Casi de las cenizas, Monterrey sobrevive y resurge ante América para ser Campeón

Rayados de Monterrey Campeón del futbol mexicano Torneo Apertura 2019 LigaMX, al derrotar 4-2 en penales al Club América | Ximinia

América no se guardó nada y salió a buscar la remontada y el triunfo. Monterrey no tenía idea de lo que estaba buscando y lo único que encontró fueron dos goles devastadores. Al América todo le estaba saliendo bien; pero Monterrey modificó y, con más calidad individual, resurgió y llevó el juego a la prórroga. América falló en los once pasos y, con mayor entereza e inspiración, Monterrey salió victorioso y obtuvo su quinto campeonato.

Rayados de Monterrey venía de perder dos finales de manera consecutiva (una ante Pachuca y la otra ante el acérrimo rival Tigres), sin duda, recuerdos más que dolorosos. Y la tercera final no iba a ser distinto. ¿De qué otra manera iba a ser Campeón Monterrey sino sufriendo?

Tras una enorme y notable actuación en el Mundial de Clubes 2019, Monterrey regresaba (¿inspirado?) para jugar la Final del Apertura 2019 de la Liga MX. Como al futbol mexicano le encanta enseñar el cobre, ambos finalistas se verían las caras dos semanas después de jugar las semifinales, y aunque a nadie le afectó severamente, la liga mexicana se apuntó otra puntada más.

Tras su trascendental viaje a Catar, Monterrey llegaba al partido de ida con ciertas exigencias. Digo, competirle al Liverpool y tenerlos casi al borde de la eliminación, regresar y hacer el ridículo ante el América, no era algo que se podían permitir. Y así lo hicieron. Aunque no de manera clara y contundente, La Pandilla sacó la ventaja en el juego de ida al imponerse por marcador de 2-1. En un partido disputado, Rayados sacaría provecho de una expulsión para llegar al Azteca con un seguro de vida.

A pesar del triunfo, Rayados no llegaba como favorito para el juego de vuelta, y las estadísticas lo decían todo: dos finales perdidas, una rasposa racha sin ganar en el Azteca, los once títulos (de trece) que América ha conseguido jugando en el Azteca y, por supuesto, las grandes volteretas de Las Águilas en fases finales. Lo único que quedaba era intentarlo.

El desquiciante inicio americanista no sorprendió, pues era de esperarse que saliera a buscar remontar lo antes posible. Lo que no se esperaba era a un Monterrey deambulante. Eso sí que sorprendió.

América salió a cazar. Cual águila hambrienta, los Azulcremas no se dieron tiempo ni para acechar; fueron por la presa sin pensarlo dos veces, y apenas al minuto 5' América había dado ya el primer ponzoñazo. Federico Viñas inauguraba el festín. Rayados ni cuenta se dio de dónde vino el gol. El vendaval americanista había comenzado.

Los primeros diez/quince minutos, América salió a proponer y estaba concretando. Dominaba a placer. Llegaba con gran peligrosidad y parecía que la final iba a ser sentenciada en los primeros 45 minutos.

Lo de Monterrey era deprimente. No atacaba en absoluto; su capacidad para reaccionar era prácticamente nula. Para colmo, estaba defendiendo de manera espantosa; los errores en la marca eran flagrantes y no se veía por dónde Rayados podría salir de esas arenas movedizas.

Con los ánimos por los cielos, América ya ni sabía cómo atacar por tantas facilidades; cuando no profundizaba, tiraba centros al área chica con gran jocosidad... Al 24', producto de una pésima marcación, el nalgón Roger Martínez marcaba el lapidario 2-0, pero como la fortuna estaba apostando por Monterrey, el gol era anulado por la vía del VAR. A Rayados le regresaba el alma al cuerpo.

Los Millonetas tenían muy claro su objetivo, en cambio, Monterrey estaba completamente ausente; nadie sabía lo que Rayados buscaba. Si los regios esperaban que los embates americanistas cesaran, se iban a morir esperando. Perdidos y sin claridad, Rayados estaban sucumbiendo ante la dinámica y el orden americanista.

Mientras el final del primer tiempo se acercaba, Monterrey ya no sentía lo duro sino lo tupido. En 45 minutos, América pudo haber masacrado al Monterrey con una goleada de aquellas. La cantidad de jugadas que América generaba era de miedo, y la gran mayoría de ellas eran auspiciadas por las imprecisiones del Monterrey.

