Programas experimentales, lo mejor que Televisa le puede ofrecer a su audiencia (juvenil).
A través de Canal 5, Televisa estrenó un nuevo programa --que forma parte de la grotesca y corriente barra PM Canal 5--, un nuevo show para entretener al exigente público mexicano que a esas horas de la noche no tiene nada mejor que hacer que ver televisión.
Se trata de Gud Nite, un programa nocturno con el famoso formato de late night. Y pues es todo lo que ustedes quieran, menos un late night; más bien, debido a la poca capacidad de Televisa para hacer programas de entretenimiento y aunado a la poca cultura que se tiene sobre éste formato, el programa queda en un simple intento, y como es un intento fallido, el resultado no es otra cosa más que un programa de revista nocturno con tendencias irreverentes.
Gud Nite es conducido por el DJ (?) Diego Alfaro --como ya ven que ahora hasta un autista puede ser conductor de televisión, un buen día a Diego se le ocurrió que podía salir en la tele... y hoy lo tenemos conduciendo un programa pretensioso en horario Prime time--. Como decíamos, se trata de un late night, un programa donde el conductor es la figura central, cuyo papel es abrir el programa con un pequeño monólogo (la mayoría de las veces, no siempre tiene que ser así), luego entrevistar a personajes relevantes (que en este caso no los hay), musicales, reportajes y sketches. El programa se graba con público en un set que es una mezcla entre el programa de Yordi Rosado y el de Miembros al aire. Y a pesar de que los creadores de ésta cochinada ya saben cómo funciona el formato y, sobre todo, ya tienen referencias de calidad (EUA), el programa es un desastre.
Primero, el nombre del programa es naco y poco creativo; éste título es sólo una muestra de la poca imaginación de sus productores, y además ni siquiera se logra percibir alguna relación con el concepto del programa. Dizque quisieron castellanizar de manera literal una palabra en inglés para que sonara chistoso y así hacer alusión al formato late night, para dar a entender que Gud Nite es un late night (?????).
Segundo, la conducción es sumamente precaria; y es que Diego Alfaro no es conductor, digamos que tiene presencia para salir en la televisión, pero no para conducir un programa, y más de este tipo de programas donde se requiere de mucho pero mucho talento, creatividad y espontaneidad para darle forma y sentido al show, ya que dicho programa gira entorno al presentador. Que tan pobre es el talento de Diego Alfaro, que el programa, a pesar de que está hecho con 5 pesos y preparado en media hora, ¡le queda grande! Diego se ve pequeño, es consumido por el formato; se hunde, se pierde ante su propio programa. Para que vean de qué estamos hablando. El talento no le alcanza para otra cosa más que para hacer reportajes y cápsulas en los cortes comerciales de PM Canal 5, y ahí sí no se ve tan mal, aunque insistimos, talento para conducir no tiene.
Hagamos leña del árbol caído. En las entrevistas, Diego ni si quiera sabe cómo comenzar la conversación; empieza con preguntas simples, preguntas de reportero de espectáculos, preguntas básicas, elementales y desabridas. Son preguntas esporádicas que no van a ninguna parte; no aborda un tema para luego desarrollarlo y crear con los invitados una serie de interacciones entre preguntas, respuestas y confesiones, ¿por qué no ocurre esto? Porque Diego Alfaro no tiene idea de qué trata su programa.
Diego es pasmado y demasiado cuidadoso/temeroso a la hora de abrir las entrevistas. Lanza preguntas y luego ya no sabe por dónde seguir, y como su talento es limitado, le cede demasiado tiempo al entrevistado cuando no es necesario (como diciendo "continúa hablando, para que el tiempo transcurra, es que ya no sé qué más preguntarte"). Diego no sólo no sabe qué preguntar, sino que además es consumido por sus propios invitados. Por si fuera poco, tiene una forma corriente de dirigirse hacia los artistas, es decir, las entrevistas las comienza como si estuviera hablando con un amigo o conocido afuera del baño de un bar; realiza preguntas sin ninguna intención de saber algo, de llegar a alguna parte, algo que en verdad le interese a la audiencia. Y creo que sobra decir que Diego carece de un nivel intelectual como para profundizar en sus entrevistas y realizar cuestionamientos complejos.
Se supone que en éstas entrevistas tiene que haber una conexión de talentos entre el invitado y el presentador, para así hacer de la entrevista algo ameno, entretenido y divertido; una mezcla de talentos que dé como resultado algo único y original, pero aquí no ocurre porque el presentador no tiene la capacidad histriónica (e intelectual) para hacerlo, y muchas veces también los invitados no aportan mucho que digamos (porque tampoco tienen talento [como Diego], o si lo tienen, el conductor no sabe cómo explotarlos). Además, los participantes de este programa son los típicos descerebrados que siempre vemos en este tipo de programas: vloggers, pseudoactores y pseudoactrices, y otras gentes sin talento.
Al final, las entrevistas son planas, grises y huecas.
Y a todo esto, también cabe resaltar que los invitados no son nada especial. Son actores y actrices de Televisa, que llegan al programa porque no hay nadie más a quien invitar o porque están promocionando la nueva telenovela o programa --que para eso sirve este show, para promover las producciones de Televisa--. O sea, invitados tampoco hay.
El contenido del programa no ofrece algo nuevo, novedoso. De hecho, es muy parecido a la otra aberración llamada Turnocturno, nada más que el nivel de vulgaridad no es tan alto, sin tanto sexismo y doble sentido, y sin un conductor que parece que todo el tiempo está borracho. Gud Nite también maneja la cosificación femenina, el albur y la vulgaridad, que es parte del entretenimiento de Televisa, algo que no pueden dejar de lado porque es algo inherente a su retorcida doble moral, pero en este aspecto Gud Nite no es tan evidente como en otros programas.
