La rotación de jugadores luce más bien como un experimento que como una estrategia --sobre todo en una Selección nacional--.
Desde su presentación como técnico nacional, Juan Carlos Osorio dejó en claro que su método de trabajo consistía en la rotación de jugadores --esto es, modificar constantemente una alineación (en cada partido, por ejemplo) y de ahí partir para crear un sistema de juego eficaz (?)--. Así lo había hecho en los clubes donde había tenido éxito y así lo haría con la Selección mexicana.
Tengo que aceptar que cuando Osorio dijo que iba a rotar jugadores, porque era su estilo estratégico, no le hice caso. Cuando vi que su once variaba de partido a partido, mi primera conclusión fue: está probando jugadores para buscar un 11 ideal --porque es algo que siempre ocurre cuando un DT, sobre todo extranjero, llega al banquillo tricolor; se pone a probar jugadores por montón--. Digamos que para ese entonces todo era normal.
Pero resulta que no; no estaba buscando a jugadores que le llenaran el ojo y así armar un 11 titular de miedo, sino que ese era su método de trabajo, buscar jugar con un once diferente en cada partido, dizque para darle "equidad" al equipo. Después de la masacre chilena, me quedó bien claro su metodología y me cayó el veinte: Osorio estaba cometiendo una tontería.
Es absurdo creer que una Selección pueda conseguir una consistencia, una solidez, un rendimiento y un funcionamiento colectivo e individual eficiente, cambiando jugadores por otros (y hasta de posición) en cada partido. Es una locura. Ningún equipo en el mundo ha conseguido un nivel competitivo, o ha conseguido crear un sistema de juego en base a una rotación infinita de jugadores. Y tampoco creo que en sus anteriores clubes la rotación haya sido tan marcada.
Osorio y su intento de reinventar el futbol
Hay algo que sorprende en todo esto: la idea de que aplicar la "estrategia" de rotación de jugadores puede funcionar en una Selección. Esto Osorio lo tuvo que haber deducido por cuenta propia y percatarse de que una Selección se maneja de forma distinta a la de un club. Además, para rotar jugadores como Osorio lo hace, se necesita tener un plantel de calidad, una Selección que cuente con jugadores de gran nivel, y México no tiene una gama de jugadores de amplio nivel; no hay más jugadores como Chicharito, Corona o Layún que puedan entrar de cambio y proporcionarle al equipo el mismo nivel competitivo que los titulares. Los jugadores que ya todos conocemos, es lo que hay; no hay más.
México no tiene jugadores de recambio, y por eso se debe hacer todo lo posible para armar un 11 titular con los mejores futbolistas y así echar a andar al equipo. Y aunque México tuviera 23 jugadores como Chicharito, Layún, Moreno, Corona, etc., tampoco creo que la estrategia de Osorio funcionaría de manera eficaz.
En un club es más probable que tengas al alcance mucha mayor materia prima, y sobre todo de calidad. Pero en una Selección el talento es reducido, y más si se trata del negocio llamado Selección mexicana, donde la brillantez y la calidad no abunda mucho como para andar rotando jugadores a diestra y siniestra.
En un club hay más tiempo de trabajo, hay más partidos y, sobre todo, tienes a todos los jugadores a tu disposición toda la semana para trabajar y asimilar la propuesta del entrenador. El gran número de partidos te dan más tiempo para maniobrar y perfeccionar tu estilo y tu sistema que deseas implementar. En una Selección sucede todo lo contrario, de hecho, una de las características y complejidades de una Selección nacional es precisamente el poco tiempo de trabajo, el cual te obliga a adaptarte a un esquema de trabajo (y basar en dicho esquema tu estrategia) para tratar de obtener resultados inmediatos --y hablo de resultados basados en un funcionamiento futbolístico adecuado-- y crear un sistema de juego competitivo, que haga de la Selección nacional un equipo ganador y dominador de un estilo, de un funcionamiento.
No puedes pretender que un equipo domine un sistema de juego si todo el tiempo andas rotando jugadores y alterando el trabajo partido tras partido. ¿Cómo una Selección consigue funcionar adecuadamente? Encontrando un once ideal, un once titular, luego, trabajar con ese once, repetir la estrategia una y otra vez pero siempre con esa base titular. Por supuesto que tiene que haber variantes, recambios, pero deben ser cambios estratégicos leves que no afecten por completo el sistema de juego del equipo.
