Si la idea es crear dos equipos para dos torneos distintos, entonces el futuro de la Selección Nacional es más que incierto.
La Selección Mexicana ha vuelto a las andadas, y lo hizo muy a su estilo: ganando sin ganar. En un año donde tendrá participación en dos torneos (de niveles completamente distintos), nadie sabe a ciencia cierta cuál es el nivel real de esta Selección y si puede competir en los torneos donde participará.
Lo que sí sabemos es que el negocio para las televisoras ha comenzado, al igual que para la FMF, que como siempre, la única finalidad del Tricolor es llenar las arcas de la FMF y generar muchas ganancias para sus anunciantes y, por supuesto, las televisoras. Es por eso que México tiene la obligación de ganar la Copa Oro, pero no por una cuestión de orgullo o por el simple hecho de ganar y ser el mejor del área, sino porque esta edición de Copa Oro le podría dar el pase a la Copa Confederaciones del 2017, otro torneo que a las televisoras y a la FMF les deja muchos pero muchos billetes. ¿O por qué creen que todos andan diciendo que es más importante ganar la Copa Oro? Efectivamente, el nivel futbolístico viene valiendo madres; lo que importa es el maldito dinero. Ninguna persona sensata y conocedora diría que la Copa Oro tiene mucho más prestigio y nivel competitivo que la Copa América.
Dos triunfos en sus dos primeros amistosos del año. Todo pintaría bien si no fuera por la manera en que se obtuvieron esas dos victorias y ante qué rivales, y más si Miguel Herrera tendrá que sacar de la chistera a un segundo equipo para que juegue la Copa América, mientras que el equipo principal, con jugadores titulares, estará disputando la Copa Oro.
¿Por qué darle prioridad a un torneo como la Copa Oro que no tiene punto de comparación en cuanto a nivel futbolístico con la Copa América? Ya lo dijimos, por negocio, por compromiso con los anunciantes, pero también porque la Concacaf así lo manda (?). Según los brillantes directivos de la Concacaf, México debe darle más importancia a la Copa Oro porque es su torneo, es su confederación --pero lo que no dicen, porque les da vergüenza, es que si México jugara la Copa Oro con un "segundo equipo", la Copa Oro no vendería, es por eso que la Concacaf quiere que el equipo mexicano juegue con lo mejor que tiene, para que el torneo sea un poco más vistoso. Así es, todo por negocio--.
Lejos de la competividad
Si México está buscando un nivel competitivo como para poder conseguir algo en la Copa Oro y pelear en la Copa América, está muy lejos de conseguirlo.
La exhibición ante Ecuador dejó claro que Miguel Herrera tiene mucho trabajo por delante, el problema es que no tiene nada de tiempo. Hacer que el conjunto mexicano funcione y juegue más o menos a un nivel aceptable y con una idea clara, le tomaría más de medio año, y para ese tiempo ya se habrían jugado todos los torneos.
Ante Ecuador, México mostró muchas debilidades defensivas; si no fuera por Jesús Corona, Ecuador posiblemente hubiera goleado al cuadro tricolor. La pobreza defensiva hizo que Corona se convirtiera en la figura del partido. Chicharito, quien marcó el único tanto, fue valorado precisamente por éste gol, pero si analizamos todo el partido, casi no tocó la pelota, partició pero después de la anotación no hizo nada más. Unas cuantas insinuaciones que no llegaron a más.
El medio campo sí que es un auténtico desierto, ahí Ecuador se dio vuelo para llegar una y otra vez al arco, que sin contundencia y definición, puso en peligro la meta mexicana, pero Corona aparecía sin ser vencido.
Al equipo mexicano le costaba salir, y además que cuando llegaba al área también le costó trabajo definir, concretar las jugadas, porque sus delanteros no están a un gran nivel y porque no hay mucha creatividad para atacar y buscar el gol.
