Al final, lo que siempre te hará trascender será tu nivel futbolístico; Francia lo demostró obteniendo su segundo título mundial.
Contundente y voraz. Respetando una idea de juego, ejecutada magistralmente, pero sobre todo, en base a un enorme nivel competitivo --que se vio reflejado en el aspecto colectivo e individual--, la Selección francesa, en un partido casi de trámite, se impuso categóricamente a la soñadora Selección de Croacia por marcador de 4-2, para así coronarse Campeón del Mundo en Rusia 2018.
Francia, en 90 minutos, fue mucho más. De hecho, necesitó menos de 90 minutos para demostrarlo. En todos los sectores de la cancha, Francia dominó a cabalidad; compacto y efectivo, el futbol aguerrido de Croacia no fue suficiente para derrotar a una acorazada Francia que terminó de perfeccionar un estilo y funcionamiento futbolístico que había desplegado con gran éxito durante toda la competición, y lo vino a hacer nada más y nada menos que en la gran Final del Mundial.
El haber llegado a la Final, era ya toda una hazaña para Croacia. Por ésta razón, y por la manera en que había logrado colarse al partido final de la Copa Mundial, la Selección croata no llegaba como víctima absoluta. Y durante el primer tiempo parecía no estar decepcionando a su simpatizantes, compitiendo y contrarrestrando a los franceses, que echados atrás, eran peligrosos desde la salida con el portero Lloris. Un autogol de Mario Mandžukić no los descompusó tan fácilmente, ya que minutos más tarde, Croacia regresaría con el empate de Perišić exactamente 10 minutos después. Lastimosamente para los croatas, ese gol sería el último grito de guerra en el Mundial, pues Francia alzaría la cabeza, empuñaría la espada y, sin piedad, iría tras el equipo croata.
Un penal cobrado por Antoine Griezmann, sentenció el destino para ambas selecciones. Francia se quitó un poco la pena y ahora lucía más peligroso. Y el despertar francés se haría más evidente en la segunda mitad, donde Croacia comenzaría a desplomarse a causa del monumental y abrasador futbol galo, que, cual gallo de pelea, estaba más que encendido buscando acabar con el adversario.
Paul Pogba, marcando el tercero para Les Bleus, en la lápida el nombre de Croacia. kylian Mbappé, con el cuarto del partido, le ponía el último clavo al ataúd. Francia estaba imponiendo su futbol y jerarquía, y estaba exhibiendo a una Croacia que poco a poco moría con la cara al sol. Pero Croacia, antes de desvanecerse por completo, seguía peleando hasta el último suspiro. Lo que conseguiría sería un regalo de Hugo Lloris, que fue bien recibido por Mandžukić; el marcador se ponía 4-2, un marcador que no sólo evitaría que Francia ya no le hiciera más daño a Croacia, sino que además puso las cosas tensas. Pero el tiempo fue implacable con Croacia, que se fue diluyendo junto con el sueño de ser Campeón Mundial.
Esta vez no hubo tiempos extras. La resistencia croata había quedado ya en la historia.
Tras 90 minutos, Francia había pasado por encima de Croacia con poderío futbolístico. Línea por línea fue inmensamente superior; mostró mayor oficio y mejor calidad, y además lo reflejó en el marcador.
Sólo había un equipo con la capacidad y los argumentos necesarios para ser Campeón, y ese equipo era Francia, el nuevo Campeón del Mundo.
La mojada premiación
Luego de finalizado el encuentro, llegaba la hora de la premiación, pero al parecer a los organizadores se les olvidó tal cosa, y dicha ceremonia de premiación comenzó hasta que a alguien se acordó que había que entregar premios, medallas y, por supuesto, la Copa.
Minutos después, por fin llegaba el momento de los reconocimientos. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, así como la presidenta de Croacia, Kolinda Grabar-Kitarović, quienes probablemente fueron los culpables del retraso, llegaron al podio para premiar a los protagonistas. Pero, ¿quién creen que se robó todas las miradas en la ceremonia de premiación? Sí, la abrazadora Kolinda, quien, efusiva y conmovida, le dio abrazo a cuanto se le acercaba, haciendo de la ceremonia una de las más peculiares ¡de la historia!
Todo comenzó cuando, conmovida, se soltó en lágrimas cuando Luka Modric pasó a recibir su premio como Mejor jugador del Mundial. Kolinda se conmovió y le dio un abrazo fraternal. Más tarde nos dimos cuenta que le gustaba abrazar; y así, le dio abrazos hasta los árbitros.
Y para rematar, Macron también se encontraba fuera de sí; estaba tan feliz y emocionado, que se unió a las caricias de la presidenta croata, y al final, los dos mandatarios le dieron un beso a la Copa, como dos verdaderos chiflados.
La gente en el estadio, así como los televidentes, esperaron la premiación, pero la que se cansó de esperar fue la lluvia, quien se soltó pero en serio, ahogando bastante las celebraciones de los franceses.
Fotos | Getty Images
Esta francia pudo tener un ciclo ganador euro-mundial-euro, pero se murieron de nada hace 2 años contra portugal, los veo como maximos favoritos en 2020, pero para 2022 creo que van a cometer el mismo error de los ultimos campeones de jugarsela con las vacas sagradas y se quedan afuera en grupos.
ResponderBorrarPor cierto primera vez que comento por aca desde Brasil 2014.
El problema con los campeones es que les cuesta renovarse. A España, por ejemplo, el plantel le duró hasta el 2010, donde alcanzó su máximo nivel y donde fue Campeón. Pero en Brasil 2014 se desmoronó por falta de nuevos jugadores que debieron haber complementado el equipo.
BorrarFrancia tiene para muchos más, sobre todo en la próxima Euro, pero después de eso tendrá su prueba de fuego para ver si es capaz de seguir alimentándose con nuevos jugadores. Aunque también tiene que ver con el nivel de los rivales; ya veremos cómo llegan el resto de las selecciones.