Fuera y dentro de la cancha, la fiesta no pudo haber sido mejor: Monterrey goleó y arrolló a un Benfica que no parecía el Benfica; un partido ideal para inaugurar un estadio.
Monterrey, el equipo de futbol y la ciudad misma, está de estreno. Rayados ya tiene nuevo estadio. Se trata de unos de los más modernos del país (muy similar a los estadios de la MLS). Y ante un lleno, claro está, la inauguración no pudo ser mejor; Monterrey le pasó por encima a un equipo que, en teoría, le iba a complicar la fiesta, pero fue todo lo contrario. Monterrey ganó con un contundente marcador de 3-0 a un Benfica futbolísticamente hueco.
Como no todo es perfecto en esto de las inauguraciones y organizaciones en México, el nuevo estadio se estrenó con la presencia de varios cantantes "destacados" de la ciudad, aunque uno esperaba otra cosa, alguien de renombre, pero era lo que había, ni modo. Estaban Lalo Mora (o lo que queda de Lalo Mora), ¡Alicia Villareal! Celso Piña, "El Pato" Zambrano entre otros. Si estos son los más destacados de Monterrey, ¡quiénes han de ser los menos destacados! Qué pobreza de espectáculo; he visto mejores.
Lo que llamó mi atención es que, en lugar de que estos artistuchos se pusieran a cantar sus éxitos, resulta que interpretaron canciones creadas especialmente para el equipo, pero lo peor del caso es que dichas canciones eran una especie de híbridos entre hip-hop, rap, norteño y hasta reguetón. O sea, una porquería. Entonces, ahí veías a Lalo Mora y Celso Piña dizque bailando y dizque cantando como rockeros/raperos/punketos, ¡espantoso! Afortunadamente este espectáculo no fue nada relevante, y gracias al Dios judeocristiano, no se hizo la lucha por transmitirlo en vivo por televisión abierta.
Y después del espectáculo de inauguracion producido por Multimedios, daría inicio el partido, no sin antes ver un pequeño homenaje a las figuras y leyendas del Monterrey, entre ellos, Humberto Suazo --me parece que el mejor jugador que ha tenido Rayados en toda su historia-- y Víctor Manuel Vucetich --el mejor técnico que Monterrey ha tenido, y el que hizo que Monterrey tuviera su época dorada hace unos ayeres--.
Cabe mencionar también que el encuentro, además de que era para estrenar el inmueble, también se estaba disputando una Copa que es en honor a Eusébio, el histórico jugador portugués quien falleció en el 2014 (Dios lo tenga en su Santa Gloria), y que también fue jugador de Monterrey, ya en su etapa de petardo.
Y ahora sí, daba inicio el partido.
Después de lo que vimos del Monterrey en la jornada 1 del Apertura 2015 (donde fue goleado), y tomando en cuenta que el Benfica pertenece a las grandes ligas del futbol europeo (por debajo de las principales ligas, por supuesto), uno hubiera esperado un partido complicado para el Monterrey, y posiblemente una derrota, pero al final el local, de manera increíble, se impuso casi caminando. En otras palabras, el Benfica llegó como un grande de Europa, espantando y toda la cosa, pero terminó jugando como el Abarrotes Doña Hortencia.
El primer tiempo me parece que fue un tanto parejo, ligeramente mejor Monterrey quien manejaba mejor la pelota, mientras que el Benfica tuvo algunas oportunidades claras. En esta primera parte, Rayados pudo abrir el marcador, ya que tuvo más jugadas de peligro, pero todo cambiaría radicalmente para la segunda mitad.
Ya en la segunda parte, entre cambios de jugadores y estrategia, el juego cambió por completo, y todo a favor del Monterrey, que apenas iniciada la parte compementaria, César Montes abriría el marcador, marcando así el primer gol en la historia del estadio. Yo creí que lo iba a marcar De Nigris, Pabón u otro delantero de renombre, pero el primer gol lo terminó marcando un desconocido. Así es a veces el futbol de antiestético.
