El Gigante ¿despertó?

Más de lo mismo: no se le ganó a nadie, pero se mejoró en cuanto a funcionamiento. No se goleó a nadie, pero se vio a un equipo preciso y contundente. Jugando así, alcanza para calificar, pero nada más.

Pues resulta que ahora todos (o la mayoría) están muy contentos con la "nueva cara" de la Selección Mexicana, que venció contundentemente 4-1 a Costa de Marfil, o mejor dicho, a la versión caribeña de Costa de Marfil. Muy contentos y felices, casi satisfechos se encuentran todos, como si los próximos rivales de México vayan a hacer igual que Costa de Marfil, como si todos los rivales vayan a jugar sin defensa.

Partido amistoso --que al final fue otro partido molero-- del Tricolor, partido casi crucial en la era "Chepo". Si empataba o perdía, la ratificación se iba a la basura, y las preocupaciones se harían más grandes y México se estaría despidiendo del Mundial, pero eso no pasó, ya que cuando todos pensábamos ver lo peor, cuando todos nos imaginábamos más de lo mismo, resulta que el equipo mexicano jugó bien. "Bien" a secas.

Esta vez la contundencia apareció, al igual que la precisión. Un equipo compacto, fresco y, sobretodo, agresivo y con ganas de ganar; vimos una actitud diferente, casi renovada, algo que no veíamos hace mucho. No vimos a este equipo que ataca sin idea alguna, que pierde la pelota desde la salida, que se desespera y que defiende como equipo de kinder. Esta vez el conjunto mexicano salió con una idea muy clara, y parece que les dio resultado; por las bandas era un equipo desequilibrante, los pases en diagonal funcionaron, y al final por fin se concretaron las jugadas. Llegaba, generaba y anotaba. Jugó bien, goleó y reflejó en el marcador la superioridad mostrada en la cancha --aunque a mi parecer el marcador se me hace demasiado exagerado, algo que también influye en que ahora estemos diciendo que "se jugó bien"--.

Cuando los gigantes despiertan.

Quizá el hecho de que habían jugadores nuevos, que no habían sido convocados o que no habían jugado, tuvo mucho que ver en la forma de jugar del equipo, o tal vez el hecho de que los naturalizados les picaron el orgullo a los nativos, quien sabe, pero las cosas en el equipo mexicano se vieron diferentes, al menos en este partido.

Ahora, como ya hemos dicho millones de veces, tampoco se le ganó a nadie; este funcionamiento que gustó a muchos, tiene mucho que ver con el rival. México mostró cosas positivas con respecto a lo que venía mostrando (que era una monstruosidad), pero gracias, en parte, al rival, que no exigió prácticamente nada al equipo mexicano; la defensa marfileña era infantil, ingenua, más que vulnerable, era increíblemente frágil, y gracias a esto se consiguieron los cuatro goles.

Si el funcionamiento de México funcionó, fue porque no tuvieron rival en la cancha. Los espacios aparecían por doquier, las marcas no existían, las bandas eran desiertos, y todo esto fue aprovechado por México, que mostró contundencia al ataque, pero en base a la nula competividad de Costa de Marfil.

Además, hay algo que a mí me preocupa, este buen futbol de México sólo duro hasta el minuto 15 y algo más, ya que de ahí en adelante volvió a lo mismo de siempre, que es quedarse sin hacer nada en medio campo, no tanto como otras veces, pero sí nuevamente vimos que en ocasiones ya no atacaba y no tenía profundidad, aún con la mediocridad de equipo que tenían enfrente. Pero gracias a que cayeron más goles, fue que México se avispó y digamos que despertó, y se tapó un poco esta parte.

Para la segunda mitad, las cosas cambiaron y se emparejaron un poco, porque México dejó de hacer lo que había hecho en la primera mitad y porque Costa de Marfil metió a sus titulares, asimismo, el entrenador de Costa de Marfil subestimó al conjunto mexicano al no iniciar con sus estrellas.

De que se mejoró, sí se mejoró, pero también el nivel del rival cuenta bastante, y aunque el psicótico "Chepo" no hable del rival, él sabe que la nueva cara del Tricolor se lo debe, en parte, al pobre funcionamiento de su contrincante.

Y es que, para el partido estelar del 6 de septiembre ante Honduras, las cosas no serán tan fáciles, y más si el bipolar "Chepo" vuelve a poner al mismo equipo que ha venido jugando las eliminatorias. Lo ideal sería poner al cuadro que venció a Costa de Marfil --con unos ligeros cambios--, pero como al "Chepo" le cuesta repetir alineaciones, esto se ve casi imposible.

