Alizée y su psicodélico paso por La Academia

El escenario más importante de Latinoamérica, Centro América, Sudamérica... vamos, el más importante de América, se vistió de gala para recibir a la actriz y cantante internacional más importante de Europa, Medio Oriente, África, Asia, Las Chinas y Oceanía: Alizée.

Sí, la cantante Alizée Jacotey Ramírez estuvo en el programa de La Academia, éste reality show que no es más que un infomercial con mucho presupuesto.

Dicho sea de paso, el programa está producido por una bola de esquizoides cirqueros, que alguien me diga cómo le hacen para seguir produciendo en la televisión mexicana. Además, después de ver el programa, me di cuenta que tiene más anuncios que un auto de NASCAR.

La llegada de Alizée a México, como la última vez, causó conmoción entre sus seguidores; ya desde el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (en donde sacaron algunas lámparas, por si las moscas), los emocionados fanáticos esperaban con ancias ver a la mujer que los mantuvo moviéndose al ritmo de sus petacas en aquel año 2003.

La francesa --que no es más que el cadáver de lo que alguna vez fue-- por fin llega y baja del avión que ella misma diseño, y, rodeada de personal de seguridad como la CIA, la Interpol, el FBI y por supuesto la PGR, recorre los pasillos del aeropuerto saludando a todo mundo, para después tomar un taxi que la llevaría a la casa más famosa de México, y no, no hablo de Los Pinos, hablo de la casa de La Academia.

Aquí hago una pausa para comentar algo curioso. ¿Han notado que todos los fans de Alizée, son espantosamente feos? Sobre todo los hombres, parece que para ser fanático de Alizée hay que tener cara de nopal quemado, por que es terroríficamente desagradable ver la cara a un fan de la francesita, pero eso es otra historia, tal vez en otra ocasión hablemos de eso.

Volviendo al tema, TV Azteca --después de soltar una lanota para tener a Alizée-- dizque les da una sorpresa a sus esclavos modernos (ellos los llaman "alumnos") y les regaló un día de convivencia con la cantante; la francesa es llevada a la casa --para que vean qué tan retrasados están los de Azteca, ese formato de "estar encerrados en una casa" ya no se usa desde la primera edición de Big Brother-- en donde se encuentran los "alumnos" (todos bien pandrosones, por cierto) que se llevan una sorpresa al ver a la cantante, aunque la sopresa se la llevó ella, por que nada más hay que ver la cara que puso al entrar a ese potrero.

La reacción de Alizée, justo al momento de entrar, fue de "¿y estos criminales quienes son?, ¡tengo miedo!", como que se hacía para atrás por temor a ser violada o algo así. Luego se reúne con todos para platicar --nadie le entendía, pero según ellos muy intelectuales platicando con la "Lolita"--, en eso, el alumno indígena Emmanuel, con guitarra en mano, que se pone a cantar con una jeta tipo máscara de halloween, pobrecita de Alizée, se le puso la cara verde; estaba a punto de vomitar.

Pero eso no fue todo, ya que Alizée se siente la Madonna francesa y como que no queriendo la cosa, nada más suelta una que otra sonrisa, nomás pa' que no digan que no le pagaron bien.

Y si a eso le sumamos que Alizée, cuando es entrevistada en México, adquiere una actitud como si estuviese traumada, drogada, tonta; estúpida, enferma, enojada; disgustada, harta, abrumada; cansada o violada, por que se pone como tímida y a la vez bien pendejita, no sé, creo que le da pena no enteder el español, o algo por el estilo.

Y por fin llegó el momento. De cada 1000 televisores del país, 991 estaban en sintonía con La Academia (las otras 9 estaban en el canal Venus); todo México, todo el continente quería ver a Alizée en vivo y en directo. Y el circo comenzó, éstas personas, con poca autoestima (llamados "alumnos), se ponen a hacer todo su numerito y a ridiculizarse como siempre lo han venido haciendo, para después dar paso a L'Alizé.

Y la tan promocionada presentación de Alizée en La Academia había llegado, y lo que simpre da risa son los ya famosos títulos que ponen para describir al artista invitado, algo así como "Desde Francia llega a La Academia la bella y sensual Alizée", "La cantante pop más importante de Europa", entre otros títulos, y siempre son exagerados.