Héctor Herrera es brillante pero por lapsos; de repente aparece para deslumbrarnos, pero de nada sirve si sólo te haces presente para levantar los gritos de la afición y luego terminar dando pases sin sentido o definiendo mal. Herrera necesita ser más participativo la mayor parte del partido, pero al parecer le cuesta trabajo ser constante todo el tiempo.
El que sí es una verdadera calamidad es Diego Reyes, que es la muestra de una de las tantas ridiculeces de la Selección Mexicana y Miguel Herrera. ¿Llamar a un jugador que no juega ni en el Xbox? Lo mismo podríamos decir de Raúl Jiménez, que no está en ritmo y que ni siquiera juega en su equipo. Pero al parecer la Selección Mexicana, más que equipo de futbol, parece un centro psiquiátrico, donde la finalidad es ayudar a los futbolistas a recuperarlos anímicante y para que tengan los minutos que en sus equipos no tienen. ¿Desde cuándo la Selección Mexicana sirve para darle minutos a jugadores de banca como Jiménez y Reyes? Si no juegan y no están en ritmo (que es muy evidente en estos dos jugadores), pues no los llamas, y eso de que "en sus equipos no juegan pero en la Selección forman parte importante del esquema del entrenador", es una charada.
Creo yo que a una Selección deberían ser convocados los que en mejor momento futbolístico se encuentren, los talentosos y los que siempre te responden --y de paso, vale la pena mencionar que no importa si nacieron en México, Filipinas o Marte, mientras tengan un nivel futbolístico para ser parte de la Selección, con eso basta. Con esto me refiero a los mal llamados jugadores naturalizados--. Pero es obvio que en el futbol mexicano la cosa se maneja completamente diferente.
Y qué podemos decir de Ochoa. ¿A qué vino a la Selección? En el Málaga no juega ni en sus sueños (y ni aunque se autosugestione).
Lejos está México del futbol mostrado en Brasil 2014. Ahora parece que hay que comenzar desde cero para armar un equipo y darle un estilo y toda la cosa, cuando en realidad estamos viendo la base de los jugadores que participaron en el Mundial pasado.
Ante Paraguay la cosa fue peor, porque ahora vimos un equipo casi distinto, y que jugó peor que la anterior. Si México volvió a ganar fue por la pobreza futbolística de Paraguay, que no tiene gol ni una idea clara para ofender y defenderse. Aquí Miguel Herrera quería probar al equipo "B", el que iría a Copa América, y creo que ya sabemos cómo les va a ir en dicho torneo.
Está claro que México a tendrá ciertas complicaciones en la Copa Oro, y de la Copa América hay que olvidarnos, porque en Sudamérica el nivel es mucho mayor, y con lo mostrado por México en estos dos amistosos no creo que pueda llegar muy lejos; a Cuartos quizás, no más. Y aunque es cierto que le faltan algunos jugadores importantes, ¿en verdad México podrá lograr mejorar su nivel y encontrar un funcionamiento adecuado? Es la misma historia de siempre. Esta película ya la he visto miles de veces.
La Copa Oro es tremendamente mediocre, y México llegará lejos, pero ganarla así como viene jugando, desmantelado, sin ideas claras, con una defensa vulnerable y con una ofensiva tímida, es muy complicado. Para su fortuna, el único rival de México en la Copa Oro podría ser Estados Unidos, a quien enfrentará en su próximo amistoso/partido molero. Costa Rica ya no está al nivel que mostró en Brasil 2014, ya no tiene a Pinto, ya traen otra idea y otro futbol. No hay que ser ingenuos y decir que Costa Rica va a llegar a la Final y ganarla porque en el Mundial pasado llegó hasta las Semifinales. Es otro futbol, otro entorno; la mentalidad cambia.
¿Así nomás? ¿De la nada Costa Rica va a ser Campeón de la Copa Oro? Eso sí que valdría la pena ver.
Fotos | Getty Images
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