Lance Armstrong sólo era un mito

Y la tan esperada entrevista llegó, todo para enterarnos, de viva voz, de algo que ya era inminente: Lance Armstrong es, posiblemente, la mentira más grande del deporte.

Tal vez ya lo era, porque cuando se confirmó que el ciclista se había dopado durante prácticamente toda su carrera, el nombre de Lance Armstrong se vino abajo, y el jueves 17 de enero de 2013, el mito, la leyenda terminó por desaparecer. Ya no queda nada de Armstrong, pues todo era una mentira.

Lo que llama la atención, hablando del impacto mediático de ésta entrevista, realizada por Oprah Winfrey (que nunca en su vida pensó tener tanto rating), es cómo dicha exclusiva fue tomando fuerza; las expectativas previas al programa se hicieron tan grandes que terminó por acaparar la atención más allá de los medios deportivos, todo mundo lo comentó, lo cual le dio más relevancia a la entrevista.

Aunado a todo esto, el show se hizo más grande aún cuando, días antes, se revelaron comentarios de Lance y Oprah sobre dicha entrevista, dejando entrever que Lance había soltado toda la verdad, algo que encendió la curiosidad mundial, para que al final todos termináramos viendo la tan mentada entrevista.

Pero no todo fue por el tema deportivo o porque Lance aceptaría ser un fraude, ya que lo que alimentó toda ésta expectativa, toda ésta espera fue el morbo de ver a Lance Armstrong fragelándose deportiva, moral y emocionalmente, aceptando que, efectivamente, es un imbécil (tal como él mismo se describió en el programa), al incurrir en el dopaje (una y otra vez) para ganar todo lo que ganó, o lo que había ganado, porque ahora ya no tiene nada.

El tema deportivo pasó a segunto término, la gente --que es bastante derrotista-- lo único que quería era ver la forma, la manera en que Armstrong confesaba lo que por mucho tiempo había negado y lo que todos confirmaban, pero dicha verdad no estaba completa sin la confesión de Lance, y la dio, ante Oprah y ante el mundo.

Esto, en la parte sensacionalista de la sociedad, pero en el tema deportivo, las confesiones que Armstrong realizó fueron realmente shockeantes, impactantes; dejando a todo mundo con la boca abierta. Primero, hay que comentar sobre el talento de Oprah para manejar éste tipo de situaciones, ya que pudo haber dejado las preguntas fuertes, que todo mundo quería escuchar, para el final, pero no, ¿qué fue lo que hizo? Inició la entrevisa con esas preguntas, directas y sin tapujos.

La primera pregunta, sin rodeos, fue sobre si Lance se dopó, la respuesta de éste, sin titubear, fue: sí. Luego, continuó con otras preguntas igual de reveladoras, pero quizá la la pregunta y la respuesta que más sobresale de toda la entrevisa (al menos de ésta primera parte) fue la siguiente: "¿Es humanamente posible ganar el Tour de France, siete veces consecutivas?", la inesperada respuesta de Armstrong, fue: "En mi opinión, no.".

Esa respuesta derrumbó todo lo que Lance Armstrong alguna vez fue. La historia de Armstrong había llegado a su fin.

Y después de la famosa entrevista, ahora la gran pregunta sería: ¿Y ahora sí debemos creerle? Porque ha mentido tanto, de todas las maneras posibles, que ya no sabemos a quién creerle.

La segunda parte aún no se transmite, pero, con lo que vimos en la primera, es más que suficiente; Lance Armstrong es algo irreal.

Foto | OWN