Saúl "Canelo" Álvarez tuvo que sacar un nocaut de la chistera para vencer a Sergey Kovalev

Un probable empate y un inminente mar de críticas era lo que se le venía encima a Saúl "Canelo" Álvarez tras verse estancado ante un decadente Kovalev. ¿Cómo lo solucionó? Con un nocaut al estilo "Canelo".

En el 11vo. round, y después de 10 episodios para el olvido, Canelo terminó de definir su estilo y de paso le cerró la boca a varios tras vencer por nocaut al ruso Sergey Kovalev; y aunque no fue su pelea más notable, donde no solventó aquello que siempre se le critica, volvió a poner su nombre en la cima del boxeo gracias a un acto de magia.

Canelo Álvarez vs. Sergey Kovakev. El mexicano llegaba como favorito en una categoría inhóspita. Las diferencias físicas eran notables, y aunque Kovalev parecía tener algunas ventajas, fue el tapatío quien se alzó con la victoria gracias a su talento y capacidad; una capacidad que ha ido explotando al pasar de las peleas y un talento que ha sabido pulir de la mejor manera.

Canelo Álvarez subió de categoría para enfrentar al ruso, y... tuvo éxito. No sólo eso, sino que además lo hizo de manera explosiva; no lo venció en las tarjetas, lo venció con dos golpes fulminantes que dejaron al Krusher tendido sobre las cuerdas. De esta manera, Canelo pulía su nombre y se sacudía las dudas con la figura de Sergey Kovalev.

Al principio, Canelo tuvo problemas para hacerle daño a Kovalev. Lanzaba pocos golpes, como es una costumbre en el mexicano, y los pocos que lograba conectar no hacían mella en la humanidad del ruso. Así nos fuimos diez rounds, donde el combate táctico y precavido fue la constante.

La pelea era una completa decepción; todo parecía indicar que los jueces decidirán al ganador. Kovalev nunca iba a cambiar su estrategia, y por lo tanto era el Canelo quien tendría que modificar para buscar algo más que amenazas coreográficas con los puños. Fue Canelo quien se fue al frente para cambiar el ritmo de la pelea, pero nada daba resultado.

Kovalev aprovecharía los últimos episodios, así como la necesidad de Álvarez por buscar puntos en las tarjetas, pero tampoco tendría suerte. Los rounds se consumían y el final de la pelea era incierto. Estábamos viendo un combate parejo, sin explosividad, áspero en cuanto a ritmo, y donde el empate o una sorpresiva victoria del ruso aparecía en el horizonte de nuestros pensamientos. ¡Pero nadie contaba con la magia del Canelo!

Era claro, más que evidente, que al Canelo le estaba costando trabajo sacar la pelea. La categoría le estaba pasando factura. Kovalev, sin hacer gran cosa --pues no es el gran peleador, quien además está de salida--, estaba sacando de quicio al mexicano; el camino de Saúl era sinuoso, difícil, complicado; era una pendiente la cual no sabía cómo escalar. Le quedaba un round, y Canelo no estaba siendo efectivo. Canelo se estaba quedando corto; lejos de lo esperado... Canelo estaba perdido.

De la nada, un golpe letal con la izquierda y un remate criminal con la derecha, enviaron a Kovalev al suelo, y a Canelo Álvarez a la cima. La única manera en que Canelo podía salir avante en la pelea era con un nocaut demoledor, y lo consiguió; noqueó ferozmente al ruso y Canelo pudo esquivar la avalancha de dudas y críticas que estaban a punto de sepultarlo.

Cual escapista, Saúl rompió unas cadenas que lo estaban asfixiando. Se libró de ellas y sorprendió al mundo. Canelo le dio al público lo que quería ver: escapar de la adversidad. Un acto más que suficiente para hacer olvidar las dificultades que vivió en esos diez rounds.

Y ese nocaut, ese acto de escapismo, fue producto del crecimiento y evolución que Álvarez ha demostrado en los últimos años. Es un peleador con un talento y estilo único y que ha sabido manejarse en el mundo del boxeo, pero no hay que olvidar esos diez episodios donde nuevamente lo vimos perder el ritmo, retroceder, especular y no lanzar esos golpes cuando se debían lanzar; es decir, no lo vimos explotar sus habilidades y capacidades cuando se requería.

Ese nocaut borró la actuación que Canelo tuvo durante la mayor parte de la pelea. ¿Qué hubiera pasado si Canelo y Kovalev hubieran empatado? Ese nocaut engrandeció aun más al Canelo, pero también sumergió los diez rounds que evidenciaron al púgil azteca.

Ese es Saúl "Canelo" Álvarez, un peleador talentoso y capaz, que ha ido mejorando a lo largo de sus catorce años como profesional. Un peleador sobresaliente, pero que le falta dar el golpe final que, por alguna razón, no lo quiere dar.

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