Hay bromas y reportajes en la calle, muy malos por cierto (ya que caen en la denigración, los insultos y vejaciones varias). Los sketches están muy mal realizados (hay unos sacados como de cualquier programa de la barra PMC5 o ya de plano de La hora pico, y hay otros que tienen temas interesantes, pero que terminan en la nada por falta de talento actoral, producción, dirección, etc.), y cómo no, si el espectro de creatividad de los productores, escritores y demás, es muy reducido. Además, como decíamos al principio, no se tiene la cultura y el conocimiento de la comedia y de la realización de éste tipo de programas como sí lo tienen los estadounidenses, por ejemplo. Y a pesar de que el late show es muy propio de los estadounidenses (prácticamente sólo ellos saben hacerlo), con el tiempo que lleva la televisión mexicana, algo se tendría que haber aprendido, pero al parecer de nada te ha servido tener tan cerca la televisión estadounidense si no has aprendido nada de ellos.
Hay un detalle/problema en éste programa --que también padecen casi todos los programas de entretenimiento de Televisa--: el uso excesivo de redes sociales o la sobrexposición del tema de las redes sociales. Lo primero que escuchamos en Gud Nite es el tema de las redes sociales; desde sketches, dinámicas e invitados, las redes sociales siempre están omnipresentes. Y ésto es producto de la falta de creatividad, de talento de los productores y demás encargados de llevar esta basura de programa; como no hay nada más que ofrecer, nos vamos por la fácil, ¿y qué es lo más fácil? Las redes sociales. Al fin y al cabo el público se traga y cree todo, ¿no? Una cosa es que las redes sociales estén de moda, y otra cosa es basarte en ellas para hacer televisión.
El tema de las redes sociales debería ser un complemento, no algo que sea parte escencial del programa, pero en Gud Nite se abusa tanto de ellos, que éste casi, casi termina girando entorno a ellos. Y si la idea era ésta, de las redes sociales y la interacción con el público vía las mismas, pues qué poca imaginación.
El programa en sí es demasiado forzado, y hasta cierto punto, fingido. Todo lo que ocurre en el show no surge con naturalidad. El conductor no es él, está sobreactuado; en lugar de conducir y dejarse llevar como él es, termina personificando a un conductor. Es decir, Diego Alfaro, en su programa, es un personaje, es "Diego Alfaro, el presentador". El público y hasta los invitados, tampoco son ellos mismos, los invitados no tanto, pero él público ni siquiera parece público; es como si los estuvieran obligando a estar en dicho programa; no parece que se diviertan o que las ocurrencias del programa les cause gracia, además de que son unos pasmados (quien sabe de dónde sale ese público). Esto, al final, termina dejando al programa como un sketch, en otras palabras, Gud Nite, de principio a fin, parece un sketch, donde todos parecen fingir que están representando un late night. Gud Nite parece una parodia de este tipo de shows.
Básicamente, Gud Nite lo único que hace es representar la poca capacidad, creatividad y talento para hacer programas de televisión. Es una producción muy pobre, con un contenido repetitivo, sin ofrecer algo nuevo, diferente; es un programa que no camina hacia ninguna parte porque carece de todo lo que un late night debería tener (comenzando con el presentador). Parece que la idea del programa se les ocurrió en un día, y al otro ya estaba al aire, es decir, no es un programa que haya surgido con la intención de innovar, proponer algo diferente y romper paradigmas en la televisión mexicana.
Es un programa de relleno, para "refrescar" la barra, para darle continuidad a la barra PM Canal 5, sin la intención de trascender. Por ejemplo, en Estados Unidos, estos programas no surgen de un día para otro, y ni mucho menos son efímeros; los late night son productos importantes, y por eso se le da la prioridad que necesitan, por eso hay un esfuerzo detrás, hay producción, mucho contenido y mucha inversión en muchos aspectos. De esta manera, logran crear programas duraderos que se convierten en clásicos de la televisión. En México esto no sucede, ya que en la televisión mexicana no se producen títulos para hacer televisión, para aportar algo a la industria (para cambiar o mejorar), sino para generar audiencia, obtener rating a como dé lugar. Es por eso que vemos programas como Gud Nite (y todos los programas de la barra, y de otros canales de Televisa), que carecen de calidad, contenido y producción, porque sólo les interesa vender y engatusar al televidente.
Gud Nite no va ninguna parte. No apareció para convertirse en el nuevo clásico de la televisión mexicana. Es un título de relleno, no para darle una vuelta de tuercas a la televisión mexicana; ¿o cuánto tiempo creen que va a durar Gud Nite? ¿Uno o dos años? ¿Durará décadas, y a lo largo del tiempo irán pasando diferentes conductores? Por supuesto que no. Es un embauque más de Televisa, otra tomada de pelo. Es un programa que sólo funciona para un público impresionable, para ese público que tiene un corto conocimiento televisivo. Para el televidente asiduo de Televisa, éste programa es realmente innovador, único y bastante original, y sobre todo, entretenido.
Una vez más, un programa barato, sin contenido y producido con las patas. Aquí no se ve que haya una intención de querer lograr algo, es simple relleno televisivo.
Foto | Televisa
Y ya ven, no duró ese programa chafa.
ResponderBorrarBolches yarboclos pa todos los telvisos.
Paok.