Lo que Osorio trata de proponer, analizándolo a profundidad, es casi un disparate. Está claro que en los clubes donde dirigió y aplicó esta estrategia tan revolucionaria, tenía planteles de alta calidad, jugadores de gran nivel como para que su método tan ortodoxo funcionara a la perfección, o quizá tal vez su estrategia no lo llevaba tan al extremo, o ya de plano utilizaba otro método parecido a la rotación, pero no tan excesiva como lo hace con el Tricolor.
El caso es que el técnico colombiano trata de llevar a cabo una idea descabellada: hacer que una Selección nacional alcance un alto grado de nivel futbolístico que pueda llegar lejos en torneos importantes ante equipos destacados y competitivos, con una simple pero innovadora fórmula nunca antes vista: rotar jugadores hasta el cansancio, a tal grado que termine jugando todo el plantel, pero con ésto sólo termina consiguiendo lo contrario, porque esa fórmula, esa estrategia va en contra de lo establecido. Y lo establecido dice que para conseguir un equipo competitivo y que sepa a lo que está jugando, tiene que tener un trabajo constante con un predeterminado grupo de jugadores. Sólo así se puede alcanzar la excelencia futbolística; practicando pero con los mismos jugadores.
El Barcelona de Guardiola, el de la época dorada, es el ejemplo más claro de cómo trabajar un equipo en base a un cuadro titular. Ese equipo prácticamente no tenía cambios, porque jugaban siempre los mismos, y eso que tenía talento de sobra. Vean lo que le sucedió a Luis Enrique cuando quiso aplicar la rotación de jugadores, casi se sabotea él mismo. Es lo mismo con las grandes Selecciones: ya tienen un grupo de jugadores que conocen la idea de juego porque siempre han jugado juntos; lo dominan porque han creado un grupo de trabajo, y ese grupo es la base para crear un sistema de juego, después vienen las variantes, pero son cambios mínimos que no afectan a todo el esquema táctico.
La estrategia de Osorio, en pocas palabras, es una estrategia sinsentido.
¿Por qué tendría que irse Juan Carlos Osorio?
Luego de la humillante derrota ante Chile, la FMF se alarmó, y la posibilidad de cesar al técnico era más que evidente. Los medios, como siempre, fueron los primeros en declarar que Osorio tenía que dejar la Selección.
La pregunta para la FMF es: ¿Osorio debería irse por el jueguito ante Chile o por lo que hizo durante todo el proceso? Sería poco profesional y de lo más absurdo despedir a Osorio por la escandalosa zarandeada ante Chile, ya que lo estarían echando por el desempeño de un solo partido, y no por lo realizado en todo el proceso, no importa si recibió siete o veinte goles --de hecho, que México haya recibido siete goles es la razón por la cual Osorio está en la cuerda floja; si pierde 0-2, no sé si alguien lo estaría crucificando--. Ahora, si la respuesta es que el proceso completo de Osorio no agradó a los federativos, entonces ¿por qué no alzaron la voz desde antes? ¿Por qué nadie dijo estar en desacuerdo con el método de Osorio? ¿Por qué nadie critió el hecho de que México ganaba por la mediocridad de los rivales, más que por méritos propios? Que yo sepa todos estaban muy contentos con los grandes resultados, y nadie hizo un exámen exhaustivo sobre el método de Osorio para llegar a la conclusión de que el equipo no llegaría a ninguna parte si se seguía dicha estrategia rotatoria.
Analizar la posibilidad de despedir a Osorio hasta estas alturas, ya cuando recibiste la peor derrota en un partido de competencia oficial, deja muy mal parado a la FMF --por enésima ocasión, por cierto--, ya que demuestra una vez más el poco conocimiento futbolístico de los dirigentes y deja en evidencia el resultadismo que impera en la FMF y en los dueños del futbol mexicano, ya que nadie se quejó del mal funcionamiento de México previo al partido en Santa Clara. ¡Hasta se decía que México podía ganar el torneo!
Todos se fueron con la finta del invicto. Como siempre, se tomó más en cuenta el resultado que las formas. Mientras el resultado era favorable, no había de que preocuparse. Llegó la primera derrota, se acabó el invicto histórico y entonces Osorio tenía que irse porque descubrieron que el susodicho estaba cometiendo una locura con su estrategia de otro mundo. ¡Bola de resultadistas!
