El Bayern Munich de Arjen Robben, Campeón de Europa 2013

UEFA Champions League - Final Wembley 2013: Borussia Dortmund vs. Bayern Munich | Ximinia

¿De qué otra manera el Bayern Munich podría ser Campeón de Europa sino de la mano de Arjen Robben y de la misma manera en que había perdido las últimas Finales? La revancha le llegó un año después al Bayern Munich, una revancha con todos los elementos necesarios para llamarlo revancha, ya que al igual que en la derrota del año pasado, el que mejor jugó fue el Borussia, el que merecía ganar era el Borussia, pero el que terminó alzándose con la Copa fue el Bayern.

Partidazo en Wembley, gran espectáculo de calidad alemana; juego entretenido, de ida y vuelta que culminó con un final soñado para el Bayern Munich, pero más soñado aún para Arjen Robben, quien se vistió de héroe y se convirtió en rey de Europa, al marca el gol del triunfo, el gol del Campeonato, el gol de la Champions, cuando el partido ya estaba por irse a tiempos extras, así, de la manera más dramática, Robben tenía que terminar con un sufrimiento personal que lo había venido siguiendo desde años atrás.

Por fin, Arjen Robben exorcisaba sus demonios, espantaba sus fantasmas y conseguía un título, y lo hacía anotando un gol, haciendo justicia de propia mano; él era el único que podía acabar con la maldición del Bayern. Nadie más, sólo Robben.

Final Wembley 2013
El día esperado había llegado, un partido de primer nivel entre dos alemanes que por primera vez se disputaban el máximo torneo europeo. Pero antes de que el espectáculo futbolístico diera inicio, habría primero un espectáculo artístico, las ceremonias protocolarias.

Antes del arranque del partido, hubo una especie de representación medieval, donde dos bandos de guerreros se enfrentaban, ambos representando a los dos conjuntos alemanes, Bayern y Dortmund.

Un segmento interesante pero que derrepente se volvió tedioso y repetitivo, pues no ocurría nada, eran coreografías que no llevaban a nada sin ningún tipo de suspenso. Al final del show, aparece la Copa de la Champions League, ya con los jugadores listos y preparados para saltar al terreno de juego, y sí, ellos también ya querían que el espectáculo previo al partido se terminara.

Y entonces saltan los jugadores a la cancha, pasan por un lado de "La Orejona", y alguien la toca, pero más adelante veremos si la maldición de tocar el trofeo antes del partido se hizo presente en Wembley.

Dortmund vs. Bayern
Daba inicio la Final de Finales, y de manera un tanto sorpresiva, el Dortmund es quien se lanza primero al ataque, con la intención de tomar la posesión de pelota, manejar el partido y obtener una ventaja desde los primeros momentos.

Por lo que habíamos visto del Borussia Dortmund en sus últimos partidos, donde había bajado su nivel de juego con respecto a sus partidos en Champions y de la Bundesliga, hubiéramos pensado que íbamos a ver un Bayern Munich más agresivo y categórico desde un inicio, pero fue el Dortmund quien se puso las pilas y comenzó a atacar sin temor alguno.

Fue un partido equilibrado pero impreciso en la primera mitad, Dortmund tenía más llegada y era más peligroso; el Bayern ni cuenta se dio que la Final ya había comenzado, pues estaba desorientado y no reaccionaba ante los embates amarillos.

De esta manera, Borussia comenzaba a ser más peligroso en el partido, generando más llegadas, más aproximaciones; las insunuaciones eran de a montón, pero no pudieron concretar ninguna, lo que al final sería su epitafio.

Apenas al minuto 13', un disparo desde fuera del área de Lewandowski pone a temblar la puerta del Bayern, pero atrás estaba Neuer calmando la tempestad. Esto sería el inicio de las grandes actuaciones de los arqueros. Al 14', un disparo de Jakub Blaszczykowski es nuevamente atajado por Manuel Neuer, y al 19', otra vez Neuer le detiene un disparo a Marco Reus. Y Bayern estaba siendo apedreado, y seguían sin poder salir de medio campo.

Dortmund había iniciado bastante bien, dominó gran parte del primer tiempo, y aunque también le dajaba ciertos espacios al Bayern, los que estaban haciendo el gran trabajo eran los del Borussia.