Cuando Monterrey parecía dar señales de vida, se topó con una defensa sólida, pero esa defensa azulcrema lucía gracias a la pobreza ofensiva de Rayados, que con jugadas imprecisas y sin ideas, fracasaba en su intento de reaccionar.

La debacle regiomontana llegó al 41', cuando Richard Sánchez encajaba el segundo del encuentro. América no dejó de buscar el segundo gol y su búsqueda rindió frutos. Monterrey simplemente no despertaba. No sabía cómo levantarse y cómo cambiar su accionar. La derrota parecía estar condenando nuevamente a los norteños, y América empezaba a saborear otro título más.

El terror seguía apoderándose de Monterrey. Al 43', el autor intelectual del primer gol, Viñas, estrella un balón en el poste. Rayados estaba noqueado. Lo mejor que le iba a pasar a La Pandilla era escuchar el silbatazo final de la primera mitad.

El inicio del segundo tiempo no fue muy diferente al primero; América seguía siendo peligroso, pero con la pequeñísima diferencia de que ahora tenía mayor control del partido. Monterrey estaba lejos, muy lejos, de su mejor nivel (colectiva e individualmente), así que no representaba mayor amenaza para Los Canarios, quienes se encontraban cómodos y tranquilos mientras los minutos transcurrían. El vuelo era casi perfecto.

La Final parecía tener ya un nuevo Campeón.

Se esperaba un partido parejo, cerrado, reñido, disputado... Nada qué ver; América casi ni se estaba despeinando. Mientras América se veía mejor organizado, Monterrey continuaba deambulando.

Pero nada es para siempre, ni el dolor ni la gloria.

En la segunda mitad, Antonio Mohamed, al ver que su parado inicial fue un completo desastre, hacía los cambios necesarios para intentar revertir el ridículo que Monterrey estaba haciendo. América también había hecho cambios, por estrategia y por necesidad.

Dominar un partido y no concretar las jugadas de peligro, cuestan caro, y más en una Final. América había sentenciado su destino al no concretar, y sin darse cuenta, habían caído ante los cambios del rival.

Monterrey no estaba muerto, sólo herido. Y quería sanarse las heridas con un épico despertar y así continuar su camino hacia la gloria. Al 68', y de manera poética, un disparo desviado de Vincent Janssen anunciaba un regreso inesperado.

Monterrey había hecho modificaciones, y estaban dando resultados. Ahora teníamos un juego más o menos parejo, pero Rayados ya se había dado cuenta de que estaban jugando la Final. Y entonces las cosas tomarían un rumbo diferente...

La vida da muchas vueltas. Y como la vida misma, el encuentro daba giros inesperados; ahora era América quien cometía errores, y un error americanista fue lo que le abrió las puerta del Cielo a Monterrey. Claro, porque Rayados también se animó a tocar la puerta del rival. Fue así que al 75', Rogelio Funes Mori le cortaba las alas al América y se las ponía para recrear una metáfora del vuelo que Monterrey había tomado.

Las estrellas de Monterrey se habían encendido. Luego de casi 90 minutos de estar apagados, los jugadores letales de Rayados regresaban de la anestesia y ahora estaban siendo factor. Fue Dorlán Pabón quien sacó de la chistera la primera genialidad; un pase excelso para que Funes Mori lo rematara y pusiera el agónico empate en el global.

Rayados cambió el funeral por una fiesta. Una fiesta donde ellos serían los anfitriones.

La tensión fue el primer invitado al carnaval rayado. Al 77', nuevamente Funes Mori sacaba un trallazo que acariciaba las redes. Y la máxima del futbol mexicano también llegaba a la cita: cualquiera podría ser Campeón.

Renacido e inspirado, Rayados de Monterrey se había volcado al frente como no lo había hecho durante gran parte del partido. Tenía la pasión corriendo por cada átomo de su ser, y quería plasmarlo en el resultado. Al 86', Guillermo Ochoa evita la coronación del visitante al hacer la atajada de la Final. Rayados, que al cierre de los 90 minutos estaba encima del adversario, pudo acabar con el maleficio en los últimos minutos del encuentro, pero América sacaba fuerzas de sus patadas de ahogado.

El tiempo regular concluía, y Monterrey lo había conseguido. Había sobrevivido; había logrado librar el abismo. Los tiempos extras serían para Monterrey la culminación o la muerte de un despertar heroico.

Monterrey estaba decidido a no volver a caer en una Final. Apenas al 92' del primer tiempo extra, Funes Mori envía un violento disparo por arriba de la portería de un nervioso Ochoa. Rayados iba por todo.

