No se conformaron con haber calificado a la Euro, su primer torneo mayor, querían más, y aún quieren más.
Lo que parecía ser una tarde de té para Inglaterra, terminó siendo una catástrofe, un fracaso monumental para una Selección obligada a llegar lejos, no sólo en esta Euro, sino en cualquier torneo donde se presente. Pero, cual relato nórdico, la tragedia inglesa desembocó en un día de gloria para Islandia, quien se atrevió a ir más allá de los límites que el futbol le había impuesto... y ganó. Ganó como los grandes; poniendo alma, corazón y pundonor; valentía, carácter y mentalidad.
Con la increíble eficacia y solidez que mostraron ante Inglaterra, Islandia está más que preparado para su siguiente batalla ante Francia, un equipo que aún no convence y que parece indigestarse con los equipos inferiores --aunque Islandia ya demostró que de inferior no tiene nada--.
Islandia, una Selección que no existía en el mapa futbolístico, es una sorpresa agradable. Es agradable porque, primero, no es una casualidad o un accidente del contrario, sino un equipo trabajado y que sabe a lo que juega. No es una Selección que improvisa, que salga a la cancha con el cuchillo en la boca y a ver si la suerte le sonríe. No. Islandia tiene una estrategia, un parado táctico eficaz, tan eficaz que sin figuras ni poder individual, ha logrado sacar resultados inesperados, siendo ésta victoria ante los ingleses la más grande de su historia (hasta el momento).
Y segundo, pero no menos importante, es un equipo decidido y convencido de que puede vencer al rival (no importa si se trata de un rival histórico del futbol), y esto se logra con un amor vehemente al futbol y a la camiseta. Por eso Islandia es el mejor ejemplo de lo que un equipo de futbol debería de ser. No sólo juegan con pasión y orgullo, sino que también hay un trabajo futbolístico que funciona. La combinación perfecta para lograr grandes cosas.
El mejor partido de Islandia hasta el momento ha sido el duelo ante Inglaterra. Era increíble ver cómo el equipo islandés salía tocando la pelota desde atrás; rara vez salían con pelotazos. La forma en que llegaban al área con peligrosidad, los hacía parecer un equipo de talla mundial. Era ampliamente dominado e intimidado por Inglaterra, pero Islandia nunca retrocedió, nunca se tiró atrás para amarrar el empate. Islandia salía a buscar el gol, en dos oportunidades las encontró y mató a un gigante del futbol mundial.
Cuando Inglaterra anotó el primer gol, por conducto de Wayne Rooney (4'), creíamos que Islandia se iba a caer, que se iba a desmoronar y que se iba a resignar a una posible y casi inminente goleada, pero sucedió todo lo contrario. Islandia no se vino abajo; se hizo más fuerte, se hizo más grande.
Es cierto que Inglaterra fue una decepción; no alcanzó a desplegar el futbol esperado y el que es capaz de desplegar, pero no se le puede quitar mérito a un equipo como Islandia que también fue partícipe de este resultado histórico.
Esfuerzo, disciplina y ambición. Las tres cosas que definen a la Islandia que pasó a la historia al derrotar a Inglaterra en una Eurocopa. Sin duda, un momento glorioso en la historia del futbol.
Como me gustaría ver a Islandia ganando la Euro 2016, probablemente sería tan pasajero como el título de Grecia en el 2004, o el reciente acontecimiento del Leicester en la Premier League, y muy probablemente no la gane, pero sería un premio a un equipo que nos vino a recordar cómo se debe jugar al futbol: con pasión y locura.
Foto | Getty Images
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