Suspendido

Al minuto 40 del primer tiempo, de un partido de futbol pasamos a una película de terror.

Lo que suponíamos era el lugar donde nos sentíamos seguros, donde olvidábamos, nos entreteníamos y nos alejábamos del México turbulento, violento y sangriento... terminó convirtiéndose en una casa del terror.

Cuando encendemos la televisión, la radio o leemos algún periódico y nos damos cuanta de las noticias, las terribles noticias de asesinatos masivos, degollados, tiroteos, secuestrados, mutilados; criminales que irrumpen en lugares donde gente inocente (aveces no tan inocentes) se reúnen y les dan muerte de una manera sangrienta y brutal, nos parece tan ajeno, tan alejado de nosotros, cuando nos enteramos de esas noticias es un día, dos o semanas después... nunca la violencia había llegado hasta millones de hogares, así, completamente en vivo, en directo, todos sabemos de la violencia pero nunca nos habíamos percatado de lo terrorífico que es el México de hoy en nuestro propios ojos.

Fue escolafriante, horrible, horroroso y suménle más palabras para describir la violencia extrema que vive el país mexicano; no, no fue una película de miedo lo que vimos en Torreón en la jornada 6 del futbol mexicano, tampoco ocurrió en algún lugar de Medio Oriente, ocurrió en México y casi todo el país lo vio.

Estarán de acuerdo conmigo que ver correr a los futbolistas, árbitros y entrenadores de esa manera nos dejó pálidos, incrédulos y aterrados, pero a la vez éste hecho nos dejó un enorme hueco de impotencia en el cuerpo.

El único lugar donde la violencia no tenía cabida era un estadio de futbol, el único lugar donde existía una especie de "escudo contra la violencia" que se vive en México estaba en un estadio, ese escudo se rompió, ya no sirve; ahora todo es negro y frío en el deporte más popular de México, aunque queramos ocultarlo se ha implantado un temor en la afición, y es que ahora ya ni en un estadio podemos estar tranquilos.

Ya tienen secuestrado a medio país, ya tienen atemorizados a media población, ¿y ahora también quieren robarnos el futbol?