El rival le concedió muchas facilidades, pero la mediocridad se apoderó del América y a duras penas terminaron sacando el empate. Un sufrido empate que deja al americanismo con un incierto panorama para el partido de vuelta.
Mediocre, tirándole a patético, el partido del América en la Final de ida de la Concachampions. Un partido que pudo ser a modo, terminó siendo un juego sufrido. Ante un equipo que no es una basura pero que tampoco es la gran cosa (sobre todo en la parte ofensiva), el América sucumbió ante su propia mediocridad. Errático y poco efectivo. América pudo resolver la Final en casa, pero ahora resulta que tendrá que vivir otro calvario en Canadá, donde no hay garantía de nada.
Un equipo que te compara con el Manchester United (como el Impact lo hizo), es un equipo al cual tienes que golear. Y de hecho América pudo haberlo hecho, pero su mediocridad se lo impidió. El Impact de Montreal
fue defenderse y contragolpear, y le ésto le resultó, a pesar de que América dominó el partido y tuvo muchas más llegadas.El problema ofensivo del América es grande. Llegaba y llegaba, una y otra vez, al arco rival y no pudo concretar más que una, y además en los últimos minutos del partido, cuando el Impact ya defendía con 11 hombres.
Problemas de definición, problemas defensivos y problemas de creatividad en sus delanteros. Así, América es un desastre. Le faltó ser más certero, es cierto que el Montreal se defendió bien, pero América generó una cantidad enorme de llegadas que eran falladas o eran atajadas por el portero. También se tomaron malas decisiones en la última instancia y por si fuera poco sus delanteros no estuvieron finos, como Darío Benedetto, que se cansó de fallar, al igual que Arroyo que no le atinó a la portería.
El primer gol se dio por un error defensivo. Como siempre, los tomaron mal parados y fue el argentino Ignacio Piatti quien abría el marcador al minuto 16'. Pasarían casi 90 minutos para que América rescatara un poco de su orgullo, cuando al minuto 88' Oribe Peralta, de cabeza, empata el marcador a 1 gol.
América tuvo más tiempo la pelota, iba al frente, generaba llegadas por montón pero a la hora de definir era una calamidad. Un América más efectivo, más concentrado y con mayor nivel en sus jugadores, golean a un Impact de Montreal que aveces se mostraba ingenuo en algunas jugadas.
Los errores defensivos fueron notables en las Águilas; en varias ocasiones los agarraron mal parados y el Impact parecía anotar el segundo. Un rival más fuerte y competitivo y con mayor calidad individual, le anota cuatro goles al América (otra vez).
América tiene la enorme obligación de ganar la Concachampions, de no hacerlo sería un fracaso grandísimo fracaso para el equipo y para el futbol mexicano. El problema es que no hay por dónde el equipo pueda encontrar el funcionamiento adecuado y salir victorioso en la Final de vuelta. Sólo dando otro partido como contra el Herediano, el América podría salir avante y obtener el título, pero el Impact es un equipo mucho más escurridizo y tiene ciertas cualidades ofensivas.
No es que el América haya sido rebasado, más bien tuvo problemas para definir en la última zona y defender correctamente cuando era contraatacado, pero ésta falta de contundencia es lo que puede hacer que caiga ante un rival que busca desesperar al rival, aprovechar errores y contragolpear.
Por increíble que parezca, ante un equipo mediano de la MLS, el América llega con un futbol incierto para una Final de la Concacaf. Así o más mediocre.
Foto | AP
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