Y después, el partido se inclina completamente para el Monterrey, quien le daría un repaso al Benfica que ni las manos metió. Dos goles más caerían en el nuevo estadio para cerrar con broche de oro la inauguración.
Al final, el partido, como espectáculo, no fue la gran cosa. No lució, ni nada por el estilo. Es más, parecía juego de jornada 2 de la Liga MX. Lo que sí nos llamó la atención fue el pobre desempeño del visitante. Qué porquería de equipo; a mí se me hace que no tenían ganas de jugar. No se veían comprometidos ni nada que se le parezca, era una pobreza total. Mejor hubieran invitado a cualquier otro equipo de la propia liga, creo que hubieran dado más pelea.
Sorprende en verdad el rendimiento del Benfica; ni parecía equipo perteneciente a la élite del futbol europeo --ya lo dijimos, el futbol portugués está muy por debajo del top ten de las ligas europeas--. Se entiende que el Benfica está en pretemporada, se entienden los cientos de cambios que hubo en el partido, los plantamientos y el parado táctico se pierden casi por completo, pero para un equipo acostumbrado a la alta competencia, a jugar al más alto nivel, no puede salir a dar un espectáculo de borrachos, porque parecían perdidos en la cancha. Llama mucho la atención la forma en que el Monterrey les pintó la cara.
Por más amistoso que haya sido el partido, con los diez mil cambios y demás, uno hubiera esperado mucho mayor nivel, mayor calidad (colectiva e individual) por parte de los jugadores del Benfica. Estamos hablando de cambios totalmente diferentes; y es que hay que aceptar que existe una gran diferencia entre los cambios del Benfica con los del Monterrey, me parece que el rival queda a deber, y mucho.
Es un hecho que al Benfica le afectó más los cambios, porque antes del medio tiempo, había dado un buen partido, sin mostrar un gran despligue futbolístico, pero sí llegando con cierto peligro, aunque Monterrey se vio mejor en gran parte del encuentro, y más claramente en la segunda mitad.
Al final, vimos a un Benfica, ante la sorpresa de muchos, que se colapsó dramáticamente; empezó como equipo europeo y terminó como uno más del futbol mexicano. Así de gacho.
Yo me pregunto, ¿que acaso el Monterrey no podía traer a un equipo de mayor envergadura, de mayor categoría, proveniente de una liga más competitiva? Digo, a pesar de la inversión que hicieron con el nuevo estadio, de seguro les sobró unos cuantos milloncitos como para traer, no sé, al PSG, a la Juventus, al Chelsea, o al Bayern Munich. Ahí estaba también el Liverpool, un equipo legendario, qué equipo más digno para estrenar un estadio que el Liverpool. O qué me dicen del Arsenal. Recuerden que con dinero baila el perro, y si hay algo que al Monterrey le sobra, es el dinero.
Si estamos hablando de echar toda la carne al asador, el Monterrey pudo haber traído al Real Madrid, ¿o no? Claro, ante cualquiera de estos rivales antes mencionados, el Monterrey se lleva más de cinco goles, pero hubiera valido la pena. Como espectáculo, es preferible ver a un equipo lleno de figuras de mayor nivel competitivo, que a unos marihuanos como los del Benfica.
Está bien, olvidémonos del Real Madrid, del Barcelona, o del Bayern. ¿No me digan que Rayados no pudo haber traído al Manchester City, por ejemplo? A mí se me hace que el Monterrey también buscó un equipo más o menos a modo, uno con mayor probabilidad de vencer, para inaugurar el estadio como se merece, y me parece que lo consigueron. Felicidades al Monterrey por su triunfo ante los dopados del Benfica. Todo resultó como se esperaba. ¡Arriba el norte!
Y así, con una inauguración mesurada, muy regional, y sin rival, Monterrey tiene una nueva casa, en donde comenzará a escribir sus nuevas historias.
Foto | Mexsport
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