La Final del Clusura 2015 no fue más que el fiel reflejo de la mediocridad del futbol mexicano y el sistema de competencia del mismo. No pueden haber finales así, no pueden haber Campeones así. El futbol mexicano debería modificar muchas cosas para que los equipos sean Campeones por méritos futbolísticos, y no por la vía del panzazo.
El futbol mexicano es como el alcohólico: niega que tiene un problema y, de alguna manera, trata de ver el lado positivo de las cosas, a pesar de ser obvio que nada bueno obtiene de su vicio; negándose así a buscar una solución.
Y cual alcohólico, el futbol mexicano, sin tratar de ser exagerados y dramáticos, ha tocado fondo. Y es que cuando dos equipos no hacen ningún tipo de mérito en el torneo regular y terminan jugando la gran Final, significa que el futbol mexicano ha llegado a un punto donde su mediocridad ya es insostenible.
Es cierto que en el futbol mexicano cualquiera puede llegar lejos y hasta ser Campeón, pero después de ver el desempeño durante todo el torneo regular del Santos y el Querétaro, ¿usted pensaba que llegarían, ya no a la Final, sino lejos? Querétaro y Santos se metieron a la Liguilla por combinación de resultados, y en la Final de ida y vuelta, cada uno tuvo su momento de gloria; Santos dio el partido de la temporada en el juego de ida, y en el de vuelta el Querétaro superó por mucho a un Santos que no metió ni las manos, al igual que Gallos en el partido de ida; es decir, la irregularidad, la mediocridad del futbol mexicano es tal, que en una misma Final se invirtieron los papeles. Si ésto no es muestra de que en el futbol mexicano no existe un verdadero nivel competitivo, entonces no sé que más lo sea.
Si Santos goleó en el partido de ida a Gallos Blancos, entonces lo más normal era que en el juego de vuelta Santos también hiciera lo mismo pasándole por encima, ya no goleando pero sí demostrando una superioridad futbolística. No fue así. Santos dio un pésimo partido; desconcentrado, demasiado relajado, demasiado confiado en el marcador global; si no recibió cinco goles, no fue tanto por su defensiva o los cambios en la segunda parte, sino porque Querétaro fue de más a menos; es decir, en un sólo partido vimos a la irregularidad del futbol mexicano hacer lo suyo.
Que equipos como Santos y Querétaro, sin un futbol sólido y competitivo, sin un funcionamiento claro, que en el torneo regular se dedicaron a dar pena, a jugar a menos del 50% de su potencial y que se meten de último momento y además con ayuda de terceros, es una forma de premiar la mediocridad, la pobreza futbolística, el conformismo, la inconsistencia y la incompetencia. Evita que los equipos y jugadores traten de buscar la máxima calidad futbolística, pues en una liga donde haciendo poco o a veces nada, obtienes premios tan grandes como ser Campeón (y hasta perdiendo).
Una liga donde sus equipos no juegan a nada, que se meten a finales de panzazos, sólo puede fomentar la falta de aptitud y crecimiento en sus equipos y jugadores.
A la Liga MX, al parecer, no le importa el nivel del futbol mexicano, la forma en que sus equipos se coronan y ni le interesa modificar el sistema de competencia para bien. Esto es por cuestiones económicas y por cuestiones de capacidad: el futbol mexicano es un negocio, modificar algo afectaría los dividendos de dicho negocio redondo, y además, sus dirigentes son unos ineptos que no tienen idea de futbol --no lo sabemos a ciencia cierta, pero es lo que demuestran--.
Foto | Mexsport
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