Los Oscars se desparasitan y se abren al mundo

De la mano de Bong Joo Ho, la cinta Parásitos hace historia y triunfa en los Oscars, gracias a que los premios de la Academia se dieron cuenta de que existe un mundo más allá de Hollywood.

Los premios Óscar es un programa de televisión, y como programa de televisión es uno de los más grandiosos. Al ser una parte sobresaliente de la industria del cine estadounidense, los Oscars generan expectativa, polémica y emoción como ningún otro evento en el mundo, y la edición 92 de los premios de la Academia fueron muestra clara de su apabullante dominio y presencia en el mundo cinematográfico, donde lo imprescindible se llevó la noche e hizo más ameno una gala que, como la del año pasado, se estaba yendo por la alcantarilla.

¿Qué es lo que más caracteriza a los Oscars? Su incongruencia y desatino para premiar las cintas participantes. Ésto ha sido uno de los constantes de los Oscars, algo que todo el tiempo se le anda reprochando, --que si esta cinta era mejor que esta otra, o que tal director se ha cansado de hacer excelentes trabajos pero siempre terminan ignorándolo, etc.--, pero que esta vez intentó solventar con decisiones inesperadas. Pero, estas decisiones, ¿fueron acertadas?

Es por eso que los Oscars 2020 serán recordados como "los Oscars de la inclusión" o "el día en que los premios Óscar decidieron internacionalizarse".

Todo comenzó con el premio a Mejor Actor de Reparto, donde la justicia se hizo presente al ser Brad Pitt el gran ganador por su notable actuación en Once upon a time... in Hollywood. De hecho, los Oscars no pudieron comenzar mejor, pues los encargados de abrir la ceremonia fueron los geniales Steve Martin y Chris Rock, quienes rompieron el hielo y calentaron el ambiente con chistes y comentarios casi al nivel de Ricky Gervais, aunque en realidad nunca cruzaron esas líneas por completo, pero se acercaron.

Fueron tres horas y media que avanzaron de manera rápida. El hecho de que ya no haya un conductor, al parecer, ha agilizado la cosa, aunque es un hecho que la parte de los presentadores múltiples tiene que ser pulido. El año pasado parecía que habían cometido un error al no tener a un presentador, pero este año las cosas no lucieron tan mal, pero, insisto, esa parte necesita refinarse.

Y ya estábamos metido de lleno en las premiaciones. En las categorías poco relevantes, lo más destacado fue el premio a Mejor Película Animada, el cual se lo llevó Toy Story 4. Más tarde, subiría por primera vez al escenario el gran ganador de la noche: Bong Joo Ho, quien con su brillante cinta Parásitos se llevaría el primer premio de la noche en la categoría de Mejor Guión Original.

Otra película que fue un poco malmirada fue la increíble Jojo Rabbit, que sólo se llevó el Óscar a Mejor Guión Adaptado. Luego, subiría Laura Dern a recibir el premio de Mejor Actriz de Reparto, que para mucho fue un verdadero trámite.

Eminem, aunque usted no lo crea, apareció para levantar el show que se estaba estancando en la monotonía. Pero luego Roger Deakins subiría a recibir el premio a Mejor Fotografía; un momento bastante somnífero. Pero un poco después aparecerían James Corden y Rebel Wilson, para protagonizar el momento más hilarante de la noche. Ambos, disfrazados como en la fallida película Cats, se burlaron de su participación en dicha cinta. Notable momento. En la parte de la música lo más destacado fue Elton John y Bilie Eilish, ésta última, al igual que en los Grammys, volvió a hacer un homenaje a su abuelita con un atuendo realmente deprimente. Lo bueno de la cantante es que interpretó de manera brillante "Yesterday" de The Beatles (que, al parecer, sí sabe quienes son).

Acto seguir, Parásitos regresaba al escenario para ser galardonado con el Óscar a Mejor Película Internacional; nadie más podía ganar tal distinción que éste portento de filme.

En la categoría de Mejor Canción, Elton John (que cada vez más se parece a Don Francisco) y Bernie Taupin fueron los ganadores por la canción "(I'm Gonna) Love Me Again" de la cinta Rocketman. En realidad en esta categoría no había mucho de donde escoger, así que se fueron por la fácil...

Si ya con el Óscar a Mejor Guión Adaptado la cinta Parásitos le había dado en la madre a los pronósticos, nadie se esperaba lo que ocurriría en la categoría de Mejor Director. Ante la sorpresa de... ¡todos!, Bong Joo Ho se alzaría con el Óscar a Mejor Director, y la cara de Quentin Tarantino lo decía todo: "¿en serio?, era lo que se podía leer en el rostro. Martin Scorsese, acostumbrado a esos desaires, ni se inmutó. Ésto, aunado al premio de Mejor Guión Adaptado, le abría las puertas a Parásitos para realmente competir por Mejor Película.

Aunque el trabajo como director de Bong es notable, me parece que Sam Mendes o Tarantino habían hecho un mejor trabajo. Parásitos es brutal pero en otros aspectos, no tanto en la dirección. Y aquí es donde surgen las dudas sobre esta "apertura" que los Oscars quieren hacer; si se va a premiar con la intención de cumplir con la cuota de inclusión, entonces estarían cayendo en lo mismo que siempre han estado haciendo: premiar lo que rodea a la cinta, pero no a la cinta en sí.

Tras este exabrupto, que dejó atónito a medio mundo, Joaquin Phoenix y Renée Zellweger subirían al estrado para recibir el premios a Mejor Actor y Mejor Actriz, respectivamente. Phoenix dio un discuro intenso, aunque el que parecía que estaba hablando era su personaje de El Guasón. Zellweger dio un discurso similar al de Joker Phoenix, quien se llevó un premio justo pero con cierta polémica. La actuación de Charlize Theron me parece más excepcional que la de Renée, pero como ya sabemos, los Oscars están tratando de ser justos pero todavía les falta practicar aún más.

La noche de los Oscars 2020 culminaría con una de las sorpresas más grandes de los últimos tiempos... O al menos en cuanto a la decisión de la Academia.

Parásitos fue la ganadora de Mejor Película. El filme surcoreano pasó por encima de las cintas anglosajonas para erigirse como la gran triunfadora de la noche.

Pero en realidad lo que sorprende no es que Parásitos se haya alzado con el máximo galardón, sino la decisión de la Academia, quien se percató de la calidad de la cinta y la reconoció al tomar la mejor decisión, que era darle el premio a mejor Película Internacional y el de Mejor Película.

Los Oscars se sacudieron los prejuicios e intereses e hicieron que el arte y la calidad se impusiera, al menos en la noche del 2020; pero, ¿veremos lo mismo el próximo año? No hay que olvidar que los premios Óscar es un programa de televisión, y como tal necesita este tipo de movimientos para levantar expectativas y causar conmoción y así mantener el negocio a flote. Lo que espero es que esta congruencia se mantenga, pero que a nadie le sorprenda que mañana regresemos a lo mismo de siempre, donde todos siempre nos quedamos con cara de Quentin Tarantino.

Foto | AP