Chivas exhibe al América (otra vez)

Luego del extraño y bizarro Clásico del Apertura 2012, entre América y Guadalajara --el primero en la era Liga MX--, nos queda claro que el análisis va más allá del partido en sí; ya no sabemos si el resultado fue gracias a la mediocridad americanista, al proyecto milagroso de Cryuff, o a la terrible irregularidad del futbol mexicano, donde un equipo que juega como de Tercera División puede salir a ganar cómodamente en cancha ajena casi por goleada, y ante un rival que se supone se encuentra en mejor momento futbolístico.

Un Clásico más del futbol mexicano se llevó a cabo, y nuevamente sale a flote muchas de las carencias del mismo; se suponía que el favorito para llevarse el Derby mexicano era el local, el América. Las razones del favoritismo americanista son más que obvias, no hace falta mencionarlas.

Y aun con todo esto, el resultado final, así como el partido mismo, fue más abstracto que una película de Roman Polanski; ¿cómo es posible que el América haya perdido ante éstas Chivas? Las causas llegan más por parte del América que del visitante. América, como ya es una costumbre, se dedicó a fallar goles en la primera y segunda mitad; desperdició la oportunidad de matar el Clásico en muchas ocasiones, inclusive tuvo la oportunidad de remontar el marcador de 1-1, 1-2 y hasta el 1-3.

Está claro, también, que el futbol mexicano es bastante teórico; es difícil de ser certeros en cuanto al funcionamiento de los equipos y los resultados. En teoría, tan sólo en teoría, el favorito para este partido, era el América, por lo que había hecho desde el principio, por sus resultados, por el plantel y, sobretodo, porque su rival, las Chivas, llegaban de ganarle a Tigres (2-1), pero arrastrando uno de sus peores torneos de su historia, sin director técnico, sin idea futbolística y hasta con muy mala fortuna; un equipo realmente mediocre en toda la extensión de la palabra. Aun así, increíblemente, créalo o no, el equipo tapatío sacó el triunfo del Azteca con mucha categoría y casi sin complicaciones, ante un América temeroso que hizo lo que mejor sabe hacer: fallar y fallar goles, no imponer su localía y cometer errores en los partidos más importantes.

Sí, el América era el favorito para llevarse el Clásico nacional (y lo reiteraremos las veces que sean necesarias), pero no pudo hacerlo porque no tuvo la capacidad y la ambición para salir al terreno de juego y acabar con unas Chivas que siguen jugando igual que en la jornada 1 a la 10; sus resultados positivos se han dado gracias a sus rivales, y para prueba, el Clásico contra el América, y además en su casa.

¿O de veras son tan ingenuos como para creer que el "Proyecto" holandés de Chivas está dando sus frutos, y que además han ganado porque el Rebaño ha ido mejorando? Chivas, ahí como lo vieron en el Clásico, sigue siendo el mismo equipo sin idea futbolística, sin orden y sin delanteros en buen momento; lo de Marco Fabián y lo del cornudo Rafa Márquez Lugo, fue gracias a errores americanistas. ¿Que las Chivas jugaron mejor? No, no jugaron mejor, fueron certeros en sus llegadas, sí, fueron certeros en sus llegadas. América, como ya hemos dicho, se cansa de fallar goles, eso fue la clave del partido. Chivas, más que futbol, ganó con suerte y una especie de estado de gracia que mantiente desde hace unas cuantas jornadas atrás, nada más.

Ambos venían de ganar sus respectivos partidos, Las Águilas vencieron al San Luis (es decir, a nadie), las Chivas hicieron lo mismo contra Tigres (que pensó que ganarían con la camiseta); pero, como estamos en el futbol mexicano, todo esto era un simple espejismo. Ni América ni Chivas tenían claro lo que hiban a hacer en el Clásico; América no sabía a quién hiba a recibir, y Chivas no sabía si los hiban a golear. Al final, Chivas, aprovechando el mal día de sus contricantes, salió del Azteca con una alarmante victoria, y además sin tener la pelota.

Las claves del partido
Antes del encuentro, se hablaba mucho de quiénes serían los jugadores claves del partido, dos de ellos eran, por parte del América, Christian Benítez y Hugo González. Éste último sería quien se convertiría en factor en gran parte del encuentro; el portero americanista estaba en su mejor momento, había tenido un gran torneo, pero la inexperiencia fue notoria en el tercer gol. Apesar de esto, no hizo un mal partido, el problema es que jugar con una defensa que juega como niños, es muy complicado.