Me parece que para decidir si Osorio se va o se queda, se tienen que tomar cuenta varias cosas. Una de ellas es que, en estos momentos, no hay candidatos para ocupar el puesto; ¿a quién pondrían en la Selección? ¿Irán a rogarle otra vez a Ferretti? ¿Se arriesgarán con Mohamed (que ahora se ha puesto de moda en la liga)? ¿Le darán una oportunidad a Matosas, que ha probado que puede dirigir a la Selección, y que además anda desempleado? ¿O acaso irán por "lo seguro" y llamarán a La Volpe? ¿O es que se atreverían a recontratar al hooligan Miguel Herrera? Como podrán darse cuenta, el panorama no luce muy alentador, ¿no es así?
Otro detalle es que se estaría rompiendo nuevamente con un proceso, con un "proyecto" (que a mí no me parece un proyecto, pero bueno...), que en teoría debía de terminar en Rusia 2018. Pero, a pesar de que en el futbol mexicano los procesos suelen no respetarse, en esta ocasión tendría sentido aplicar la guillotina ya que me parece que con Osorio la Selección no va a ninguna parte; hay que evitar lo más posible romper abruptamente con los procesos, pero siempre tomando en cuenta si el proyecto tiene futuro, y por lo que hemos visto, el proyecto de Osorio, lo que intenta aplicar, no va por buen camino.
En caso de que Osorio continúe con la Selección, habría que ver si el futbol mexicano no vuelve a caer en el continuismo, tal como ocurrió con "El Chepo" de la Torre, que cuando tenía que irse, que desde la Copa Oro tenía que haber dejado al equipo, se le mantuvo en el puesto, todo por la idea de darle continuidad a un proyecto, pero sin tomar en cuenta que dicho proyecto estaba roto, descompuesto, inservible; no había nada más que hacer con ese proceso del "Chepo", y las consecuencias pudieron haber sido catastróficas de haber seguido con la idea darle continuidad al entrenador --que a mi entender, sí fue catastrófico, porque calificar al Mundial vía repechaje, cuando juegas en unas de las zonas más pobres del mundo, me pareció un fracaso colosal, pero bueno...--. De esta manera, si es que se aprendió algo de aquel oscuro momento, la FMF/Televisa/TV Azteca debería tomar la decisión en base al plan de trabajo de Juan Carlos Osorio, analizar si éste es el adecuado o no, etc.
Además, si Osorio se queda, me parece que la metodología también; ¿o acaso Osorio tendrá la capacidad de cambiar su estilo y apegarse a lo establecido? Si es así, entonces Osorio estaría dirigiendo con muchas dudas sobre su espalda, ya que estaría aceptando que se equivocó en llevar a la Selección una extravagante forma de trabajo que nunca funcionó (y que nunca funcionaría). Y no es que sea algo malo aceptar que te equivocaste (al contrario), pero Osorio se equivocó en una estrategia, que es prácticamente la escencia de un equipo, y eso es equivocarse de manera monumental. Si tan bueno eres como estratega, entonces tendrías que haber llegado a la conclusión de que tu estrategia de juego no podía aplicarse a una Selección por diferentes razones, y razones probadas en el mundo futbolístico.
Osorio tendría, después, que adoptar otra forma de trabajo, ahora ya con la firme idea de buscar un once titular y dejar de lado las rotaciones circenses. ¿Es capaz de cambiar su forma de trabajar y hacer que México comience a jugar a algo? El propio Osorio, cuando llegó, fue claro al decir que su forma de trabajar es única y que está convencido de su método, así que creo que Osorio difícilmente cambiará su forma de plantear los partidos. Y eso de tener a un técnico al cual le tienes que decir cómo jugar, como que no, ¿verdad? Se supone que tú contratas a un técnico por su capacidad, no para que aprenda a dirigir.
Es evidente también que la armonía en el equipo y la Federación se vino abajo, y ya el proceso, en caso de que Osorio continúe (que creo que sí continuará), sería de mucha presión para todos.
Está claro que el colombiano no es el único culpable. Ya sabemos quiénes son los culpables de que México haga el ridículo de tantas formas, sabores y colores. Son los directivos, los dueños de los equipos, los jugadores --a quienes les falta madurar pero en serio-- y, por supuesto, el entrenador. Todos son culpables, pero si somos específicos, Osorio tiene mucha responsabilidad en el proceso que llevó a la Selección a una humillación histórica.
Si se va o se queda, el panorama seguirá luciendo incierto, ya que no sabemos quién se irá: Osorio o el método de Osorio.
Fotos | Mexsport
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