Bayern Munich, después de ser bombardeado (una analogía muy irónica: alemanes, Londres; Alemania, Inglaterra, arios...), comienza a despertar, y es al 26' cuando se le presenta la primera; un cabezazo de Mario Mandžukić es desvíado por Roman Weindenfeller. Aquí es cuando Bayern reacciona, se da cuenta que es la Final de la Champions y se crece, regresa a su nivel que le conocemos, y comienza a someter al Dortmund.

Al 30', la más clara del Bayern, el que hasta ese momento continuaba maldecido, Arjen Robben queda mano a mano con Weidenfeller, pero le estrella la pelota en el pecho, y no puede definir, una imagen que era hasta característica del futbolista holandés.

Hasta este momento, el Munich fue mejorando y ahora ya dominaba el partido.

Pero Dortmund respondía, al 35', Robert Lewandowski falla ante Neuer. Al 42', Ribéry le estrella una pelota en la cara de Weidenfeller. Ya ambos equipos se estaban dando con todo y el partido estaba poniéndose más parejo, teníamos un partido de ida y vuelta, aunque todavía no era emocionante y espectacular. Sería hasta la segunda mitad cuando el partido adquiere otra dimensión, en cuanto a emociones, drama y espectáculo. Y es cuando Bayern se vuelve amplio dominador del partido, se adueña de la pelota y se acerca más al área rival.

Pero el gol no aparecía, era el Dortmund quien más cerca estaba de anotar, y merecía hacerlo, pero fue impreciso a la hora de definir. Pero no el Bayern, que ya con el manejo del partido, anotaría el primer tanto de la Final.

Al 59', el croata Mario Mandžukić estaba poniendo al frente a los bávaros, y las emociones estallaban. El gol se da cuando Robben trata de quitarse al portero, pero es encerrado y obligado a sacar un centro chorreado hacia donde se encontraba Mario, la defensa amarilla no pudo evitar que Mario empujara la pelota casi cayéndose. Y Wembley se rendía ante el Bayern, que era mejor ante un Dortmund que su mejor momento ya había pasado, momento que no supo aprovechar.

Pero al 67', las cosas volverían como al principio; un penal del brasileño Dante sobre Reus, le da un poco de vida al Dortmund. Dante casi le hace un hoyo al abdomen de Reus, una falta que era de expulsión, pero el árbitro italiano no quiso ensuciarse la conciencia. Al 68', Gündoğan pone el empate y nada estaba dicho.

Durante estos minutos transcurridos, el morbo de la UEFA también se hizo presente, ya que pudimos ver varias tomas de Mario Götze en las tribunas, el nuevo jugador del Bayern Munich que todavía pertenecía al Dortmund, sentado en las gradas observando a sus dos equipos. Con un look tipo bailarín de Madonna, se emocionaba y gritaba como loca, sobretodo cuando se marca el penal, ya ni los aficionados se ponían así.

Y lo vimos varias veces, y es que la UEFA quería ver qué reacción tenía, ¿celebraría el gol del Bayern? ¿No celebraría ninguno? Un morbo impresionante.

Regresando al partido, al minuto 71', en un juego emocionante y trepidante, Bayern Munich tiene la oportunidad de acabar con el asunto de una vez por todas, pero falla. Un tiro/centro de Thomas Müller que se aproxima lentamente hacia el área chica no puede ser empujado por Robben, ya que es desvíado por el defensa Subotić, y Dortmund se salvaba momentáneamente. Pero Robben veía cómo sus fantasmas se reían de él, todavía no podía definir una jugada, era la maldición de Robben en su máximo esplendor.

Al 87', la última salvada del partido, un disparo del alemán Bastian que es desvíado por Weindenfeller, que así se despedía.

Luego, al 89', cuando el partido agonizaba y los tiempos extras esperaban impacientes, el momento de gloria, el momento cumbre, el momento más emotivo del partido, pero sobretodo para Arjen Robben; un cobro de falta desde el otro lado del campo, un pase largo, la baja Franck Ribéry en la línea del área grande, saca un taconcito defectuoso para Robben, la defensa se equivoca y dejan que Robben se meta solo al área y defina. Gol del Bayern, gol de Robben, el gol que daba por terminado la maldición del Bayern Munich; el gol que terminaba con el maleficio y los momentos oscuros de Robben. Era el gol que Arjen Robben estaba esperando desde hace mucho, que se le negó en infinidad de ocasiones, pero que por fin lo conseguía.

