Saúl Canelo Álvarez y Jaime Munguía se enfrentaron por el campeonato indiscutido de los supermedianos y terminaron dando una pelea sumamente espectacular.
No se guardaron nada. Fue el tijuanense Munguía quien se animó a tomar la iniciativa con sendos golpes que inmediatamente comenzaron a hacer mella en el Canelo, quien tuvo que sacar todo su potencial y experiencia para no caer ante su joven contrincante.
Pero no iba a ser fácil. Munguía no quería ser un rival más del Canelo.
Los grandes momentos de Munguía lo empezamos a ver en los tres primeros episodios, donde logró lanzar golpes finos y una serie de combinaciones que le estaban generando buenos dividendos —al menos en lo anímico—. Jaime Munguía estaba dando pelea y había puesto a sudar a su paisano.
Canelo rápidamente se percató que tenía que hacer algo más que defenderse y contragolpear en los momentos adecuados. Fue así que lo vimos esforzarse un poco más para regresar en las tarjetas y no llevarse alguna sorpresa.
El cuarto episodio fue crucial porque ahí Canelo le puso un alto a Munguía y con un derechazo que resonó en la mandíbula de éste, lo envío a la lona. Canelo Álvarez le enseñó a Munguía quién era el que mandaba.
Canelo, además, había dejado en claro quién era el favorito y porqué. Pero Munguía no se dejó impresionar y siguió yendo al frente con golpes firmes pero poco efectivos. En cambio, Canelo lanzaba pocos golpes pero mejor conectados. Esta fue la diferencia entre ambos pugilistas: los golpes efectivos.
Munguía no se detuvo y pretendía arruinar la noche del Canelo. Hubo episodios donde Munguía parecía que ya no podía dar más y donde el nocaut por parte del Canelo era inminente. Pero eso nunca sucedió. Munguía recompuso el bajón que tuvo a mitad del combate y en el noveno asalto volvió a causar estragos en la humanidad del jalisciense.
De aquí en adelante la pelea se estabilizó y ya nadie pudo cambiar el rumbo de la misma.
Canelo se veía mejor y con ganas de noquear y Munguía ya no quiso arriesgar nada.
La pelea concluyó y Munguía terminó de pie. Canelo había impuesto su experiencia y talento ante un aguerrido Munguía.
Al igual que la pelea, la decisión fue cerrada. Canelo se llevó la victoria y retuvo los títulos ganados. Munguía se va con la primera derrota de su carrera —aunque con una gran exhibición ante el mejor peleador del momento.
Lo cierto es que Saúl Álvarez sudó la gota gorda ante un rival que dio más de lo que todos esperaban. No fue un combate fácil para Álvarez, y todo parece indicar que se debe a la edad y al nivel de sus contrincantes, quienes son más jóvenes y más talentosos.
Jaime Munguía pudo haber derrotado al Canelo pero le faltó experiencia. Nada más. Lo rescatable de Munguía es que se le paró enfrente al Canelo y le compitió de tú a tú, y eso no sucede todos los días.
El Canelo reafirmó su enorme capacidad y demostró que, a pesar de que la edad ya se está asomando, aún sigue siendo el rival a vencer, y que para derrotarlo hace falta algo más que ganas de hacerlo.
Munguía es un boxeador que hay que seguir porque podría convertirse en una especie de sucesor del Canelo, uno muy distinto pero con grandes capacidades.
Y la pelea no defraudó a nadie. Hubo espectáculo y hasta drama, y ambos peleadores salieron a ganar el combate, lo que causó que viéramos una pelea frenética y emocionante. Sin duda, esta pelea queda ya como una de las mejores en el historial del Canelo y una de las más destacadas del año.
Reviewed by José L. Bravo
on
6:30 p.m.
Rating:
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Cada mensaje que nos llega de ustedes, cada mensaje que se publica en Ximinia, lo leemos y (en el 99% de los casos) lo respondemos. Por favor, sigan escribiendo, solo pedimos buen criterio. Aquí hay lugar para casi todo: réplicas y contrarréplicas, críticas y datos duros, sugerencias de lecturas, humor, muestras de inconformidad y de indignación y, por supuesto, bromas. Solo pedimos civilidad y respeto. Más información.