazo solo ante el porquero Corona, lo cual hubiera significado irnos a tiempos extras. Para fortuna de México, los brasileños se acordaron que eran los favoritos hasta los últimos segundos.
Ahora, que ésta Medalla no vaya a significar los mejores Juegos Olímpicos de la historia para México, no. En Beijing 2008 se ganaron dos Medallas, aquí sólo va una, y más si contamos que hemos ido de decepción en decepción, tal es el caso de María Espinoza --que era la favorita para llevarse el Oro, y quedó eliminada, conformándose con el Bronce-- o Paola Espinosa, que parecía que, después de conseguir la Plata en 2008, ahora se llevaría la de Oro, pero ni la de Bronce. Éstas entre otras diciplinas que no han dado resultados por muchas cosas, entre ellas, el poco seguimiento que se les da a los deportistas, ya que todo los reflectores están sobre el futbol varonil --porque hay que recordar que el machismo es una de las cosas que también predomina en México, ya que de la Selección femenil ni se habla y ni se apoya cuando pelean por un lugar en Olímpicos--, los Juegos Olímpicos giran entorno al Tricolor, como si fueran los únicos atletas.
México ganó bien, merecidamente, pero también se ganó gracias al mal equipo brasileño que fue a Londres, o a que Argentina no calificó, o que a España aterrizó a su realidad. Sin contar el Grupo y la llave que México tuvo para acceder a la Final. No, no es derrotismo, es la realidad y creo que también es objetividad.
Y decimos esto porque algunos ya andan diciendo que esperan las disculpas de los retractores de éste equipo. ¿Retractarnos de qué o que? De hecho, yo, sigo pensando que éste equipo es, si no una porquería, una pésima Selección; hay que ver el asunto desde varias perspectivas, México ganó ante un equipo débil, y aprovechó las deficiencias de su contrincante. Pero tan mediocre es ésta Selección Mexicana, que por poco y Brasil, con todo y su pobre nivel y desempeño, saca el empate en tan sólo 3 minutos, para que vean qué tan pobre era también México. No, no todo fue superioridad mexicana, hay que dejar de lado ese patrioterismo y ser críticos y analizar las carencias del futbol mexicano, y ver la realidad.
Medalla de Oro en futbo varonil, gracias al regular equipo que se armó, y a los rivales que se enfrentó.
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