Manchester City logra su primera Champions

El Manchester City es campeón de la Champions por primera vez en su historia. Rodrigo marcó el único gol del partido que le dio el triunfo ante el Inter de Milán. (Getty Images)

El Manchester City se consagró campeón de la UEFA Champions League por primera vez en su historia. En su primer intento, la temporada pasada, falló y cayó ante el Chelsea, pero en esta edición 2023 logró el objetivo venciendo 1 a 0 al Inter de Italia.

No fue el partido más brillante de los Citizens, pero fue más que suficiente para superar los obstáculos y quedarse con el tan ansiado y soñado título. El Inter no fue rival ante un City que estaba destinado para llevarse "La Orejona".

Sí, el Manchester City estaba destinado a ganar la Champions. A lo largo del torneo desplegó un enorme futbol que dejó rendidos a sus rivales; parecía que no tenía rival. Venció magistralmente al místico Real Madrid en semifinales y avanzó a la final donde era el gran favorito.

En la dichosa final se enfrentaría ante el Inter de Milán, equipo italiano que quién sabe cómo se había metido hasta la gran final. No, el cuadro italiano no llegaba como favorito y su gran desafío sería competirle al City. No ganarle, sino competirle.

Ya en la final, y cuando todos esperábamos a un equipo inglés absolutamente demoledor, lo que vimos fue a un equipo británico apagado y casi esperando que le hicieran gol y que le arrebataran de las manos el trofeo. Pero los Ciudadanos tuvieron suerte. Enfrente tenían a un equipo con mucho coraje y muchas ganas de ganar pero sin el poder futbolístico para doblegar al Man. City.

El Inter no pudo hacerle daño al conjunto inglés porque no tenía con qué. No tenía las armas, los recursos ni el talento para competir ante un equipo sólido y estoico.

Fue una final que dejó mucho que desear. No fue enteramente decepcionante, pero me parece que vimos una final un tanto descolorida, fría y que nunca terminó de explotar. Hubo pocas emociones, poco espectáculo y poco que recordar. No fue la final que uno hubiera esperado, pues además tenía todos los ingredientes para que fuera una final inolvidable.

Por un lado teníamos al City, un equipo que pudo haber salido inspirado y a matar al rival. No lo hizo porque salió ofuscado, retraído y temeroso de que no lo vacunaran. Por otro lado teníamos al Inter, un equipo que no tenía nada que perder pero sí mucho que demostrar. Tampoco lo hizo. De hecho, fue muy curioso ver a los italianos dando brincos y yendo de un lugar a otro sin ton ni son, siendo que enfrente tenían a un equipo que estaba un tanto confundido y con la puerta abierta. El Inter nunca se enteró de que el City no había llegado a la final y que pudo hacerle uno que otro gol muy temprano en el partido.

No fue una final memorable pero sí muy peculiar por lo antes mencionado.

Ni el City ni el Inter fueron capaces de ofrecernos una final agradable. Solamente un gol solitario en la recta final del encuentro —un golazo, por cierto— encendió un poco las pasiones, pero ya era muy tarde para rescatar una final que se había ya hundido.

Unas cuantas jugadas de peligro generaron cierta expectativa pero tampoco fue suficiente para compensar lo gris que resultó la final. El Inter se fue al frente, más por desesperación, y encontró ciertos espacios con un City esperando el final del partido y algo errático en su intento de defender el marcador.

El partido se acabó y el Manchester City conseguía alzarse con el título. El Inter se murió de nada; pudo haber vencido al Manchester City porque éste no fue el gran vendaval que todos pronosticaban, pero ni cerca estuvo de competirle.

En conclusión, el Manchester City tuvo algo de suerte. No fue el día del City porque dio un pésimo partido, pero gracias a que tampoco tuvo rival pudo salir airoso y pudo así obtener la máxima gloria del futbol europeo. Otro equipo con mayor capacidad y con mejor lectura de partido, hubiera masacrado al City. Pero como ya hemos mencionado, el Manchester City estaba destinado a ser campeón de la Champions. Y nada lo iba a evitar, ni el rival ni ellos mismos.

El Manchester City obtuvo su primer título europeo y Pep Guardiola su quinto título como entrenador. Todo estaba puesto para que fueran campeones.