Ahora las ideas eran claras. Monterrey se fortaleció y se veía mas suelto, dinámico y grande. Más grande que como inició. Al parecer, se acordó que semanas antes le había competido al Liverpool, y quiso replicarlo ante Las Águilas. Rayados se creció y estaba imparable.

El visitante ya era un peligro latente. América estaba siendo encerrado en su propio campo por un feroz Monterrey, quien dominaba y amenazaba constantemente.

Al 114', Carlos Rodríguez estuvo a punto de bañarse con las mieles de la victoria cuando casi anota el gol del triunfo para Rayados. Al 115', Federico Viñas estrella un remate de cabeza en el larguero. Al 118', otro disparo americanista es atajado por la humanidad de Marcelo Barovero, y un contraremate sale dramáticamente desviado. Aquello era una locura futbolística.

La Final estaba de cabeza; ¿qué otra cosa faltaba? Los penales. Que habían avisado su llegada desde el comienzo de los tiempos extras.

Los tiempos extras habían pasado a la historia, ahora los penales eran el centro de atención. Y, sí, cualquiera podría ser Campeón.

Como Monterrey llevó el partido hasta la instancia de los penales, eran ellos los encargados de inaugurar los decisivos disparos.

Con gran temple y seguridad, Vincent Janssen tomaba el balón para cobrar el primer penal. No fallaba, y Rayados ganaba 1-0. Sin duda, uno de los mejores refuerzos del torneo.

Turno para el América. Nico Castillo, con un nervio evidente, cobra el penal y falla. El chileno sólo estaba corroboraba el pésimo momento que vivía.

Monterrey se acordó que para ganar tiene que sufrir, y fue así que John Stefan Medina falló el segundo para su equipo. El marcador era 1-1.

Emmanuel Aguilera no perdona y anota para el América. 2-1 el marcador.

Funes Mori, motivado por su actuación y sus más de cien goles, anota para Rayados. Con firmeza, el argentino empata el marcador a 2.

Uno de los mejores jugadores del encuentro no podía fallar un penal tan crucial, pero Guido Rodríguez falló terriblemente; su disparo terminó, muy probablemente, en el estacionamiento del estadio. El marcador se mantenía 2-1 a favor del foráneo.

Nico Sánchez, jugador clave de MTY, no se achicó y puso adelante a su equipo con un disparo pulcro. Ese gol cambió el marcador a un 3-1.

El polémico Giovani Dos Santos era el encargado de tirar el penal americanista. Y aunque hasta los propios aficionados azulcremas creían que la fallaría, Dos Santos no tuvo problemas para poner el 3-2.

El momento de ganar o morir había llegado. América fracasó en los penales, y estaba moribundo; Monterrey tenía que terminar con su sufrir, ¿lo lograría?

Leonel Vangioni estaba frente a dos caminos: ganar o continuar sufriendo para luego quizás perder. Vangioni eligió ganar, y fue entonces que sacó un disparo fulminante que terminó con la agonía de ambos finalistas.

Rayados de Monterrey, Campeón del Apertura 2019. En penales (2-4), sufriendo pero ganando como los grandes.

El equipo del norte consigue, así, fatídicamente, su quinto campeonato.

Lo notable del Campeón fue la manera en que lograron salir del estancamiento en el que se metieron durante el torneo regular. Se fue Diego Alonso y llegó Mohamed, que los levantó y los puso en otro nivel. Tanto así, que lucieron en el Mundial de Clubes. Se metieron a la Liguilla y llegaron a la Final.

Ante América, en el partido de vuelta de la Final, parecía que Diego Alonso los estaba dirigiendo, pero "El Turco" mostró el talento y sacó avante al equipo.

Las claves del partido: América no fue del todo contundente, y los cambios le hicieron daño. Monterrey supo acomodarse a la situación y logró solventar sus errores, para luego salir victorioso.

Con mejor plantel, Monterrey vino de atrás para ganar con el alma y el corazón en la mano. Derrotó a un gran equipo que a lo largo de la competición se hacía más fuerte. América tiene un gran equipo, pero sobre todo un histórico entrenador, que se ha convertido en uno de los mejores técnicos del futbol mexicano, pero que fue opacado por la astucia y calidad del Monterrey de Mohamed.



Foto | Mexsport


Casi de las cenizas, Monterrey sobrevive y resurge ante América para ser Campeón Casi de las cenizas, Monterrey sobrevive y resurge ante América para ser Campeón Reviewed by José L. Bravo on 7:11 p.m. Rating: 5

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