Y digamos que la espera valió la pena, pues el gol cae en el momento justo, en el partido justo; un gol de ensueño, más que un merecimiento para el holandés que ya sabe lo que es ganar una Final.

Luego del shock, el Dortmund se cae por completo en todos los aspectos, su técnico Klopp hace todos los cambios posibles, pero el tiempo se había ido, las oportunidades se habían desaprovechado; los arrepentimientos aparecían.

Se termina el partido y Bayern Munich, después de tantas tristezas, es Campeón de la Champions League. Después de una dolorosa espera, se hacía justicia y ahora los bávaros eran los reyes de Europa. Aunque cuando decimos justicia, nos referimos a las Finales perdidas de Bayern, mas no a esta Final, donde merecía perder, pero al final supo recomponer las cosas.

El festejo de Robben
Y la imagen que quedará para la historia, la imagen que le dio la vuelta al mundo y que lo seguirá haciendo cada vez que recordemos la Final de Wembley 2013, la imagen que resume en unos cuantos segundos todos los sentimientos de un futbolista que sufrió tanto.

Es la imagen de Arjen Robben festejando, gritando con todas sus fuerzas el hecho de por fin haber ganado una Final. Pero no sólo fue la Final, ese grito, un grito fuerte y profundo, es por el alivio de no haber vuelto a caer en lo mismo de siempre, de no haber salido de Wembley derrotado, como ya era una costumbre. Un grito que se guardó durante mucho tiempo, y que en la cancha de Wembley Stadium, lo sacó desde lo más profundo de su ser; un desborde de emociones, un momento de felicidad, alivio y satisfacción. La imagen de Robben lo dijo todo, no hace falta explicar qué significó ese grito.

Pero ese gesto de emoción que Robben mostró al final del encuentro, también es el reflejo de todo el equipo, de todos los jugadores, que se quitaron de encima un mundo de presión, una loza sicológica pesadísima que venían cargando desde hace tres años, y que con un grito al unísono, ese peso, esos fantasmas se han ido.

Pero lo de Robben es increíble. Cuántas Finales perdidas, y hasta hoy por fin se le hace ganar una; anterioremente hablábamos sobre su maldición en Finales y cómo las había perdido, el sinuoso camino que había recorrido y cómo el futbol le había dado la espalda en reiteradas ocasiones, y vaya manera en que el destino le pagó todas las que le había hecho.

Pero mientras Robben se derrumbada de emoción y felicidad, una emoción que nunca había sentido, otros también caían y se tiraban al césped, pero para llorar, para tomarse la cabeza y tratar de pensar que todo es un sueño con todo y pesadillas. Son los jugadores del Dortmund, derrotados, golpeados e incrédulos por la forma que habían perdido; fueron mejores, tuvieron las mejores oportunidades, y al 89', les sacaron el partido. Un final doloroso, dramático y cruel. Esta vez la víctima fue el Dortmund, quien le tocó el papel del derrotado.

Robert Lewandowski no lo podía creer. Piszczek comenzó a llorar y no paró hasta que pasó a recoger sus medallas; Subotić estaba fuera de sí. Todos pensaban en los tiempos extras, pero Bayern fue quien dijo la última palabra.

La mayoría de los futbolistas del Dortmund lloraban, muchos de tristeza, otros por la manera en que habían caído. Los del Bayern Munich también chillaban, pero de felicidad; no lo podían creer, habían ganado la Champions, no la perdieron, la ganaron. Eso sí que es increíble y para ponerse a llorar amargamente de felicidad y alegría.

Así, Bayern Munich conseguía lo que increíblemente se le había negado, ganar la Champions League, esta vez sí se le hizo, aunque, irónicamente, este Bayern (a diferencia de las Finales pasadas) fue rebasado en gran parte del partido por el oponente, pero aún así se levantó para dar el nocáut, y romper con la maldición.

Este Bayern no fue el mismo que derrotó al Barcelona en las Semifinales, le costó mucho más trabajo, fue superado, el equipo no funcionaba e inclusive ni merecía ganar, pues el Borussia fue quien hizo el trabajo sucio, fue quien más intentó y buscó, pero fue el que más falló, y esto es de meter goles, no de merecimientos.

