México se separa de la Iglesia, ahora será un Estado secular

A partir de ahora la Iglesia deberá financiarse con sus propios medios.

La unión Iglesia-Estado ha llegado a su fin hoy en México, tras una inesperada enmienda aprobada en la Cámara de Diputados durante una sesión que debate la modificación de la Constitución nacional. La Iglesia tendrá que financiarse por sus propios medios y el país se convierte en una nación secular sin religión oficial. Un hecho histórico que marca un antes y un después en la historia moderna del país.

Miles de personas salieron a las calles para celebrar la histórica separación. Ateos y creyentes, de manera insólita, se unieron a los festejos; "¡Por fin, no más adoctrinamiento y traumas psicológicos para nuestros niños!", gritaban, paradójicamente, en el Ángel de la Independencia.

En un movimiento que ha tomado a todos por sorpresa, la Cámara de Diputados ha aprobado la separación de Iglesia y Estado en el transcurso de una modificación de su Constitución. La nación se convertirá en secular y sin religión oficial, y el Gobierno ya no participará, como hasta ahora en ningún tipo de secta, en este caso la religión católica.

Hasta hace poco, más del 90% de mexicanos se consideraba católico, pero las cosas cambiaron cuando el pueblo mexicano se dio cuenta de su tremendo error social. La realidad en los últimos años es que, además de financiar sus gastos, el Estado entraba muy pocos en los asuntos de la organización, aunque seguía ratificándolos con nombramientos de su jerarquía y hacía de intermediario para sofocar los disturbios y pequeños escándalos que en algunos momentos salpicaban a los sacerdotes.

La sociedad, poco devota, ya no se mostraba del todo feliz por sostener a la institución divina con sus impuestos. Es así que decidieron poner punto final al asunto y alejar de una vez por todas las creencias en seres imaginarios y buscar el bien social de otra manera más efectiva.

La idea de romper el tradicional lazo de unión entre Iglesia y Estado surgió apenas en el 2010, tras constatarse que la estructura religiosa se beneficiaba del dinero de los impuestos de los mexicanos, siendo la suya ya una sociedad de poco sentimiento religioso. Los últimos estudios realizados estiman que sólo un 2% de los mexicanos asisten a oficios religiosos, y que un 72% ni siquiera cree en un "dios personal". Pero la encuesta más reciente (realizada a principios de mayo del presente año), estima que el 46% de los mexicanos se consideran a sí mismos ateos.

A partir de ahora la Iglesia deberá financiarse con sus propios medios. Además, comenzará a pagar impuestos como cualquier otra empresa.

Desde hoy, México es formalmente un estado laico, sin Iglesia ni religión oficial; el primer paso para salir de la ignorancia se ha dado.

Foto | AP