Hasta pronto, Lorena

Con lágrimas, Lorena Ochoa se despide, se retira del golf profesional como la número uno del mundo.

Fuimos testigos del nacimiento, crecimiento y consagración de una de las deportistas más grande que este país ha dado: Lorena Ochoa. Y hoy, como la número uno del mundo, ha decidido retirarse. Se va por motivos personales, pero creo que muchos --o todo México-- nunca le dio la atención, el reconocimiento y el mérito por todo lo que consiguió como golfista. Lo ganó todo; cada mes, cada año en veíamos a Lorena con un trofeo en las manos, ya era costumbre verla así, y así nos acostumbró.

Y es que el golf, a diferencia de otros deportes como el futbol, no es algo que al pueblo mexicano le llame mucho la atención, tampoco que tenga muchos fanáticos y muchos menos que sea seguido por la tele o en el campo mismo, aparte de que a muchos no le interesa por lo tedioso que llega a ser (es la verdad).

Nunca, los mexicanos, nos dimos cuenta de que teníamos a nuestro Rafael Nadal, nuestro Roger Federer, nuestro Cristiano Ronaldo, nuestro Lance Armstrong, nuestro Messi, nuestra María Sharapova pero del golf, pues siempre se le negó los reflectores, esos mismos reflectores que están sobre lo que más vende, que es la mediocridad --como ejemplo, el América, que llama la atención por el momento que atraviesa--, pero de la número uno nadie comenta, nadie habla y mucho menos nadie reconoce y admira, los hay, pero pocos.

Lorena fue la máxima exponente del deporte mexicano, eso estás más que claro. Es un pena que se tenga que retirar. Muy difícilmente veremos a otra como ella.

Pero Lorena no sólo fue una deportista que lo ganó todo, fue más que eso. Tal vez suene choteado pero es cierto, Ochoa es un ejemplo de superación, de querer y poder; ella quiso ser la mejor de todas... y lo logró, y aún mejor, llegó más allá, consagrándose como la mejor en su diciplina, logrando cosas que nadie más había logrado.

Ejemplo para niños, jóvenes y hasta adultos; Lorena es el estandarte del deportista mexicano y debe ser tomada como un gran ejemplo. El camino que Lorena recorrió es digno de contarse en las escuelas y e incitar al éxito a los jóvenes, y cuando digo las escuelas, me refiero a tratar de borrar ese estereotipo donde sólo los hombres son los que siempre se visten de héroes.

Lorena nunca se vio inmiscuida en escándalos; nunca apareció en notas amarillas, nunca la palabra doping pasó por la prolífera carrera de Ochoa, la disciplina fue y sigue siendo su carta de presentación. Dentro y fuera del green, Lorena manejó una imagen impecable, como nadie.

Lo único que nos queda es agradecerle por los campeonatos, torneos que ganó y por lo orgullosos que siempre nos hizo sentir y que, estoy seguro, seguirá dándonos muchas alegrías más.