Las Águilas vuelan sobre los Patriotas

“Teníamos que ser agresivos. Los Patriots supieron frenarnos en ocasiones, pero mi mentalidad siempre fue mantener un juego agresivo”, Doug Pederson, entrenador de las Águilas que nunca antes había ganado un Super Bowl.

Iban como víctimas... y terminaron como Campeones. Las Águilas de Filadelfia rompieron con todos los pronósticos y acabaron con la dinastía que los Patriotas estaban construyendo en los más recientes Súper Tazones. Vencen 41-33 a los Patriotas de Nueva Inglaterra y dan la sorpresa en la NFL 52 años después.

La pregunta es: ¿Ganaron los Eagles o perdieron los Pats? Ni una ni otra; fue un duelo tan parejo, tan disputado, que cualquiera pudo haber ganado, si no nada más hay que ver los últimos segundos donde Brady casi le provoca un ataque cardiaco a medio mundo.

Por supuesto, sí hubo un equipo que mejor desempeño tuvo, y ese equipo fue Filadelfia. Aunque ambas defensivas dieron un juego para el olvido --sobre todo la defensiva de New England--, los Eagles fueron quienes arrasaron en el campo, gracias al poder de su ofensiva comandado por el usurpador Nick Foles, quien dio el juego de su vida, llevándose así también el MVP del partido. Foles y compañía lograron dominar en los primeros dos cuartos a unos apagados Pats, logrando varias anotaciones que pusieron sobre la lona a los de Belichik; y aunque New England impuso resistencia, al regresar y empatar el partido en la última parte, Philadelphia daba estocada tras estocada, para que al final lograran la victoria.

Eso sí, la victoria fue sufrida, ya que, cual cucarachas, los Pats no estaban del todo muertos, y hasta en los últimos 5 segundos todavía tuvieron la gran oportunidad de anotar y enviar el encuentro a tiempos extras. Pero, cosas del deporte, todo quedó en un romántico y apasionante intento. Un intento que terminó en pase incompleto. De esta manera, los Pats no pudieron hacer realidad el sueño de la inmortalidad; se toparon con un equipo capaz y completamente arrojado, decidido, agresivo, precisamente lo que le faltó al equipo de Tom Brady. Por supuesto, los Patriotas no dejan de ser un equipo histórico, sobre todo por cómo terminaron el encuentro: con la oportunidad hasta el último segundo.

Un Super Bowl sin espectáculo de medio tiempo
¿Hubo espectáculo de medio tiempo en este Super Bowl LII? Al parecer sí, pero fue uno de los más desabridos de los últimos tiempos. Por tercera ocasión, Justin Timberlake era quien, en teoría, debía encargarse del show del medio tiempo, pero lejos estuvo de complir con las expectativas. Expectativas que él mismo creó, pues desde semanas antes se la pasó parloteando de que éste Halt-Time Show sería espectacular... pero ni espectacular ni entretenido ni atractivo. Fue una bazofia total. Fue una presentación desangelada, predecible y sin momentos que llamaran la atención; básicamente, Justin Timbarlake fue un fiasco; en lugar de entretener, aburrió. Todos esperaban que sucediera algo, y nada pasó.

Justin Timberlake no es un mal artista, pero a mí, según mi opinión, me parece un cantante absolutamente insípido; no me gusta su música, no me agrada y ni me llama la atención su estilo. Tiene talento, pero a mí me parece que no está para este tipo de espectáculos --lo cual es curioso, pues su estilo se presta para que se luzca en estos eventos--, pues siempre se queda a medias; no termina de cumplir y siempre resulta repetitivo. Ha estado tres veces en el Super Bowl, y me parece que eso hizo que esta presentación del 2018 fuese todavía más descolorida. Una lástima lo del medio tiempo.

Por fortuna, el partido fue memorable, uno de los mejores, y eso salvó al Super Bowl.

Foto | Getty Images