Luego de caer ante las heoricas Águilas del América, en un partido muy raro, las alarmas se encienden en el equipo de Tijuana, pues en la jornada 7 ya han sumado su segunda derrota consecutiva de lo que va del torneo, y lo hacen además ante Jaguares de Chiapas, una escuadra experta en frenar invictos y comprobar que hay vida después de la muerte, pues los felinos vuelven a darnos un zarpazo de buen futbol, al puro estilo de Jaguares.
Hoy, Tijuana, dio uno de sus peores partidos desde hace mucho tiempo, quizás desde que Mohamed tomó al equipo; unos Xolos grises y ofensivamente débiles y poco agresivos, así jugaron en el Zoque, donde perdieron 2-0, con dos goles de Luis Gabriel Rey. Tijuana, que no metió ni las manos, desplegó un futbol muy limitado y lejos del nivel que nos tiene acostumbrados.
Las razones pueden ser muchas, una de ellas es que el equipo ya está pensando en la Copa Libertadores, y más si el Toluca le calló la Boca a los argentinos al ganar 1-2 en "La Bombonera", en Argentina. Aún así, Tijuana no puede desconcentrarse y descuidar el torneo local, aunque Mohamed haya dicho que prefieren la Libertadores que el torneo doméstico, pues le puede seguir ocurriendo tropiezos como contra Jaguares, y esto podría tener consecuencias en el accionar futbolístico y anímico durante sus próximos compromisos.
Y nuevamente el futbol mexicano parece que no tendrá a un digno representante en la Copa Libertadores, y cuando decimos "digno" nos referimos al nivel futbolístico. Y es que la mayoría de los equipos mexicanos que participan en dicho torneo sudamericano, siempre llegan en un nivel muy deplorable, y nunca en el nivel más óptimo; le pasó a las Chivas en el torneo pasado, donde llegó hasta la Final pero sin mostrar el gran futbol, también podríamos decir lo mismo del Toluca en el presente torneo, que le ganó a un Boca Jrs. muy endeble, que recién está comenzando el torneo local y que atraviesa momentos de cambios, ahora, por si fuera poco, los Xolos parecen haber caído en el abismo de algo llamado "Campeoanítis".
Cuando creíamos, cuando pensábamos y cuando nos ilusionábamos porque el Tijuana, después del gran y enorme futbol mostrado en el anterior torneo y en el presente Clausura 2013, sería el invitado más fuerte en la Libertadores desde hace mucho tiempo... que se nos terminan desinflando justo en el momento preciso, a la mera hora, cuando vivía su mejor momento, cuando era mejor que todos y cuando tenía la capacidad de ganarle a cualquier equipo sudamericano. ¿Por qué, Tijuana, por qué?
¿Por qué, Xolos? ¿Acaso es una maldición?
Por supuesto, no podemos hablar tan pronto del debacle futbolístico del equipo fronterizo, pues dos partidos perdidos no dicen mucho, pero sí preocupan, sobre todo por el nivel y el funcionamiento mostrado. Contra el América, Xolos fue mucho mejor, creó más jugadas de peligro, pero América simplemente metió las que tuvo, y Xolos, no; a los rojos les faltó contundencia y presición, al igual que contra Jaguares, que no sólo se le desvió aún más la puntería, sino que mostraron su peor cara, al desplegar un futbol de equipo mediocre.
Así, con dos derrotas al hilo y con la incertidumbre de no saber si es la irregularidad e inconsistencia --algo que caracteriza al futbol mexicano-- que ya se ha apoderado de Xolos, inician su camino en Libertadores, donde no sólo tendrán que pelear contra los épicos viajes y el karma de ser el equipo que represanta a la ciudad que es el norte de Latinoamérica, sino que también remar contra corriente e intentar solventar una posible baja de juego, tanto en lo futbolístico como en lo anímico.
Se suponía Xolos sería el equipo mexicano más fuerte, más pleno, más sólido y con más oportunidad en la Copa Libertadores; hoy, la realidad parece ser otra. Tijuana, hace tres semanas, hubiera ganado con gran facilidad a su rival en Libertadores, pero hoy ya no sabemos qué pensar.
Foto | Mexsport
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