La misma historia de siempre

Después de todo, México no aspiraba a nada en Rusia 2018, y la historia se volvió a repetir.

Por séptima ocasión consecutiva, la Selección mexicana fue eliminada del Mundial. Como siempre, su límite fueron los Octavos de Final --como es ya toda una costumbre--. Esta vez el encargado de echar a México de la Copa del Mundo fue Brasil, quien sacó el resultado de manera contundente por marcador de 2-0. Aunque tuvo un arranque esperanzador, el conjunto tricolor poco a poco se fue diluyendo para terminar sucumbiendo ante su propia decadencia y ante un rival de mayor calidad.

Durante los primeros veinte minutos, parecía que México tenía posibilidades de competir, pero mientras el encuentro transcurría se hacía más evidente la falta de contundencia, de profundidad, de ideas y de creatividad. La falta de imaginación hicieron que México, una y otra vez, se estrellara contra la misma pared. Por supuesto, el rival que tenía enfrente era mucho más completo que los que había enfrentando anteriormente, y si no les hicieron más goles fue por Memo Ochoa, el mejor elemento en los cuatro partidos.

Aunque tuvo mucho tiempo la pelota y tenía aproximaciones al área rival con mucha frecuencia, la poca claridad a la hora de elaborar las jugadas y terminarlas, fue lo que impidió sacar provecho y conseguir, por lo menos, un gol.

No se esperaba mucho de México en este Mundial de Rusia 2018. Los dos triunfos resultaron sorprendentes y hasta se llegó a pensar --ilusos-- que el equipo mexicano podría llegar a hacer historia, pero poco le duró el gusto, y en un abrir y cerrar de ojos, regresó a su miserable realidad. Pero el haber llegado a Octavos de Final salva un poco a la porquería de equipo que llegó a Rusia 2018. De lo sublime a lo ridículo, como siempre han sido las actuaciones del Tricolor en los mundiales.

La misma historia de siempre: México jugando como nunca, pero perdiendo como siempre.

Lo peor del caso es que de estas derrotas, eliminaciones y procesos, nada se aprende; de hecho, pareciera que el futbol mexicano va hacia atrás: el negocio sigue siendo más negocio que nunca, y los directivos (la mayoría de ellos unos ineptos) siguen siendo empleados de Televisa. De esta manera, la Selección mexicana continúa dando vueltas en el ya famoso círculo vicioso del futbol mexicano.

Y lo que ahora sigue es buscar otro técnico, calificar al Mundial en una eliminatoria que no tendría que ser complicada pero que siempre termina siéndolo; llegar al Mundial sin expectativas, ganar uno (quizás dos) partidos, ilusionar a los aficionados y algunos periodistas, regresar a la realidad de golpe y porrazo y quedar eliminados con la cara al sol en Octavos de Final... Ya saben, la misma historia de siemppre.

Foto | Getty Images