Bayern Munich supo sobreponerse y solventar las insinuaciones y la presión de su rival, hasta que los tuvo en la palma de su mano, ya con un Dortmund tirado atrás y sin respuestas, con delanteros que ya no podían dar ni una genialidad que podría regresarlos al partido, los bávaros le dieron vuelta al partido como tenía que ser.

Y las cosas que tiene el futbol; tras la Final perdida el año pasado ante el Chelsea, Thomas Müller hablaba sobre merecimientos, y decía: "Así es el futbol. en el pasado lo hemos visto con frecuencia. No siempre gana el que lo merece, es difícil atrapar esto en palabras, pero el futbol no lo es todo.", refiriéndose a que ellos había sido mejores en aquélla Final perdida en el Allianz Arena.

Y hoy, me imagino que sigue pensando lo mismo, pero del equipo contrario, no de ellos, pues las cosas se invirtieron.

Premiación
Y luego de la batalla, llegaría el momento de premiar al Campeón, pero primero el perdedor. Como ya es clásico, el pasillo el derrotado, una forma deportiva de honrrar al que no pudo, aunque en este caso, los jugadores del Bayern debieron darle gracias al Dortmund, sí, por no haberlos goleado en el primer tiempo, porque los amarillos tuvieron la puerta abierta para meterse hasta la cocina, pero les dio miedo el perro.

Y por si fuera poco, los del Dortmund tenían que recorrer metros y metros hasta llegar con los directivos de la UEFA para recibir sus medallas, ya que las escaleras de Wembley parecen pistan de F1, rectas y curvas. Ya cuando llegaste ni sabes a qué ibas.

El que andaba todo risueño era el entrenador del Dortmund, Jürgen Klopp, estaba triste pero reía, todo un esquizoide.

En la premiación, pudimos ver a Angela Merkel, quien estaba feliz y contenta de ver a su raza aria triunfando en la Final --aunque esta vez no enseño los calzones, como en la Euro del 2012, cuando Alemania venció a Grecia, donde se puso como loca--. A los del Dortmund los consolaba, y con los del Bayern bromeaba.

Algo que siempre llama la atención es cuando los jugadores reciben sus medallas de segundo lugar y pasan a centrímetros del trofeo, casi rozándola, esto no es más que crueldad futbolística, ¿que perder no es suficiente? Todavía te tienes que aguantar y ver (quizá por última vez) la Copa que no pudiste ganar, y más si sabes que pudiste haber ganado el partido.

Y luego era turno para el Subcampeonísimo Bayern Munich, que se quedó en cinco Finales perdidas --empatado con el Benfica y la Juventus--, y que con esta Final ganada, iguala al Liverpool con cinco "Orejonas" en su haber, quedándose a 2 del Milan (7) y muy lejos del Real Madrid que tiene 9 (y como están las cosas, de seguro el Bayern llega primero a la décima antes que los blancos).

Jupp Heynkes parecía jugador, pues a diferencia de otras ocasiones, esta vez estaba como niño chiquito por todas partes. Y cómo no, si era su último partido (o eso fue lo que dijo, porque parece que ya se arrepintió).

Y el momento cumbre, el sueño hecho realidad: Bayern Munich levanta el trofeo y es Campeón de la Champions League 2013... reyes de Europa.

Curiosidades
Fue una Final emocionate y dramática, donde ocurrieron cosas interesantes, veamos cuáles son.

-La no maldición de Tymoshchuk. No sólo Robben terminó con la madición del Bayern, ya que Anatoliy Tymoshchuk acabó con el mito que decía "si tocas la Copa (cualquier Copa de cualquier torneo) antes del partido, perderás el partido", no sólo la acabó, sino que la destruyó, ya que el rubio tocó el trofeo cuando saltaban al campo, al igual que en la Final del 2012, nada más que esa vez, en Múnich, la perdieron, pero esta vez la maldición (por lo menos por hoy) llegó a su fin.

-Götze dividido. Mario ni sabía a quien apoyar.

-¡Arios!. Así es, nadie puede negarlo, la raza aria siempre triunfante, siempre acaparando el mundo, siempre siendo los líderes; por eso nosotros los arios somos superiores, no como esos anormales que no quiero nombrarlos, pero ustedes saben quiénes son.

-Campeón sin corona. La parte emotiva fue cuando Roman Weidenfeller, portero del Dortmund, lloraba por la derrota, mientras agradecía a sus fans. Junto con Robben, el mejor del partido.



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