La primera jugada en la que aparece el arquero González es al minuto 20', en un disparo dentro del área de Marco Fabián. Después de eso, el guardamenta amarillo desaparece. Hugo González debe seguir siendo el titular en la portería amarilla, poner a Moisés Muñoz sólo porque es Moisés Muñoz sería una tontería, pero como en América las tonterías son cosas de cada día, no me extrañaría. ¿Qué tal la rima, apoco no es una maravilla?

Pero el que no apareció, fue Chuco Benítez, que apesar de que es el CSS del HTML americanista, sólo tuvo unas cuantas intervenciones, en la segunda mitad fue un fantasma. Pero el que sí apareció fue Rubens Sambueza, pero lo hizo para mandar todas las pelotas a la tribuna, cansándose de fallar y no pasárle el balón a sus compañeros.

El juego fue dominado desde un inicio por el América --¿acaso esperaban que fueran las Chivas?--, quienes se lanzaron al frente para buscar el primero, pero todo sus intentos de meter la pelota en la portería se esfumaban, qué novedad. Mientras tanto, Las Chivas Mecánicas, junto con el modelo de Kalvin Klein, que es preparador físico pero que ahora la hace de técnico, John Van't Schip, intentaban el contragolpe, aunque después, viendo que Las Águilas son un desastre defendiendo, sacaron el espíritu ofensivo y se fueron al ataque, consiguiendo así la primera anotación al minuto 35', el gol nace desde un saque de banda, que desvía Mosquera y que cabecea Marco Fabían, un gol que no significaba mucho, pues aún quedaba mucho partido, y sabiendo que las Chivas siempre inician así, y al final terminan perdiendo, pues el marcador momentáneo no decía nada.

Cabe resaltar el festejo de Marco Fabían, quien, junto con sus otros compañeros, también se han dejado llevar por la corrientada y la nacada llamada Gangnam Style, ya que luego del primer gol, se ponen a hacer la coreografía ridículamente.

Pero no contaban con que Juan Carlos Medina se había dopado antes del partido, ya que al 40', en un centro que es desvíado, "El Negro" le queda a modo el balón, hace un gran recorte y saca un gran disparo para marcar el empate, un gol como pocas veces se ve en el futbol nacional. Parecía el despertar del americanismo y el hundimiento de las Chivas que regresaban a su realidad.

Pero el América no sería el América si no hubiera ocurrido lo siguiente. En la segunda mitad, vimos a unas Chivas que comienzan a equilibrar el partido (sí, leyó usted bien, las Chivas comenzaron a tener llegadas), y al minuto 60', Rafael Márquez Lugo aprovecha la desconcentración americanista, y desde fuera del área saca un balonazo que es desvíado por Diego Reyes, suficiente para que Hugo González no pueda llegar a él, y el 1-2 estaba hecho.

Y siete minutos después, ya con un América sin poder reaccionar y aún con el golpe anímico de la segunda anotación, nuevamente Rafa Márquez (que andaba inspirado luego de que Vant' Schip por fin aceptara ser su novio), otra vez desde fuera del área y aprovechando la inexperiencia de Diego Reyes, saca otro zapatazo, un disparo que se come Hugito González, donde pudo haber hecho algo más que quedar mirando la pelota, ya que lo agarran adelantado comiendo camote. Y Chivas daba la campanada.

Pero aun había más. Al 80', Chivas, con el corazón en la mano, se salva del empate, cuando el defensa chivas logra sacar una pelota en la línea de gol. Y el futbol mexicano no sería el mismo si el árbitro no mete su cuchara, ya que al 90'+1, le marcan una mano a Paul Aguilar, cuando éste baja la pelota para perfilarse hacia la portería, una jugada complicada, pero que aparentemente sí había mano.

América estaba sobre el Guadalajara en los últimos minutos, tanto que el Ame hasta pudo empatar el marcador, pero ese no sería el América, así que no lo hicieron.

Las Chivas deberían estar agradecias de que los goles fueron en jugadas en movimiento, y no en penales, porque si no, de otra cosa estuviéramos hablando.