Una trampa de telenovela

Los melodramas en Televisa ya parecen tener una marca distintiva: actuaciones patéticamente circenses.

"Es feo en el arte lo que es falso, lo que es artificial, lo que pretende ser bonito y precioso, lo que sonríe sin motivo, lo que amanera sin razón, lo que se arquea o se endereza sin causa, todo lo que carece de alma y verdad, todo lo que no es más que alarde de hermosura y de gracia, todo lo que miente."

Esta frase de Auguste Rodin, parece ser la ideología en la que Televisa se basa para producir contenido televisivo. Y esto es muy evidente en sus telenovelas. Y es que con el estreno de Amores con trampa, nos queda claro que en Televisa poco importa el aspecto artístico, poco importa la calidad en sus contenidos, con tal de generar audiencia y mantener entretenida a su exigente público (y mantener el negocio a flote). Además, dicho público carece de todo tipo de criterio, que cualquier cosa hecha de la manera más burda, funciona, como Amores con trampa, que será un exitazo.

Pues resulta que Amores con trampa es otra telenovela barata que no requiere del más mínimo esfuerzo para entenderle. Es otra vez la historia donde pobres y ricos intercambian papeles, o en este caso, se unen para conocer la forma de vida de cada uno, donde al final todos terminan entendiendo y comprendiendo la vida del otro --como si así fuera en la vida real--, y donde, de manera bizarra, los pobres suelen ser los más listos (?).

Pero lo peor de todo no es ésta fórmula tan choteada, sino que, por enésima ocasión, Televisa recurre a la adaptación, al refrito, a venderle producciones recicladas y mal hechas, o sea, que Amores con trampa es la versión de otra telenovela. La original se llama Somos los Carmona (de origen chileno), y ahora dicidieron hacer la versión mexicanizada.

Este intento de telenovela cuenta la historia de la familia Carmona, a quien le compran sus terrenos casi a la fuerza, y entonces viajan a la ciudad donde ahora tendrán su nuevo hogar, y donde conocerán a una familia millonario pero en quiebra, quien se aprovechará de los Carmona para salir de la bancarrota, donde además las múltiples diferencias entre ambas familias le darán vida a la trama.

Es una telenovela realmente barata, burda y hasta infantil. No sabemos si es para adultos o para niños --y no me vaya a salir con la estupidez de que "es para toda la familia"--. En cuanto a producción y nivel actoral, es un insulto. Es una payasada de telenovela. Las actuaciones son increíblemente huecas y sobreactuadísimas, y la comedia que intentan proyectar es para retrasados mentales. ¿Usted alguna vez ha visto Desmadruga2? Pues haga de cuenta que Amores con trampa es un sketch de dicho programa. Así de pobres y mal ejecutados son las actuaciones y los personajes.

Los personajes parecen tener algún problema mental. Por ejemplo, el personaje de Itatí Cantoral es una esquizoide con problemas de agresividad. El personaje de Ernesto Laguardia se queda a medias, ya que Ernesto se está actuando a sí mismo; ni siquiera supo darle vida a su personaje. Y el personaje de Eduardo Yáñez es simplemente ridículo; es una parodia bizarra de un campesino que parece streaper, y por si fuera poco, Eduardo Yáñez es un pésimo actor. Y de los demás ni hablamos, porque son igual de mediocres o peor.

Para que no pierda su tiempo viéndola, es igual que Una familia con suerte, Qué pobres tan ricos y La fea más bella (ésta última con una historia distinta, pero en cuanto a las actuaciones es una mierda gigante), nada más que con una trama diferente, pero la idea es la misma: dos familias de distintos estratos sociales conviviendo en contra de su voluntad.

Los melodramas en Televisa ya parecen tener una marca distintiva: actuaciones patéticamente circenses. Sólo hay que recordar a La fea más bella, que fue realmente de miedo; los actores destrozaron los personajes y los convirtieron en una aberración. Destruyeron por completo la historia original, dejándolo como un producto televisivo de tres pesos, y al final el resultado fue una especie de sketch estilo La hora pico.

Es más o menos lo mismo que sucede con Amores con trampa; actuaciones muy pobres, personajes que caen en lugares comunes, clichés, y por si fuera poco, ni siquiera logran su cometido, que es retratar la realidad de familias como éstas.

Por último, cabe mencionar que dicha telenovela --como cualquier programa/telenovela de la televisión mexicana--, carece de crítica social, es decir, no hay un reclamo o una intención de darle voz a este tipo familias. No existe una crítica sobre las carencias de los campesinos, los abusos y la miseria en la que viven, al contrario, nos intentan vender una imagen completamente distinta o a medias, una imagen donde la vida en el campo es como vivir en el paraíso.

Básicamente, Amores con trampa es una porquería de telenovela.

Ya no sorprende que en la televisión mexicana no se pueda hacer algo de calidad, sino que se siga haciendo lo mismo y hasta peor.