Sufriendo y remontando, Tigres es campeón del Clausura 2023

Tigres remontó una desventaja de 2-0 y terminó ganando en tiempos extra 2-3 ante Chivas. (Imago7)

Tigres consiguió su octavo título de su historia tras derrotar a las Chivas por marcador de 2-3 en la final del Clausura 2023 de la Liga MX. El Guadalajara se adelantó en el marcador con dos goles, pero Tigres empató y en tiempos extra logró la voltereta.

Tigres resucitó. Regresó del más allá. Tigres ya no estaba, pero de la nada reapareció; alcanzó la Liguilla por la vía del repechaje, se metió hasta la final y terminó consiguiendo otro campeonato. Nadie se lo esperaba.

Como nadie se esperaba el desempeño del Guadalajara en el torneo. Chivas tuvo una estupenda actuación en este Clausura 2023, pero la realidad es que Tigres lo superó justo en el momento indicado.

Fue una final de vuelta de alarido. Mucho más sobresaliente que la de ida. No vimos un futbol de alta calidad, pero sí mucha intensidad de ambas escuadras que salieron a ganar. El primero en pisar el acelerador fue Chivas, que cobijado con el calor y la pasión de su afición, se volcaron con todo tratando de pegar primero.

El esfuerzo y la actitud del Rebaño dio sus frutos muy temprano en el partido. Pollo Alvarado marcó el primer tanto de la final e hizo estallar en júbilo y emoción a los asistentes que habían colmado el estadio Akron. Chivas ganaba y sentía que podía ser campeón.

La idea de que Chivas podía campeonar por trigésima ocasión era muy sólida. No sólo porque dominaba el encuentro, sino porque antes de los treinta minutos el chiverío marcaría el segundo gol del partido. Aquello era una locura. Chivas tomaba una ventaja inimaginable y ya se veían levantando el trofeo.

Tigres no reaccionaba. Los del norte estaban siendo ampliamente superados y no encontraban la manera de contrarrestar los ataques del local; tuvo llegadas pero ninguna que pusiera en peligro el arco de Chivas. Pero a pesar de que el Guadalajara se veía mejor y era más peligroso, Tigres no se colapsó. Tigres se mantuvo de pie resistiendo los golpes, algo que sería clave por el resto del partido.

Con dos goles a favor, Chivas seguía buscando otro tanto pero esta vez no pudo. El primer gol de Chivas había sido más bien producto de la inercia del inicio del partido, mientras que el segundo se dio por un error de marcación, algo que Chivas supo aprovechar. Básicamente, el Guadalajara estaba sacando provecho de las circunstancias; Chivas no estaba ganando por su poder futbolístico, sino por una actitud que Tigres más tarde adquiriría y que combinaría con su talento ofensivo.

Y así fue. Al minuto 63', las puertas de la oportunidad se le abrieron a los Tigres, luego de que el árbitro marcase un penal. La pena máxima es cobrada por Gignac, quien no falla. Tigres estaba de regreso. Los felinos se acercaban y estaban ya acechando a su presa.

Tras el primer gol de Tigres, Chivas se descolocó. Ya desde varios minutos antes venía de más a menos, y me parece que el gol los sacudió tanto que se fueron por otro camino. En cambio, Tigres se creció; Tigres sacó el pecho y siguió escalando. Tigres ya no era un gato patas pa'rriba, ya estaba de pie y listo para seguir combatiendo.

Chivas se había caído y ya no era el mismo. Y ahora el que dominaba eran los felinos. Si el primer tiempo fue de Chivas, la segunda mitad era completamente de Tigres. Fue precisamente en el segundo tiempo cuando Tigres mostró sus garras y empezó a ser más agresivo, lo que lo llevó consecuentemente a conseguir el anunciadísimo gol del empate.

El encargado de empatar los cartones fue Sebastián Córdova, esto al 71'. Con la cabeza, Córdova empató el partido y silenció a toda una nación: la nación chiva. Tigres había regresado e iba por más.

Chivas ya no supo cómo responder. Tigres manejaba las acciones del partido, y en varias ocasiones casi termina finiquitando el encuentro. Chivas resistió hasta el final del tiempo regular. Tigres no pudo terminar la obra y tenía que esperar hasta el alargue.

A Chivas se le había ido de las manos el campeonato; les habían empatado y Tigres se había recuperado en todos los aspectos. Ahora había que remar contra corriente. La idea era, tanto para Chivas como para Tigres, encontrar el momento indicado para perpetrar el golpe definitivo. Chivas lo intentó pero falló. Tigres tuvo una y la aprovechó; una sola jugada bastaba para acabar con el rival; Tigres la encontró y no falló.

En un tiro de esquina, un remate de Tigres es rechazado en la línea por la defensa de Chivas. El balón sale dramáticamente disparado pero aún dentro del área. Guido Pizarro se la encuentra y saca un remate seco el cual es desviado por un jugador rojiblanco. Ese desvío fue más que suficiente para que la pelota se incrustase en la redes. Gol de Tigres. Era el gol del campeonato.

En ese momento el partido había llegado a su fin. Al 109' Chivas había caído con la cara al sol y Tigres se alzaba en todo lo alto. El resto de los minutos fueron de nervios y tensión, pero ni Tigres cedió y ni Chivas pudo regresar y anotar un gol que les devolviese el pulso.

Entre expulsados, contragolpes y breves llegadas, la final si iba diluyendo. Chivas se había perdido; ya sólo buscaba un error o un milagro. No encontró ninguno de los dos.

El partido llegó a su fin. Chivas terminó tendido en el césped, mientras que Tigres celebraba su octava estrella. Tigres había regresado y se había convertido nuevamente en campeón del futbol mexicano. Y uno muy digno.

Ambos equipos dieron lo que tenían que dar. Cualquiera pudo haber ganado, pues no había un claro favorito. Fue Tigres el gran ganador, que con ímpetu y pundonor vino de atrás y se llevó la victoria.

Tigres fue un gran ganador, aunque si Chivas hubiera logrado el triunfo también hubiese sido un enorme campeón. Pero ganó el que se las encontró.