Insistimos, el nulo futbol de Costa de Marfil tuvo mucho que ver; Honduras se tirará atrás, es cierto, pero no jugará tan abierto y mucho menos será un equipo defensivamente vulnerable y fácil de penetrar, así que hablar del otro equipo es importante, pues el "nuevo" funcionamiento que te está salvando el pellejo, "Chepo", es gracias al funcionamiento de tu rival, al cual venciste 4-1.

La defensa hondureña es mucho más fuerte que la de los africanos, y veremos si ahí no vuelve a aparecer la desesperación y las ganas de querer anotar rápido.

Acerca de los mexicanos que no son mexicanos, "Chacho" lo hizo bien, estuvo participativo, pero evidentemente si está ahí, es porque hace poco se naturalizó, y es que nomás hay que ver los partiditos que se ha aventado en las últimas fechas, y yo diría torneos. "Chacho" no está en un nivel como para jugar en la Selección, pero ahí está, ¿por qué? Porque, primero, es el jugador de moda, porque es naturalizado, algo que se tendrá que solventar, pero el problema es que no sabemos quién pueda solventarlo, el payaso de "Chepo", no creo. Y segundo, porque la mediocridad en el equipo tricolor abunda, y cualquiera con la suficiente capacidad para sorprender, se convierte en seleccionado nacional (y más si es naturalizado).

Álvarez, cuando entró, tampoco lo hizo mal, es un jugador desequilibrante, y los pocos minutos que estuvo lo demostró, y si no jugó todo el encuentro fue porque Ángel Reyna está encendido. Claro, si van a estar en la Selección tiene que ser por méritos futbolísticos, no porque sean naturalizados van a ser llamados a cada rato, la naturalización no les da y no debe darles una ventaja sobre los demás (apesar de la mediocridad que rodea al equipo). Como en este partido, donde Damián y Christan fueron convocados, no por su nivel, sino por su naturalización.

Si Guardado no se encuentra bien (porque viene saliendo de una lesión), Damián Álvarez debería estar en el once titular ante Honduras, esto sí es cierto. Ángel Reyna tiene que ser titular, al igual que Peralta, al "Chicharito" habría que ponerlo a la banca un rato, no le haría mal, pero aquí es donde aparecen los intereses, pues Hernández está respaldado por las marcas y demás patrocinadores, y como el "Chepo" recibe órdenes...

Por supuesto, con el funcionamiento que México mostró ante Costa de Marfil, le alcanza para calificar, ya que estamos hablando de la Concacaf. Entonces, como estamos hablando de la Concacaf, no me extrañaría que México vuelva a lo mismo de siempre y se ponga a jugar como equipo de barrio, no me extrañaría que empate (o de plano, pierda) en el Azteca, sea hasta goleado por Estados Unidos y que sea ridículamente eliminado del Mundial. No me extrañaría.

Si juega como lo hizo ante los africanos, no hay problema, califica seguro. Pero en el Mundial, el fracaso, ridículo y exhibición está más que asegurado; puedes cambiar de técnico en las eliminatorias, pero en el Mundial a México no lo salva nadie. A menos que usted piense que de aquí al Mundial se pueda mejorar bastante.

Tema (casi) aparte
Hablando del negocio que es el Tricolor, si ustedes se han dado cuenta, habrán notado cómo las televisoras se encargan de vendernos humo, y más en estos momentos donde hay que levantar el changarro.

Pues ahí está Telerisa Deportes, quien en sus transmisiones (si podemos llamarle así) ponen al equipo mexicano como potencia mundial, y los partidos moleros nos lo venden como el gran suceso. Y qué decir de las narraciones, que son terriblemente sobreactuadas y preparadas; ahí están los comentaristas casi dándoles un infarto con la "pasión" desbordada, que en realidad es una pasión fingida y exagerada.

Los partidos de México son narrados como si fuera la Final del Mundial, por cualquier jugada estúpida, los narradores gritan y se exaltan como locos. Es hasta irritante, molesto y fastidiante, por eso la mejor opción es cambiarle. Aunque tampoco tenemos muchas opciones, ya que en Estaca Deportes los partidos parecen programas de revista, además de un programa tipo Stand Up.

En fin, así es la televisión mexicana, y aquí cada quien maneja su negocio como se le antoja.

Foto | Mexsport