La dramática Décima del Real Madrid

Sólo el Real Madrid podía ganar la Champions League como lo hizo, porque sólo los grandes la ganan como el Real Madrid.

El Real Madrid ha demostrado por qué es un equipo grande y por qué tenía que ganar la Décima. Tenía que ganar porque es el Real Madrid, y no importa en qué minuto lo haya conseguido, pues lo consiguió como el madridismo lo dicta: con ambición, coraje y con hambre de ganar.

Increíblemente las cosas se invirtieron, pues ahora los que pusieron el corazón fueron los del Real Madrid, y no el Atlético, quien aparentemente llegó sin corazón a la Final.

No fue un partido donde con un despliegue futbolístico notable, más bien la Final fue un volcán de emociones, que en los últimos minutos del tiempo regular hizo erupción. ¡Un volcán! Eso fue el Real Madrid, quien fue que arrasó y dominó a su rival, sobre todo en la segunda parte de los tiempos extra.

Al final, la historia y la grandeza se impusieron en Lisboa, donde el más grande, el Real Madrid derrotó 4-1 al Atlético de Madrid, en un juego con poco futbol, pero con muchas emociones, y realmente espectacular.

Final
Era un hecho que el Real Madrid era favorito, pero eso estaba valiendo madres cuando el Atlético tenía contra la lona a un Real Madrid pasmado, que nunca supo cómo anotarle a un equipo colchonero que estaba bien parado atrás, y que defendía con más corazón que futbol.

Al final, en el aquel fatídico 90'+3, al Atlético le faltó futbol ante un Real Madrid que sacó el corazón.

Pocas posibilidades tenía el Atlético antes de que se jugara la Final, pero éstos rompieron todas las reglas y fueron por un momento Campeones de Europa, sólo por un momento, hasta que el madridismo se haría presente en su Final, para ganar su Copa, su Décima.

Primer tiempo
Básicamente, la primera parte de la Final fue como estar viendo la jornada 10 de la Liga española; en realidad no fue un gran partido en ésta primera parte, y hasta cierto punto lució un tanto tedioso y aburrido. Ninguno quería arriesgar y ninguno quería meter la pata, a excepción de Iker Casillas, quien metió la pata y nunca la sacó, hasta que tuvo que venir Ramos para desatorarle el pie.

Como era de esperarse, el Real Madrid comenzó con la tenencia de la pelota, pero rápidamente se harían presentes los nervios, lo que luego se convertiría en una bola de nieve, que arrastaría al Real hasta convertirlo en un equipo sin convicción, sin ambición, que nunca salió a matar desde el primer minuto; sin esa intención de imponer su nombre y su historia en la cancha y restregársela al Atlético. Quiso tomar la iniciativa, pero muy tímidamente.

Las pocas aproximaciones del Real Madrid terminaban en nada, mientras tanto, el Atlético metido atrás trataba de salir de su propia cancha. Y el Atlético logró equilibrar el juego, pero el Real Madrid seguía siendo ligeramente mejor, pero muy ligeramente. Aún así, los blancos eran muy imprecisos; llegaban a la cancha del Atlético, pero no lograban tener profundidad.

A todo esto, tendríamos que sumarle el hecho de que el Real Madrid también se veía bastante errático, desconcentrado y mostrando un juego colectivo para nada sincronizado. En esta primera parte no hubo jugadas de peligro, y tampoco vimos ninguna brillantez colectiva y ni mucho menos individual.

La primera gran nota fue al minuto 9', cuando Diego Costa sale de cambio. Es un hecho que Diego Simeone quiso experimentar con Costa, lo metió al campo para probarlo --sólo a él se le ocurre probar a un jugador lesionado en una Final-- y para ver si funcionaba, después el propio Diego Simeone se daría cuenta que Costa hubiera sido mucho más útil en los tiempos extras.

¿Y Cristiano Ronaldo? ¿Estaba en la cancha? Sí, sí estaba, aunque nunca apareció. Nuevamente salía el tema de Ronaldo y las finales, donde aveces aparece y otras veces no, y en esta Final no estaba. Decíamos que el título dependía de que si Cristiano Ronaldo jugaba o no jugaba, y creo que nos equivocamos, pues sin Ronaldo en la cancha tampoco hubiera habido alguna diferencia. Sí, se quitaba a los jugadores, desiquilibraba un poco, pero a Ronaldo lo trajeron para que anotara y para ganar la Décima, y él no fue quien la ganó, y ese penal cobrado ni se lo merecía.

