Tigres cosecha su sexto título de Liga MX Femenil

América no pudo remontar y Tigres se consagró campeón del Apertura 2023. (Imago7)

Ya es toda una costumbre. Tigres, por sexta ocasión, se convirtió en campeón del torneo Apertura 2023 de la Liga MX Femenil. Ante un América desahuciado, un cero a cero en la final de vuelta le bastó para celebrar otro campeonato más.

Tigres es el más grande de la liga femenil. Así lo ha demostrado a lo largo de la historia de la liga y así lo corroboró contra el América en la final del Apertura 2023, de la cual salió victoriosa por marcador global de tres goles a cero.

Tigres se convierte entonces en el equipo más ganador con seis campeonatos en doce torneos disputados. Y eso que dizque el América es "el equipo grande"; imagínense si Tigres fuese también un equipo grande...

El trabajo lo hicieron en el Azteca

Las Amazonas prácticamente habían sentenciado la final en el juego de ida, donde golearon 0-3 a Las Águilas, y dónde éstas últimas ni cuenta se dieron por dónde les cayeron los goles. El gran reto ahora para Tigres era contener los probables embates del América que saldría hasta con cuchillos en la boca... bueno, o eso se esperaba del América.

La garra americanista nunca apareció. El arrojo, el coraje y el ímpetu que uno hubiera esperado se quedó en la mente de sus aficionados. Tigres, al igual que en el juego de ida, no hizo más que cerrar los espacios y esperar meticulosamente al rival. Además, las felinas no tenían en realidad a un rival que las incomodara; América se adueñó del balón y de las acciones pero de manera sumamente errática.

Con muchas imprecisiones, las de Coapa acechaban el área rival pero sin generar un peligro real. Solamente unos cuantos disparos y balones desviados eran lo que producían las jugadoras visitantes.

Pero mientras América batallaba por buscar una oportunidad de gol, Tigres solamente se dedicó a no romper su línea defensiva y a jugar con la ansiedad de las Águilas. Y al parecer le estaba dando resultados, pues América era incapaz de penetrar la defensa local e incapaz de buscar otras opciones para buscar el ansiado gol.

América no podía atravesar la férrea defensa de Tigres y con el pasar de los minutos las ideas eran cada vez más escasas. En efecto, no había mucha claridad en la última zona y la falta de ideas era algo que resaltaba demasiado en el cuadro americanista. Además, no era un América muy vertical que digamos; atacaba porque Tigres se lo permitía, pero nada más.

El invitado especial nunca llegó, pero al final nadie lo extrañó (bueno, el América sí)

El primer tiempo había finalizado y el encuentro carecía de goles. Ni Tigres ni mucho menos América pudieron inaugurar el marcador. Aunque parecía que a Tigres le daba igual.

Para el arranque de la segunda mitad nuevamente se esperaba a un América más fortalecido y más decidido, pero ni el hecho de haber sobrevivido al primer tiempo las motivó. Lo que vimos fue al mismo América pero prácticamente resignado.

Otra vez Tigres le dejó el balón pero las azulcremas no supieron sacar provecho de ello; seguían buscando el arco felino pero para colmo la puntería empeoraba en cada aproximación.

Los minutos avanzaban y Tigres ya sentía el trofeo en sus manos. América no renunciaba y continuaba atacando pero sin la intensidad necesaria. No parecía que América necesitaba tres goles para alargar el encuentro.

Vinieron los cambios de Ángel Villacampa pero ya nada daría resultado. Lo que quedaba de partido era ya un mero trámite.

Con el América ahora sí completamente resignado, Tigres empezó entonces a alzar los brazos y las sonrisas de satisfacción aparecieron en los rostros de las jugadoras y cuerpo técnico y, por supuesto, la afición.

Tigres no se despeinó. No era necesario. Todo se había resuelto en el partido de ida con aquella victoria clara y contundente. Esperaron a que el rival se debilitara y se cansara emocionalmente; América no tuvo la capacidad para regresar y las cosas entonces habían llegado a su esperado final.

Tigres era campeón de la Liga MX Femenil por sexta vez. Se alzaba con el Apertura 2023 de manera categórica. Y aunque no fue un cuadro matón y espectacular, sí que fue efectivo y cumplidor, que a fin de cuentas fue lo que lo llevó a conseguir la sexta estrella.

Tigres es ya un equipo de época en estos primeros años de la liga femenil mexicana. Es un club hegemónico y que parece que nadie puede hacerle sombra. Honor a quien hobor merece. El mejor equipo de toda liga, sin duda alguna. No sólo a nivel de cancha, sino también a nivel directiva Tigres es un equipo ejemplar y que muchos deberían imitar —o por lo menos voltear a ver lo que ahí se está haciendo y a ver si otros equipos aprenden algo.

La otra cara de la moneda es el América, que se quedó atrapado en semifinales.

¿Qué le pasó al América? De ser un equipo dominador, avasallador y goleador, pasó a convertirse en un conjunto inoperante justo en el momento menos indicado. No pudo anotar ni un mísero gol en la final. Y cuando lo intentó, todo le salió mal.

Me parece que fue un equipo que fue de más a menos, y en la final terminó por descomponerse por completo. La parte defensiva fue la que más dolores de cabeza le causó y al final la contundencia también terminó desapareciendo.

No hay que enloquecer, por supuesto, pero hay muchas por analizar en el plantel. Un equipo que se dice ser "grande" no puede perder tantas finales.

En resumen, América cayó ante el mejor del torneo (y de muchos torneos) que es Tigres, un equipo incomparable, metódico y funcional en todos los aspectos. Con jugadoras talentosas y una entrenadora que vino a inyectarle el esquema que necesitaba para volver a campeonar. Milagros Martínez llegó a demostrar lo que ya sabíamos de ella desde su llegada a Bravas: que es una estratega sin igual. Con toda la materia prima a su disposición simplemente hizo lo que tenía que hacer para que Tigres volviera a ser campeón una vez más.

Hablando de la final en sí, no fue la más espectacular y emocionante que hayamos visto. La razón es, obviamente, porque todo se resolvió en el partido de ida, donde Tigres acabó con todo. Era claro que si América anotaba un gol el partido hubiera adquirido otro tono, pero eso nunca sucedió. Vimos, por lo tanto, un encuentro con muy poca intensidad y falto de drama.

Creo que había tensión pero no la suficiente como para prender a los espectadores. Aunque hay que aceptar que el suspenso siempre estuvo presente.