Ascenso, cúspide y knockout. La era de Manny Pacquiao comienza a dejar de ser una realidad para comenzar a convertirse en historia.
El final parece haber llegado para Manny Pacquiao. Luego de haber marcado una historia en el boxeo y escribir su nombre entre los grandes del pugilismo mundial, las derrotas y el mal estado físico (y mental) anuncian el inminente retiro del último gran peleador que hayamos visto, o al menos esa impresión nos da un Pacquiao que se ha ido deteriorando notablemente, lo que podría orillar al "Pacman" a retirarse antes de lo esperado.
Es un hecho que el Pacquiao de hace unos años ya es historia. Hoy lo que queda de Pacquiao es sólo el nombre y algunos de sus dotes que lo llevaron a la cima del boxeo. El propio Manny sabe que su capacidad ha venido a menos, y no por nada ha mencionado en reiteradas ocasiones su retiro, aunque muchos damos por sentando que aún no colgará los guantes, ya que, a pesar de su bajo rendimiento en sus últimas peleas, todavía le quedan algunos combates por disputar.
Después de La Decepción del Siglo, Manny Pacquiao regresará al cudrilátero para enfrentar por tercera ocasión a Timothy Bradley (un peleador de mediano calibre, peligroso, pero muy lejos de ser uno de los grandes del boxeo), en la que se supone sería su última pelea. Eso dicen, que Pacquiao se retirará el próximo sábado 9 de abril ante Bradley, pero todo parece indicar que podría haber una que otra pelea más.
Con este combate ante el estadounidense, Pacquiao busca una de dos: o regresar y seguir peleando para retirarse dignamente, o ser retirado por Bradley.
Aquel Manny Pacquiao demoledor, que dejaba a sus rivales en la lona, que era un torbellino de golpes, ese Pacquiao ya no existe más. El "Pacman" actual es más sutil y recatado; sabedor que ha perdido su toque y un poco de astucia, ya no se lanza como antes lo hacía --esto por evidentes cuestiones físicas y mentales--.
A todo esto, vale la pena mencionar que este Pacquiao, que está muy cerca de la decadencia, no estaría rondando en el bajo mundo del boxeo como ahora lo vemos, y mucho menos estaría hablando de retiros, si se hubiera dedicado más de lleno al boxeo, es decir, dejar de lado las ambiciones políticas y hasta el espectáculo --hay que recordar que Manny ha hecho películas y hasta ha incursionado en la música (haciéndolo patéticamente mal, por cierto)-- y dedicarse completamente al boxeo; Pacquiao se dividió en varias partes para hacer otras cosas que le quitaban tiempo y le restaban concentración en su principal profesión que es el boxeo.
Hoy, producto de ese desgaste físico, mental, emocional y psicológico, estamos viendo a un peleador talentosísimo que le ha costado trabajo mantener un nivel y, sobre todo, que le ha pesado la edad, otro factor importante que ha simbrado la carrera de Pacquiao. La edad le ha afectado más de lo normal. Sus múltiples facetas y los inevitables pasos de los años, han dado como resultado un Manny Pacquiao debilitado, consumido y cansado. Desde mi punto de vista, el final de Pacquiao hubiera sido menos lamentable, si hubiera explotado al 100% más su lado boxístico.
Es así como el filipino intenta sobrevivir ante los embates de su propia carrera boxística, la cual intenta rescatar ante un accesible Tim Bradley, un peleador que podría darle a Pacquiao el regreso que necesita y busca desesperadamente, o simplemente marcar un final precipitado en la carrera de Pacquiao.
Si Pacquiao escogió a Bradley como rival, fue por algo. Es obvio que busca mantenerse en el boxeo por un tiempo más (aunque diga que no), está claro también que necesita ganar un combate y espantar sus demonios, y Bradley es el contrincante adecuado para decirle al mundo que Pacquiao aún no está acabado. De la lista de posibles adversarios, eligió a Bradley porque sabe que es un rival con un nivel aceptable pero que no representa mayor peligro, el problema está en las condiciones del "Pacman", las cuales hasta el momento son inciertas. Todos tenemos más o menos una idea de cómo llegará Bradley al combate, pero nadie sabe cómo se encuentra a ciencia cierta Pacquiao.
Por historia, condiciones y nombre, Pacquiao es el favorito, independientemente de quién llegue mejor. Pero con todo lo que representa Pacquiao, sus desempeños recientes en el cuadrilátero han dejado más dudas que certezas, es por eso que no es un favorito absoluto como en sus mejores noches.
En el papel, Pacquiao tiene el nivel necesario para vencer a un boxeador ágil y rápido como lo es Timothy Bradley, pero sin el talento y la capacidad del filipino, que podría sacar fuerzas de flaqueza y dar un golpe de autoridad, o simplemente retirarse del boxeo profesional siendo rebasado por un boxeador inferior.
A pesar de que Pacquiao es en muchos aspectos superior a Bradley, no descarto una derrota del filipino, lo que podría poner fin a una de las grandes carreras boxísticas del siglo.
Dios perdona a los homosexuales, Pacquiao... no
Cómo no mencionar lo acontecido hace algunas semanas en el mundo de Manny Pacquiao. Resulta que el "Pacman" causó polémica al hacer algunas declaraciones sobre los homosexuales, por supuesto, se trataron de comentarios homófobos.
No me extraña y ni me sorprende que sea Manny Pacquiao quien haya salido con sendas declaraciones. De hecho, era de esperarse que Pacquiao dijera tales declaraciones por dos cosas que lo caracterizan: falta de inteligencia y una ferviente fe religiosa. Raro hubiera sido que alguien tan falto de intelecto y altamente religioso, dijera que apoyaba a la comunidad gay.
Las declaraciones de Pacquiao se deben a su corto nivel intelectual, su nulo nivel académico, su falta de conocimiento sobre la diversidad sexual (desinformación total sobre el avance de la sociedad, diría yo), una psique mal nutrida, y, claro está, sus creencias religiosas, que hayaron en Pacquiao el lugar perfecto para sembrar sus parásitos y hacer de Pacquiao una máquina discriminatoria.
Personas como Manny hay millones en el mundo; marginados y alejados de la información pero muy influenciados y adoctrinados por la religión. Básicamente, son personas vulnerables que han sido manipuladas por el veneno religioso. Pacquiao es cristiano evangélico, y si hay algo que caracteriza a esta rama cristiana es su fundamentalismo, es por eso que Manny no duda en decir que los homosexuales son pecadores y que serán castigados por dios y otros disparates más.
Por supuesto, Manny es una persona pública, y muchas veces funge como ejemplo para niños y niñas, y lo que dice es absorbido por las personas que ven en él a una persona ejemplar en muchos aspectos. Ante esto, Manny debería de rodearse de gente que sepa manejar estos asuntos, como muchas otras personalidades racistas, homófobas y misóginas hacen para ocultar sus prejuicios. Manny debería hacer lo mismo.
Y para que vean lo que es ser una persona más o menos culta y pensante, Tim Bradley le respondió y le reprochó a Pacquiao sus declaraciones, haciéndole ver lo erróneo de su postura. Por supuesto, decirle esto a un religioso es como hablar con la pared; están tan traumados que no aceptan otra opinión que no sea la de su secta, y más si se trata de fundamentalistas como Pacquiao.
Lo que Manny es el ejemplo de lo que ocurre cuando se mezcla el rezago educativo con la religión; el resultado puede ser peligroso.
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