"Si el Leicester es algo, es por su espíritu de equipo. Ese es nuestro secreto y nuestra fuerza porque trabajamos muy duro hombro con hombro y somos como hermanos": Riyad Mahrez.
Desde lo más profundo de la tabla baja de la Premier League, entre el anonimato y la indiferencia total, surgió, de la nada, un insondable equipo que vino a escribir su odisea en los libros de historia del futbol mundial. Que vino a emocionarnos y a recordarnos que el futbol es más que un deporte.
Un equipo sin futuro, sin destino. Acostumbrado a vivir en las penumbras del futbol inglés, entre las derrotas y las desilusiones de una liga gobernada por los más grandes del planeta. Ayer era un diminuto equipo ignorado hasta por su propia ciudad, hoy es alabado por medio mundo. Es el increíble Leicester City, Campeón de Inglaterra. El Campeón de la gente. El Campeón del mundo.
Un sueño hecho realidad
Es una de las nuevas hazañas más épicas en la historia del futbol. Se trata del Leicester City, un pequeño equipo sin historia y sin leyendas futbolísticas, sin títulos ni torneos destacados (hasta ahora, claro), perteneciente a una ciudad tan desconocida como el equipo, donde el Leicester, a lo largo de 132 años, se la ha vivido en lo más bajo del futbol inglés.
Leicester (que se pronuncia Lester) comenzó el torneo pensando en una sola cosa: salvarse del descenso, pues venía de un pésimo torneo donde se salvó casi de milagro. Pero nadie esperaba que para la campaña 2015-2016 pasarían a la historia, conquistarían al mundo y culminarían el viaje épico con su primer título de liga.
Tras el empate del Tottenham ante el Chelsea (2-2) --de este día 2 de mayo del 2016, un día que pasará a la historia--, el Leicester City, ante la admiración mundial, consigue el Campeonato de la temporada 2015/16 de la Premier League, logrando así una auténtica gesta heróica como pocas veces se ve. Simplemente una historia increíble.
Lo del Leicester no se compara con otras hazañas. Anteriormente, otros equipos habían conseguido logros similares, pero lo del Leicester tiene mucho más mérito por su desconocida plantilla de jugadores y por su entrenador que no lo quería nadie.
Las historias de los futbolistas del Leicester son tan fascinantes e increíbles como el desempeño mismo del Leicester esta campaña.
Jamie Vardy, quien en la temporada pasada fue un desastre, saltó a la fama del futbol mundial al convertirse en el goleador del equipo para luego convertirse en el mejor jugador del Premier. Un futbolista que fue pandillero y que llegó a trabajar en fábricas para sobrevivir, mientras dobleteaba como jugador amateur --hoy, Vardy es seleccionado y jugará la Eurocopa con Inglaterra--. Riyad Mahrez, el argelino, andaba perdido en las divisiones inferiores de Francia, marginado por sus condiciones físicas, nadie le auguraba un futuro en el futbol; hoy es pieza clave del Leicester. El resto de los jugadores tiene historias similares; donde el rechazo y el fracaso los acompañaban hasta el día en que ficharon por el Leicester.
La temporada de Leicester es digno de un documental (que estoy seguro que un futuro se hará), pero la historia de Vardy debería llevarse al cine, pues se trata de persona que tenía una vida sin futuro ni aspiraciones, pero que al final encuentra el éxito.
La historia de Leicester es única por lo que hicieron dentro y fuera de la cancha.
Pero, ¿cómo comenzó la historia del Leicester City? Con apenas una temporada en Primera División --un equipo que se la ha pasado diambulando entre categorías--, el Leicester, para la temporada 2014/15, se salvaba en el último instante. Despiden a su técnico Nigel Pearson. Llega el bapuleado Claudio Ranieri, quien vivía momentos oscuros tras ser echado de la Selección de Grecia, luego de perder ante Islas Faroe --que es como si Inglaterra perdiera ante... Islas Faroe--. El técnico italiano arriba a un equipo acostumbrado a pelear en los últimos lugares de la tabla, y su trabajo es hacer que el equipo permanezca una temporada más.
