Sólo hubo un equipo en la Final que sabía lo que hacía, ese era el América, que con lo necesario consiguió un Bicampeonato inesperado.
América, con muy poco, fue demasiado equipo para un Tigres que nunca tuvo la capacidad de explotar su potencial ofensivo y defensivo. Tigres lo intentó, pero su débil nivel futbolístico le impidió darle vuelta a un marcador que cualquier otro equipo en mejor momento (como Monterrey o Pachuca, por ejemplo) lo hubiera hecho.
Con muy poco, pero de manera merecida, América consiguió el importantísimo título de la Concacaf de forma consecutiva. Sin sobresaltos, venció 2-1 (4-1 en el global) a Tigres en el desfigurado estadio Azteca.
Como se había dicho anteriormente, América había ganado el Campeonato en el partido de ida. Y lo hizo como tenía que hacerlo; consciente de que no posee un gran plantel y que carece de una idea clara, fue a Monterrey a contragolpear y regresó a su casa para hacer lo mismo y salir Campeón. Todo le salió. En complicidad, claro está, con un Tigres desfasado, las Águilas consiguieron el título de la Liga de Campeones de la Concacaf 2016 casi sin problemas.
A pesar del pésimo partido en El Volcán, se esperaba algo más de Tigres en el juego de vuelta. Se esperaba la voltereta, la campanada, pero lo único que Tigres fue capaz de hacer fue exhibir su pobre nivel futbolístico en el que se encuentra y el predecible y precario planteamiento táctico del Tuca.
Tigres no cambió mucho su postura. No quizo arriesgar de más. E incapaz de intentar algo diferente, fue avasallado por un América con mejores recursos defensivos y ofensivos. América no es el gran equipo en este momento, pero con un buen aparato defensivo y una idea clara en la cancha (al menos en este partido), supo neutralizar el difuso ataque felino, y con eso, con pocas aproximaciones y sin mucha tenencia de la pelota, acabó masacrando al rival.
Al comienzo del partido, parecía que el América iba a tomar la iniciativa, se iba a olvidar de defender y contragolpear, e iba a atacar y buscar acabar con el rival, pero segundos más tarde ya tenía a Tigres encima. Con muchas aproximaciones pero sin profundidad, sin imaginación y sin creatividad en la última instancia, Tigres intentaba acercarse, pero nada podía lograr.
Tigres no tenía mucho éxito al frente por el buen trabajo defensivo de los azulcremas, pero también por su poca capacidad de crearse los espacios y hacer que su juego individual hiciera lo demás. Ni que decir del aspecto colectivo, algo en lo que continúa estancado.
A falta de buen futbol y estrategia, Tigres sólo buscaba errores de la marca americanista para anotar uno y cambiar el panorama del encuentro... Consiguió un gol al minuto 38', de la mano de André-Pierre Gignac. Un gol que, en teoría, debió de haber cambiado muchas cosas, pero no fue así porque Tigres no supo manejar la situación a su favor, y ni siquiera se percibió un cambio en lo anímico. Siguió yendo al frente, pero, increíblemente, iba de más a menos. Su poder ofensivo no creció y el Tuca poco hacía desde la banca --al final hizo cambios pero por desesperación, metiendo a jugadores que casi nunca juegan--.
América ni se inmutó. El gol no le afectó en lo más mínimo, primero, porque sabían que continuaban con ventaja en el marcador, y segundo porque Tigres ya no dio para más. Replegado hacía atrás, América, para la segunda mitad, haría algunos cambios y el panorama sí cambiaría, pero a favor de las Águilas, quienes sentenciarían el encuentro de manera categórica.
En la primera parte, Tigres se vio mucho mejor, aunque no pudo capitalizar su aceptable desempeño, y ésto sería aprovechado por unas Águilas que estaban convertidas en Murallas chinas.
Tigres se descompuso aún más para el complemento; América mejoró notablemente y fue, por momentos, más ofensivo. Tigres se quedó en la desidia total al no saber qué hacer: matar a morir o jugar a no morir.
Al 67', las esperanzas y las ilusiones felinas se venían abajo; Michael Arroyo (con colaboración de la defensa y el portero) pondría el gol del empate, y todo llegaba a su fin. Tigres cayó en la confusión, ansiedad y desesperación, América jugó con ésto y terminaría la noche con una victoria.
Al 86', Osvaldo Martínez, de penal, pondría el 2-1, para darle el triunfo al América (4-2 en el global) y el Bicampeonato, que, siendo realistas, nadie se lo esperaba, sobre todo por la forma en que este América inició su aventura con Ambriz al mando.
América, haciendo lo necesario, y en gran parte por el rival que no tuvo el nivel para enfrentar una Final, consiguió su séptimo título de la Concacaf, e irá nuevamente a Japón a hacer el ridículo representar al futbol mexicano, y estamos bastante seguros de que las Águilas representarán al futbol mexicano de manera impecable. Sin duda alguna.
Los goles de la Final:
Fotos | Mexsport
jaja pobres americanistas, que pena irle al equipo de azcarraga, haber sino vuelve en dic con otra verguenza entre las piernas....
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