Y claro, no podían faltar las imposiciones de Azteca para con sus artistas, Alizée fue obligada a hacer un dueto con el gigoló de Javier, y los dos no hicieron otra cosa más que el ridículo, primero, él, dizque habla francés, ella no sabía si seguirle la corriente o darle un trancazo, en fin, fue un performance sin chiste y desabrido. Ella lucía un bonito vestido negro, aunque se hubiera visto más guapa sin vestido. Luego vinieron los elogios sin sentido de los conductores, y la cara de Alizée lo decía todo: "Qué... estoy... haciendo aquí", "¿por qué estos enfermos conductores gritan tanto?"; "¿por qué hay tres alienígenas sentados en una mesa enfrente de mí?", comentaba Alizée en su perturbada mente. Y eso que no la pusieron a cantar "Cuesta subir la cuesta, La Academia te despierta", pero en francés: "Cuesta de la colline, La Academia vous vous réveillez".

Y claro, tenía ganas de llorar, y cómo no, al ver tremenda basofia de programa seguramente se arrepintió de haber asistido, pero eso le pasa por echar por la borda su prometedora carrerra, ahora se tiene que aguantar y ni modo, así es el desempleo, cuando estás necesitado agarras cualquier cosa, pero sí le tengo que decir a Alizée que también hay que tener dignidad, ya sé que nuestra Ali ya no tiene trabajo en el mundo de la música, pero no es como para andar denigrándote con presentaciones en La Academia, ya ni Andrés Bustamante que consigue trabajo cada cuatro años.

Alizée, con ganas de suicidarse, también tuvo que soportar la vergüenza de ir a sentarse ahí donde están "los maestros" y, además, junto con "el director" que es Eduardo Capetillo --que por cierto, cuando Alizée llega a su lugar, se pudo notar una erección de Eduardo Capetillo, ah que muchacho éste--, pero después, al puro estilo de Copperfield, Alizée desapareció; no aguantó ni cinco minutos a lado de esos perdedores (pero también hay que decir que aguantar cinco minutos de La Academia es un logro).

Otras de las cosas que llamó increíblemente la atención fueron las impresionantes piernas de pavo que se carga Alizée, hasta se parecía a Lucerdito en "La Voz... México"; además de que me hizo recordar al regreso de Britney Spears, ¿se acuerdan? cuando sus longas tenían más ritmo que ella, pues Alizée también le está entrando duro a los tacos de suadero, por que esas piernas nadie se las conocía.

Luego, como verdadera changita de circo, Alizée regresó para cantar una canción más aburrida que la cara de Lolita Cortéz, pero eso sí, con el playback a todo volumen. Lo que llama la atención es el look payasesco que ahora trae la originaria de Ajaccio, ¿qué le está pasando a la ex Lolita, se está sepultando solita.

Pero el final fue lo mejor, Alizée vuelve a sentarse a lado del "director", ahora ya más resignada, y se queda para ver las idioteces que a continuación siguieron; primero las locuras de la travesti de Tadeo, después la expulsión del tal Frank --que dicho sea de paso, esta aberración llamada Frank debería estar conduciendo algún show en "Cosmopolitan TV" o como actor principal en el canal religioso "María Visión" (una canal de paga, sí, ahora los ignorantes [comunmente llamados religiosos] tienen que pagar para estar más cerca de Dios, aunque siempre lo han hecho, pero los muy tarados no se han dado cuenta)--, donde Alizée tiene que aplaudir por que los demás también lo hacen, y además se reía, todos tristes y ella con una sonrisa de oreja a oreja.

¿Y qué estaba pensando Alizée en esos momentos? matarse, sí, después de tremendo show que se tuvo que fumar, seguramente se regresará a su tierra para buscar trabajo como recojebalones del Atlético Ajaccio, y nunca más volver a caer en la lujúria del sexo (que fue lo que la llevó a estos niveles).

Esa fue la presentación de Alizée en La Academia, una vergüenza para esta cantante; si yo fuera Alizée (aparte de masturbarme a cada rato con mi vestido de marinerita) me sentiría sucia por este bochornoso momento.