Las Águilas del América sucumbieron ante el poderío de Tigres apenas en la final de ida del Apertura 2023 de la Liga MX Femenil. Tres goles casi finiquitaron la serie donde Tigres resultó ileso y donde además desplegó un futbol excelso. Mientras que América ni las manos metió.
Un gol de Stephany Mayor al minuto 10' sorprendió al Azteca. Diez minutos después Maricarmen Reyes, al 20', aplastó las ilusiones americanistas. Y al 57' de la segunda mitad Belén Cruz casi sentenció la final con el tercero en la frente de las americanistas.
América tendrá que hacer una auténtica proeza en la cancha del Estadio Universitario si quiere convertiste en bicampeón, algo que suena sumamente improbable. Pero para fortuna de las azulcremas, en el futbol todo puede suceder.
La final de ida
No había mañana para el América. El juego de ida en su casa el Azteca era, probablemente, su única oportunidad para amarrar su tercer título... Pero esta vez la suerte no le sonrió.
Todo le salió mal al América. Tomó la iniciativa pero no pudo concretar las primeras oportunidades que se le presentaron. Se había apoderado del balón y se había lanzado al frente, pero el balon nunca cayó en las redes. En cambio, Tigres, y luego de las llegadas americanistas que las alteraron un poco, tuvieron dos y las metieron.
Dos aproximaciones fueron suficientes para que Tigres se alzara en el marcador. Primero Stephany Mayor y luego Maricarmen Reyes; en tan solo 10 minutos América se desplomó en todos los sentidos.
Pero cuando parecía que el encuentro podría emparejarse y tener un duelo dividido, el América no dejó de atacar y siguió buscando el arco felino. Tigres se dedicó a defenderse y con mucho éxito.
Pero las de Coapa llegaron al coloso de Santa Úrsula sin puntería. El resto del primer tiempo las Águilas generaron una enorme cantidad de llegadas, sobre todo en la recta final, pero nuevamente ningún disparo terminó en las redes.
América, demás, estaba defendiéndose pésimamente mal. Los dos goles de Tigres evidenciaron una falta de concentración, pues ambas anotaciones surgen en dos descolgadas sin mucha complejidad futbolística; es decir, Tigres no estaba haciendo mucho para ir arriba en el partido. América se estaba muriendo de nada.
América era ama y señora del partido, pero la falta de contundencia y la resolución de jugadas le estaban pasando factura.
Las Millonetas solo necesitaban un gol para regresar al partido y hasta buscar ganar el mismo. Lejos estaba de conseguirlo.
Águilas desplumadas
El cierre de la primera parte fue favorable para el América, pero solo en cuenta a posesión y aproximaciones. Las locales no pudieron capitalizar el amplio dominio de los últimos minutos. Para la segunda parte América tendría una enorme oportunidad de remontar ante un Tigres que estaba ganando pero sin mostrar mucha agresividad.
Pero América no regresaría. La segunda mitad fue nuevamente dominado por el América, pero los goles se ahogaban una y otra vez. América definitivamente no iba a anotar.
Por otro lado, las Amazonas esperaban cual felino espera a su presa. Y la calma y la paciencia volvería a dar frutos.
Mientras América trataba de anotar al menos un gol, Tigres volvió a encontrar una oportunidad de gol, y como es su costumbre, no la desaprovechó. Fue al 57' cuando Pollito Cruz se topó con un balón suelto que simplemente empujó. Tigres marcaba el lapidario tres goles a cero.
Un balón al centro que parecía no ser la gran cosa, terminó convirtiéndose en el primer clavo en el ataúd americanista. Un error garrafal era lo que faltaba en una noche terrible para el americanismo.
Tras el tercer tanto de las visitantes, América se vino abajo. Y aunque Villacampa trató de arreglar la situación con una serie de cambios, el conjunto azulcrema se colapsó por completo. Aún en la última parte tuvo algunas oportunidades pero ahora sí sin ningún tipo de rigor ofensivo.
Lo curioso, y lo que deja a los aficionados del América más frustrados todavía, es que las Águilas siguieron manejando el balón hasta el final del partido. Es decir, Tigres en realidad no fue un peligro constante, pero sí un peligro latente. Cuando las felinas tomaban el balón la zona americanista corría peligro. Pero aún así América era quien movía las fichas hasta el último minuto de partido, pero simplemente nada le salió bien. No fue la noche del América.
Como ya dijimos, Tigres no fue la gran cosa ofensivamente hablando. Creo que la virtud de las norteñas en este juego de ida fue que supieron mantener la calma y aprovechar la mala suerte del América. Y es que el América se tropezó con su propia sombra; tuvo la oportunidad de hacer algo más pero el balón se le escurría de los pies. Tigres nomás miraba y, de manera letal y contundente, anotó las que se les presentó. Nada más. No hizo mayor cosa. No fue un torbellino. Ante un América en estado de gracia —como contra Pachuca en cuartos de final— no sé cuál hubiera sido el resultado.
En resumen, los tres goles de Tigres son un tanto circunstanciales. El primero surge a raíz de un mal despeje —alguien tenía que reventar ese balón pero nadie lo hizo—, el segundo tanto se da a causa de una enorme falla en la marca —a Reyes le dio tiempo para todo, y la defensa en lugar de marcar se quedó viendo la jugada—, una fea desatención que hizo que el esquema de Villacampa se viniera abajo. Y del tercer gol ni hablar; una lamentable falta de comunicación entre Itzel González y Kim Rodríguez.
En otras circunstancias, el encuentro probablemente hubiera terminado empatado a cero goles. Sin demeritar lo que hizo Tigres, por supuesto. Pues también mostró un gran temple para manejar la situación.
¿Tigres ya tiene la sexta estrella?
Tigres dio un golpe brutal de autoridad. Creo que ni ellas esperaban sacar un marcador tan ventajoso. Una victoria que prácticamente les ha dado ya el 90% del campeonato. Pero los partidos hay jugarlos, y más si son finales.
Tras el desempeño del encuentro de ida, se ve exageradamente complicado que América iguale los cartones y además lo haga sin recibir gol. No es imposible pero sí muy complejo.
Si Tigres sin hacer mucho sacó un resultado más que positivo de visitante, entonces de local se espera que por lo menos haga lo mismo. Y me imagino que eso es lo que buscarán; hacer un gol y disfrutar el juego y, si se puede, buscar una victoria holgada para disfrute de su afición.
Pero lo que Tigres realmente va a tratar de evitar es que América no anote primero. Esto es clave para ambos equipos. Si las visitantes logran encajar primero, entonces Tigres podría tener severas dificultades a lo largo del juego. Manejar un partido ante un equipo anímicamente más fuerte es complicado y altamente peligroso. Los nervios y la ansiedad pueden jugarte en contra y hacer que tú rival se crezca aún más.
Esta es la clave para el partido de vuelta. No dejar que América anote primero. Si eso sucede, entonces tendremos un partido de alarido y con un final cardíaco.
América tiene entonces la difícil misión de remontar un marcador de 3-0 en uno de los partidos más complejos de su historia. Pero si le anotan primero, me parece que todo habrá terminado.
Pero, como ya decíamos, para fortuna del América en el futbol nada está escrito. ¿Podrán las Águilas reescribir la historia?
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