Fue hasta el minuto 27', cuando Cristiano Ronaldo por fin aparecía con un tiro libre, luego volvería a desaparecerse.

Al 32', Bale, quien estaba desconectado del partido, tuvo la primera grande del partido, y la terminó enviando a un lado, y no sería la última. Más tarde, al 36', la que Gareth Bale no hizo, lo haría el Atlético, pero esta vez con ayuda de la defensa madridista y de Iker Casillas, quien en un tiro de esquina, se adelanta a un cabezazo de Diego Godín. Claro, la defensa merengue colabora, pero el errorzazo de Casillas es más grande todavía.

El Atleti ya ganaba, pero todos sabían que al partido le quedaba un mundo de historia, y qué historias nos esperaban. Este gol haría que el Atlético se la creyera, y fue entonces que comenzó a mostrar mayor peligrosidad al frente, pero la poca profundiad y la poca contundencia, y la notable ausencia de Diego Costa y Turán, estaban pasando factura.

Al término de la primera parte, el Real Madrid continuaba con la posesión, pero lo hacía sin una idea clara; iba al frente pero sin proponer nada, pasmado y perdido. El Real Madrid que derrotó al Bayern Munich en Semifinales, no tenía nada que ver con el de Lisboa, independientemente del juego del Atlético, que no se compara con el del Bayern.

Segundo tiempo
Para la segunda parte, se vendría lo bueno; ambos equipos tendrían los nervios a flor de piel; el Real Madrid tenía que anotar, y el Atlético sabía que tenía la oportunidad de aumentar la ventaja pero con sus riesgos.

Para el minuto 70', el partido se sumergió en el mar de las emociones. Atlético seguía ganando, pero ahora el Real Madrid estaba completamente encima de los colchoneros; una y otra vez, las aproximaciones de los blancos eran cada vez más peligrosos, y ahora sí el gol parecía inminente, pero otra vez sin una idea clara de ataque, y ni se diga la parte individual. Cristiano Ronaldo estaba apanicado, seguía sin aparecer, no se veía una lucha de su parte, no parecía tener ganas de sobresalir y ser la figura del partido. Y nunca lo fue, Cristiano no fue la figura de la Final, cuando todos esperaban que lo fuera. Fue importante en las fases previas, pero en la Final era un mito.

Para colmo, Gareth Bale tampoco estaba tan fino. El galés estaba decidido a fallar todas, y así lo estaba haciendo; en dos ocasiones estuvo frente al portero, y todas las falló, además, quería anotar el gol a como diera lugar, cuando podía hacer un pase a sus compañeros.

Y el tiempo se iba como agua para el Real Madrid, y fue así que el Atlético quiso que el tiempo hiciera el trabajo sucio, y se tiró atrás, esperó con todos sus hombres atrás. En cualquier otro momento, hubiera funcionado, pero esta vez no fue así, pues enfrente tenían al Real Madrid, y estaban en una Final, donde la ventaja era de un sólo gol.

Y como el Atlético se ha formado en base a los golpes duros del futbol, en esta ocasión tendrían que volver a sufrir, pero no fue cualquier sufrimiento, sino que fue uno que ya habían sentido. Como en la Final del '74, ante el Bayern Munich, cuando le empataron en los últimos 20 segundos, el Atlético pasó de la gloria al infierno en menos de un minuto, cuando al 90'+3, después de tanto insistir, y después de ser el mejor, el Real Madrid empata el partido por conducto del goleador Sergio Ramos. A unos cuantos segundos del final... Así es la vida del Atlético.

Lo que el Real Madrid hizo en el último suspiro del partido, es la muestra de cómo un equipo grande tiene que regresar a un partido y ganarlo. Por eso el Real Madrid es grande, porque sus hazañas son grandes.

