Las barras deportivas se han convertido en los terroristas del futbol, y subsisten gracias al consentimiento de los clubes y a la ineptitud de la Liga.
Una vez más hay que tocar el tema de la violencia patrocinada y avalada por los propios clubes del futbol mexicano: las barras. Nuevamente se hicieron presente para recordarnos la ineptitud de la Liga MX y la complicidad de los equipos, quienes no mueven ni un dedo para erradicar de sus estadios a estos vándalos que cada semana se disfrazan de aficionados.
En esta ocasión, fue en la Liguilla del Clausura 2015 donde se hicieron presente, y ahora hasta retrasaron por casi 20 minutos el partido de vuelta de los Cuartos de Final entre el Atlas y las Chivas.
Primero, un aficionado del Atlas se mete para "reclamarle a los jugadores de su equipo" --al puro estilo sudamericano--, luego unos cuantos más harían lo mismo, pero ahora con integrantes de la barra del Atlas que quisieron meterse a la cancha para causar desmadre. Se agarraron a golpes con los policías y retrasaron el partido por casi 20 minutos, además de que causaron terror entre algunos aficionados.
Pero lo anterior, ir a un estadio y luego sentir que estás en riesgo de ser brutalmente agredido, no le importa a la Liga MX, pues nada ha hecho hasta el momento, ¿acaso un día después de los actos de violencia hubo una reunión extraordinaria entre todos los dueños/directivos de los clubes para ponerse de acuerdo y eliminar de una vez por todas las barras y dar el gran anuncio a los medios? Claro no. De hecho, para los partidos de Semifinales, las barras estarán presente como si nada hubiera pasado.
La directiva del Atlas sí tomó cartas en el asunto, pero bastante suave. De hecho, sólo fue para lavarse las manos. Aseguró que la barra que causó todo este escándalo ya no entrará más al estadio por tiempo indefinido. Está más que claro: la barra que inició la violencia será suspendida pero no para siempre, y el resto de las barras sí seguirán asistiendo a los juegos del Atlas. O sea, una barra será suspendida por algún tiempo (pero no para siempre, por eso dijeron "tiempo indefinido"), y en el futuro (no sabemos cuándo, quizás cuando todo se calme y cuando a todos se nos olvide, como siempre ocurre) probablemente regresen. Nunca dijeron "vamos a eliminar a todas nuestras barras, y nunca más permitiremos la entrada a estos grupos de desalmados". Entonces, ¿o todos coludos o todos rabones?
¿Es miedo o incapacidad para decir "vamos a erradicar todas las barras para que no haya más violencia en los estadios"? ¿Qué es?
Si Decio de María, director general de la Liga MX, tuviera la capacidad mental para deducir que el problema de las barras existe gracias a que los clubes permiten que entren a sus estadios, entonces daría la orden para obligar a los clubes a desmantelar sus respectivas barras --porque de que pueden hacerlo, pueden hacerlo, y en un abrir y cerrar de ojos--. Así como hace años prohibieron que dichas barras ya no pudiesen entrar con mantas y cartelones a los estadios, también deberían hacer lo posible para eliminar esta plaga, este foco de violencia de los inmuebles.
Pero, ¿qué hace Decio? Según él, en colaboración con las autoridades, "están haciendo lo posible" para evitar que las barras desaten la violencia dentro y fuera de los estadios, pero no menciona si están tomando en cuenta erradicarlos para siempre. ¿Acaso Decio no sabe que el 99% de la violencia en los estadios es generada por los barristas? Lo que Decio pretende hacer es educar a las barras, que es lo mismo que tratar de convertir al papa en ateo.
Mientras tratas de hacer algo con las autoridades correspondientes, ¿por qué no obligas a los clubes a eliminar sus barras? Porque además los clubes consienten a las barras dándoles boletos, credenciales e inclusive facilitándoles transportes. Es decir, los propios clubes apoyan y animan a las barras, a pesar de que los clubes saben de antemano que los barristas son capaces de dejar medio muerto a cualquiera que los provoque (a menos que no lo sepan). Y no sólo eso, sino que además los clubes se atreven a mencionar que "no todos los barristas son violentos, sino que son sólo unos cuantos". Ante este nivel de ignorancia de los dueños y directivos, se entiende porqué las barras han secuestrado las tribunas del futbol mexicano y han cometido allí sus atropellos una y otra vez sin que nadie se los prohíba.
Ante este tipo de violencia, no hay excusa que valga. Asegurar que "sólo unos cuantos son los violentos" es defender lo indefendible.
Además, ¿qué significa eso de "sólo son unos cuantos los desadaptados"? ¿Estás diciendo que las barras siempre han tenido buena imagen pero que los violentos han manchado la imagen de la misma? Ahora resulta que las barras son sanas. ¿Desde cuándo en las barras hay civilizados y violentos? ¿Y entonces porque en tus estadios rodeas a las barras con decenas de policías? Y si sabes que no todos son violentos, ¿por qué los violentos siguen filtrándose? ¿O sea que piensas eliminar sólo a los violentos y seguir permitiendo que las barras (solo con gente civilizada) sigan entrando a los estadios? ¿Qué no es más fácil borrar por completo a las barras que quitar sólo a los revoltosos?
Una de las características de las barras, y yo diría que su escencia, es su imagen violenta. Su incitación a la violencia. "Barra" es sinónimo de "violencia latente". Si los clubes no quieren ver esto es porque sus intereses están de por medio o porque son unos auténticos orates. No hay razón para no eliminar del balompié mexicano a estos terroristas del futbol, a menos que la Liga y los clubes crean que son parte fundamental del futbol mexicano, o que crean que las barras no son las principales causantes de la violencia en los estadios.
Para eliminar la violencia en los estadios, primero tendrías que eliminar a los barristas, los principales causantes de alborotos dentro y fuera de los estadios. Hay que usar el sentido común: si un grupo, 100% identificado, es causante de violencia en un lugar donde debe plevalecer el orden, entonces erradicas a ese grupo. Al parecer, a la Liga MX le cuesta trabajo aplicar la lógica más elemental.
Todo mundo sabe de dónde surge la violencia en los estadios. Que la Liga no quiera verlo o aceptarlo, y que además no tome una medida radical, es sólo el reflejo de la impunidad que se vive en el país.
Fotos | Mexsport
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