Perdiendo la inocencia en el futbol femenil

Becky Sauerbrunn, de EE. UU., Le hace falta a Ellen White de Inglaterra dentro del área penal, lo que lleva a que se otorgue una penalización a Inglaterra luego de una revisión del VAR durante el partido de la semifinal de la Copa Mundial Femenina de Francia 2019 entre Inglaterra y USA en el Stade de Lyon el 2 de julio de 2019 en Lyon, Francia.

Las jugadoras se dieron cuenta que el oficio no sólo se trata de técnica y disciplina, sino que también puede contener artimañas que te ayuden a solventar un partido.

El futbol femenil crece cada vez más y parece volverse más exitoso y más llamativo. El Mundial de Francia 2019 fue muestra de ello, el cual resultó todo un deleite; con grandes partidos y excelentes jugadoras, vimos un notable nivel competitivo, que al igual que el nivel mediático de la competición, ha ido creciendo enormemente.

Aun no tiene los alcances del mundial varonil, pero con el paso del tiempo podría obtener un gran prestigio para llamar aun más la atención. Claro, nunca podrá estar a la par del mundial de hombres, no sólo por cuestiones biológicas, sino también de estilos.

Es aquí, en el tema de los estilos y las formas del futbol femenil, donde haremos una parada, pues hay algo que resalta y el cual requiere un importante análisis.

Un aspecto que ha salido ha relucir recientemente en el futbol de mujeres es uno que no habíamos visto con tanta frecuencia, o al menos no de manera tan marcada. Se trata, queridos amigos, de la pérdida de la inocencia en el futbol femenino, es decir, el inicio de la desaparición del fair play en dicha categoría, un fair play que era casi hasta inherente al futbol femenino. Hoy, eso parece estar quedando en el pasado para darle cabida a las artimañas del futbol varonil. Sí, efectivamente, en el balompié femenil cada vez se está haciendo más notable el arte del engaño.

Entre otras cosas, ésto fue lo que me llamó la atención al ver este Mundial, el estilo actual del futbol femenino, el cual, lamentablemente, se está pareciendo cada vez más al futbol varonil. Me refiero a la "limpieza" que caracterizaba al balompié femenino, ese futbol femenino donde el fair play imperaba, donde las faltas se contaban con los dedos de una mano y donde las mañas eran impensables.

Y es que ahora vemos muchas más faltas y muchas más trampas. Ahora las futbolistas fingen y exageran las faltas; buscan penales en base al engaño y el juego sucio es mucho más notorio. Y la cereza en el pastel son los reclamos a la árbitro, que ahora se dan de manera más constante. Por consiguiente, esto ha hecho que los juegos se vuelvan más pausados, pues lo característico del futbol femenil es su dinámica y fluidez, algo que se ha visto cortado con tantos fouls y muestras de histrionismo (y aclaro que el VAR no tiene qué ver).

No sé si sólo sea exclusivo de este Mundial, pero es evidente que la argucia se ha infiltrado, y al parecer ha llegado para quedarse. El juego limpio y exquisito que caracterizaba al futbol femenil se está extinguiendo; las chicas se han dado cuenta que las artimañas también pueden ayudar a sacar el resultado.

Por poner un ejemplo, en el pasado reciente, si la árbitro no marcaba una falta por detrás cerca del área grande, no pasaba nada; la jugadora que había recibido la falta se levantaba como si nada y continuaba disputando la pelota. Pero ahora... muchas parecen estar poseídas por Neymar, pues cualquier choque donde haya un derribo, inmediatamente aparecen los despliegues actorales, y los reclamos no se hacen esperar; cuando no hace mucho la árbitro no era más que un fantasma en el partido. Así, la candidez del futbol femenil se difumina entre las mañosadas que parecían ser propias y exclusivas del futbol varonil.

Hablamos, pues, de ese futbol femenil donde las jugadoras aguantaban más que los hombres. Ese futbol que era ejemplo de deportivismo y honestidad. Eso, parece ser, se ha ido transformando, y el resultado no es más que una inocencia maliciosa.

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