Los soldaditos de juguete de AMLO y la resurrección de los 43 normalistas de Ayotzinapa

"Han reaccionado bien... No permitiremos más masacres contra la población civil.": AMLO menospreciando al ejército.

A casi un año de haber tomado por asalto la presidencia, Andrés Manuel López Obrador sigue demostrando que todavía puede ser más errático, más cerrado, más apático; más indiferente y más disparatado.

Para constatar lo anterior, hay dos temas a tratar que evidencian la irresponsabilidad y la apatía del actual gobierno: las agresiones a los soldados del ejército y los desaparecidos de Ayotzinapa. En estos dos temas el gobierno de López Obrador ha exhibido su indiferencia y su ineptitud. Vea usted porqué:

Los soldados del ejército fueron nuevamente blanco de los embates del pueblo bueno y sabio, así como de la indiferencia del presidente, quien está en contra de que dichos elementos se defiendan de las agresiones de la población civil.

Todo esto surgió cuando hace unos días la SEDENA declaró que, en caso de que los soldados se encuentren en serio peligro durante las agresiones de las cuales han sido víctimas los últimos días, semanas, meses y años, podrían repeler la agresión.

Ante este gesto de apoyo y compromiso para con los militares por parte de la SEDENA (un gesto que llega tardío, por cierto), AMLO, como ya es toda una costumbre, hizo uso de su reducida compresión, y argumentó que no permitirá más masacres y matanzas, en esta ocasión por parte del ejército, en contra de los ciudadanos.

Tergiversando y malinterpretado, a su conveniencia, un tema donde la dignidad y, sobre todo, la vida de los soldados está en juego, Obrador, molesto, se indigna ante tal anuncio. Y es que Obrador es incapaz de analizar una situación sin irse al extremo para obtener una solución o una respuesta.

Estamos nuevamente ante el maniqueísmo voraz de López Obrador; esta vez el ganso febril nos quiere vender la idea de que la recomendación de la SEDENA desataría una matazón, ignorando que los soldados también son personas y ciudadanos con dignidad, a los cuales también hay que proteger y respetar. ¿Es que acaso a AMLO no le importa que los elementos sean agredidos, humillados y hasta despojados de sus armas? ¿Y que no el ejército está para respetarse y establecer el orden? ¿O cuál es la idea que tiene AMLO sobre las fuerzas armadas? ¿Acaso cree AMLO que el pueblo sabio, bueno y generoso tiene derecho a maltratar y a tratar al ejército como se les venga en gana y calificarlos como una molestia, más que como un apoyo?

Además, es clara la demagogia en su discurso: no quiere meterse con el pueblo, aunque éstos actúen como delincuentes y criminales al agredir a las fuerzas armadas. Porque al pueblo nadie lo toca, aunque ya no sepamos quién es pueblo y quién no, por la violencia que éstos desatan, y aunque pongan en peligro la vida de los soldados, unos soldados que están para velar por la seguridad de ese pueblo tan sabio y generoso que no aabe lo que es la criminalidad.

Una vez más, AMLO ha demostrado que siente más apego y más empatía con la sociedad violenta, que con los que combaten la misma. Nada más hay que ver cómo celebra la petición de El Chapo para que su fortuna sea repartida entre las comunidades indígenas. O cuando confesó sentir admiración por el mismísimo Mussolini. Y ni qué decir cuando se dirige a los criminales (crimen organizado, narcos...) y les dice que se porten bien; y cómo no, si a éstos también los considera como pueblo. Así o más retorcido.

Está claro que este gobierno no tiene idea de cómo gobernar. El tema del ejército es prueba de ello. Si ya de por sí el estado de derecho se ha estado ignorando y tergiversando, estas declaraciones del presidente debilitan aun más dicho estado de derecho.

Por si fuera poco, y además de los discursos disparatados y las improvisaciones del actual gobierno, ha surgido otro elemento que ya se venía venir: el pensamiento mágico. Aunque ha estado omnipresente en todo el gobierno de AMLO, tal pensamiento va tomando más fuerza. Y si no me cree, juzgue usted mismo:

A casi cinco años de la desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapa, el gobierno de AMLO continúa aprovechándose de esta situación para erigirse como los únicos capaces de esclarecer la verdad sobre tal acontecimiento, y por ello tuvieron otra magnífica ocurrencia: decir que los estudiantes desaparecidos quizás aún estén en Guerrero.

Para rematar este último acto circense del gobierno lopezobradorista, Alejandro Encinas, Subsecretario de Derechos Humanos, tuvo la osadía (o la estupidez) de decir que "los vamos a encontrar". Esto no es más que un descarado pensamiento mágico. Es increíble los niveles de demagogia que este gobierno ha alcanzado. ¡Y van por más!

Ocurrencias, disparates, caprichos, incoherencias, contradicciones, corrupción, improvisaciones y un largo etcétera es lo que ha caracterizado al gobierno del ganso austero, ¿y ahora hay que sumarle el pensamiento mágico?

No por nada este gobierno lleva por nombre Cuarta Transfiguración.

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