Tiempos extras
Y el Real Madrid había regresado del más allá. Increíble lo que estaba sucediendo, increíble la manera de regalar el partido por parte del Atlético, aunque eso sí, me parece que no tenían de otra, ¿o de qué otra manera podían manejar los últimos minutos? Así tenía que ser, esperar a que el tiempo no los traicionara. Pero el tiempo es un arma de doble filo, y no puedes llevarlo como cuchillo entre los dientos. El Atlético lo intentó, y miren lo que pasó.

Durante el alarge parecía que no iba a ocurrir mucho, y todo parecía indicar que los penales decidirían al nuevo rey de Europa. En la primera mitad lo único notorio fue el cansancio de ambos equipos. Pero para la segunda parte de la prórroga, el Real Madrid tocó las puertas de la felicidad casi eterna, cuando al minuto 110', cuando el Real Madrid estaba apabullando al Atleti, Gareth Bale, de cabeza, marcaba el gol que valía la Décima. El mismo que estaba dando un partido para el olvido, le estaba dando el triunfo más grande al Real Madrid.

Ahora el Atlético estaba contra las cuerdas, y ya nada podía hacer, el nocaut era un hecho. Y el encargado de dar el golpe final fue el brasileño Marcelo, cuando al 117', aprovechando el desconcierto del Atlético, saca un disparo letal que bate al portero, y el Real Madrid era Campeón de Europa. Contundente y letal en los últimos minutos. El madridismo se alzaba en todo lo alto.

Pero faltaba más, pues al 120', Cristino Ronaldo, como si se lo mereciera, marca un penal, y el partido culmina con una goleada histórica. La Décima que tanto esperó el madridismo, había llegado, con todo y hazaña.

Por supuesto, la calentura se haría presente, cuando Varane festeja el triunfo en la cara de Simeone, y éste, haciendo uso de su apodo, se le va con todo para intentar golpearlo. Lamentable lo de Varane y lo de Simeone, pero se entiende cuando estás caliente, ahí no piensas, por eso se llama calentura.

La Décima
Con un futbol para nada efectivo, y mostrando muchas carencias, y casi ganando de milagro, el Real Madrid se coronó con lo que hizo al final, pero si el Atlético ganaba, también iba a ser merecido, porque los colchoneros habían hecho bien su juego, pero lo del Real supera a todos.

El muy cínico todavía lo celebró como si él hubiera sido parte importante en el título.

Muchas carencias en la parte ofensiva, en la parte colectiva el cuadro blanco fue un desastre, y en la parte individual dejó mucho pero mucho que desear. Por supuesto, el gran ausente fue Cristiano Ronaldo, que ha sido cuestionado por esto, por no aparecer cuando se le necesita, aparece pero en la Copa del Rey o en esos torneos que a nadie le interesa, pero en los torneos importantes se hace pato. Lo mismo sucede con la Selección de Portugal, donde a la mera hora se queda corto, o simplemente nunca juega. Es un gran jugador, extraordinario futbolista, de otro mundo, pero los juegos importantes le siguen pesando.

Y ni que decir de Gareth Bale, que si el Real Madrid pierde, él hubiera sido señalado como el gran culpable, y a Cristiano ni se diga. Seguramente hubiera habido linchados y muchos más.

Al final, el Madrid es justo ganador pues termina siendo mucho mejor que el Atlético.

¿Y qué sigue para el Real Madrid? Además de la Súper Copa de Europa ante el Sevilla, viene la búsqueda del Bicampeonato, cosa que luce difícil, pues si el Bayern Munich era favorito para repetir en esta Champions, con un futbol bastante bueno, el Real Madrid apenas y pudo con el Atlético. Así que no creo que pueda conseguir la Onceava. Mientras tanto, el maleficio de la Décima se ha roto, y ya veremos cómo continúa la historia del madridismo.

Atlético, de regreso a su Real-idad
Lo del Atlético es para resaltar. Llegaron hasta una Final, y casi la ganan, pero su tradición masoquista evitó que levantarán la Copa de Europa. La perdieron de fea manera, pero perdieron ante el mejor, ante el más grande.

Lo del Atlético ya es histórico, es cierto que esta Final mancha esta increíble campaña, pero con el título de liga, no se olvidará lo que este Atlético hizo.

Fotos | Getty Images