Con el pobre rendimiento de los futbolistas la temporada anterior, no había muchas esperanzas --como casi siempre sucedía antes del inicio de cada temporada--. El torneo arrancó y todos comenzaron a soñar; los triunfos llegaron, el equipo desplegaba un nivel inesperado y los jugadores entraron en su mejor momento futbolístico. Todo le salía a un Leicester que se había metido en un mundo desconocido, pues competían y ganaban.
Entonces el mundo entero volteó la mirada a un equipo que siempre había estado ahí, pero que nunca había sobresalido. El futbol del Leicester era cada vez más llamativo; no ganaba por casualidad, en realidad había una idea futbolística y la dominaban con gran claridad que terminó cautivando a los aficionados de todo el mundo.
El Leicester era toda una realidad. Estaban que no creían en nadie. Nadie podía con ellos. Nadie los vencía. ¿Cuál era el secreto? En palabras de Claudio Ranieri: "Somos un club pequeño que muestra al mundo lo que se puede lograr con espíritu y determinación."
Es claro que detrás del éxito del Leicester hay un trabajo táctico, pero también una conexión entre jugadores y cuerpo técnico; en un equipo modesto, sin egos y sin presión, la solidaridad y la hermandad fueron fundamentales para que el equipo se la creyera y llegara hasta donde está.
Por supuesto, al Leicester la suerte le sonrió. En esta campaña, la Premier League vivió una temporada de vacas flacas; los cinco grandes fueron un desastre, los de media tabla para abajo (sobre todo los de la zona de descenso) dieron su peor torneo, y esto fue aprovechado por el Leicester City, que con méritos propios, claro, pudo acceder a lo más alto de la liga y permanecer ahí hasta conseguir el campeonato.
No es por demeritar lo realizado por el Leicester, pero si el United, el City, el Arsenal, el Liverpool y el Chelsea no hubieran dado un torneo para el olvido, posiblemente de otras cosa estuviéramos hablando. El Manchtester United, por ejemplo, es una porquería de equipo, todo está mal en cuadro rojo, desde un técnico que no sabe a quien está dirigiendo, hasta jugadores que no tiene nada que hacer en el equipo y que les queda grande la camiseta.
El Arsenal y el Liverpool reaccionaron muy tarde y ya no pudieron alcanzar a los Foxes. El Chelsea sufrió altibajos que no le permitió competirle a nadie, sólo al final comenzó a levantar pero ya era demasiado tarde. El Tottenham fue de menos a más, y fue el único que se puso a cazar al "zorro", pero algunas derrotas fueron claves en la revelación del Leicester.
Básicamente, lo del Leicester se debe a un trabajo de equipo y a una buena dósis de fortuna, pero que al final termina ganando de manera merecida.
Y siendo realistas, y no es por ser aguafiestas, todo parece indicar que este histórico momento es tan efímeros como un grito de gol. Leicester competirá la próxima temporada en la Champions League, otro mundo desconocido para ellos, pero es casi un hecho que nuevamente estarán peleando el descenso; es un equipo pequeño, con nómina pequeña, de la noche a la mañana no se va a convertir en un equipo grande como para contratar a grandes jugadores, y es imposible que la fórmula vuelva a tener efecto. Lo cual, viéndolo desde otro punto de vista, es muy triste. Del infierno a la gloria, y de la gloria al infierno. No sé qué es más cruel: ser un plebeyo del futbol toda tu vida o dejar de ser plebeyo para pertenecer a la realeza por un momento y luego regresar a ser un simple plebeyo.
Pero más allá del futuro próximo, lo más importante es que el Leicester nos volvió a recordar que el futbol es maravilloso.
"Nuestra historia es importante, damos esperanza a todos los jugadores jóvenes a los que alguna vez les han dicho que no eran suficientemente buenos.": Claudio Ranieri.
Foto | Getty Images
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