"En un grupo tan difícil, llegar al quinto partido es muy meritorio. Pero nuestro objetivo, por más difícil que sea, es avanzar y avanzar para soñar en la Final". Palabras que sólo el aficionado mexicano puede tomar como realistas.
Ni seis meses han pasado, y parece que la virtual eliminación de la Selección Mexicana ha quedado en el olvido total. Ya nadie se acuerda del trauma de aquel Costa Rica vs. México, donde el futbol mexicano descubrió que el abismo en realidad sí tiene fondo, pues el equipo mexicano... lo tocó, lo besó y se aferró a él como nunca antes. Y si no hubiera sido por USA, que cual Capitán América, llegó para salvar al ofuscado equipo tricolor, que era un auténtico zombie diambulando por la cancha del estadio constarricense, no sé de qué estaríamos hablando en estos momentos --o probablemente también ya lo habríamos olvidado--.
Y luego de todos los récords que se rompieron en el eterno Hexagonal Final de la Concacaf 2013, vendría la "calma", para luego dar paso a lo mismo de siempre: el ilusionismo. No, no se aprendió nada; el escarmiento no sirvió de nada, pues si se hubiera aprendido algo, entonces no seríamos mexicanos. Ya que resulta que después de tremendos ridículos, el futbol mexicano volvería a lo mismo de siempre, que es vender cortinas de humo al por mayor, luego de conseguir el boleto ante la aclamada Selección de Nueva Zelanda --pero no la de rugby, sino la de futbol, aunque parecía la Selección de rugby--. Un "contundente triunfo" como local, y un juego de vuelta que, como el de ida, no sirvió para nada, el cual también "se ganó con gran categoría".
Y lo peor del caso es que el boleto al Mundial se consiguió sin jugar al futbol. Aún así, el medio futbolístico se encargó de verdernos lo mismo de siempre. No, no se aprendió nada.
Por supuesto, las cortinas de humo están, en su mayoría, auspiciadas, creadas por las televisoras --dueñas del futbol mexicano y por supuesto de la Selección Mexicana, su máximo producto--. Y basta ver lo que sucede en estos momentos, donde también algunos medios se han metido al quite, donde el centro de atención no son los jugadores ni los cuestionamientos sobre el nivel futbolístico de la Selección (parece que lo del nivel futbolístico lo analizaremos cuando el Mundial comience), sino Miguel Herrera, técnico del Tricolor. Y esto es más grande aún, porque en el futbol mexicano al técnico se le da demasiada importancia, como si fuera la parte fundamental del equipo.
Desde que Herrera llegó al América (o lo que es lo mismo, "desde que llegó a Televisa"), la fama mediática entorno a su persona fue creciendo, y cuando se alzó con un título en el futbol mexicano, pues ya se imaginarán; se convirtió en un semidios. Y la historia ya la conocemos; se vuelve técnico nacional, se la cree, y entonces comienza de nuevo el negocio de las televisoras (vía FMF) para recuperar terreno, para levantar el changarro y volver a lo mismo de siempre: hacer negocio con el deporte más popular en el país, y, de paso, lucrar (de una manera extraordinaria) con las ilusiones e ignorancia del aficionado azteca.
Es así que llegamos hasta el día de hoy, donde "El Piojo" Miguel Herrera se ha convertido en toda una celebridad. Asediado por todos los medios, buscado por los reporteros y pedido por los programas de televisión, radio, etc. --y de todo tipo de programas, no sólo deportivos--. Claro, esto es lo que conocemos como "taparle el ojo al macho". Esto de la "Piojomanía" no es más que otra forma de tratar de tapar, de esconder y disimular el pésimo y grotesco trabajo de la FMF y las televisoras en los últimos meses, haciendo del entorno de la Selección un ambiente de felicidad y alegría, como si nada hubiera pasado, como si la calificación al Mundial se hubiese conseguido caminando.
Para desvíar las críticas, para cambiarle la imagen al Tricolor, para limpiar el desastre, las televisoras han iniciado todo un elaborado plan de engaño, donde el personaje central es Miguel Herrera. En Televisa traen una tontería llamada "La piojomanía", siendo el hashtag #TDteHacePiojito su eslogan --aunque si analizamos bien el asunto, en realidad el hashtag dice #TDteHacePendejito, pero la gente no se da cuenta--, donde la idea es buscar al doble de Miguel Herrera. Lo peor del caso es que TV Azteca, en un arranque de orginalidad, decidió hacer lo mismo, pero para que nadie se diera cuenta que le estaban copiando a Televisa, dicieron disimular todo buscando al doble pero de todos los jugadores de la Selección. ¡Cuánto ingenio hay en la televisión mexicana! ¿O será que ambas televisoras se pusieron de acuerdo? Tampoco me extrañaría.
No sé qué me da más vergüenza, la manera en que tratan de vendernos humo, cómo la ignorancia en este país es convertida en negocio, o que todos se la estén creyendo, incluyendo el propio Miguel Herrera. Según "El Piojo", él y la Selección (porque ahora todo se trata de Herrera), irán al Mundial a dar el mejor papel, y soñar con llegar a la Final. Sí, la Final del Mundial (a menos que esté hablando de otra Final).
No es mentira, Herrera sueña con llegar al partido final, y no sólo eso, sino además participar en ella. Por supuesto, para el mexicano promedio, llegar a una Final no es algo imposible, sino toda una realidad, ¿o por qué creen que a las televisoras siempre les funciona esto de vender ilusiones? El mexicano, generalmente, no es realista, sino ingenuo e iluso; vive engañado. Y Miguel Herrera es la prueba más grande de ésto.
Si hay algo que al mexicano le falta es criterio y ser más realista; una cosa es apoyar a tu Selección, y otra muy distinta es creer que tu Selección pueda vencer a las grandes potencias y llegar a una Final de Copa del Mundo. Esto es muy de los mexicanos: engañarnos a nosotros mismos para no vernos o no parecer pesimistas, y entonces, como no quiero ser negativo y para que el pueblo no me diga que no creo en mí y en mi adorada Selección, entonces comienzo con los argumentos soñadores.
Los mexicanos, y sobretodo Miguel Herrera y todos los que conforman el deporte nacional, deberíamos tomar el ejemplo del entrenador de la Selección Chilena, Jorge Sampaoli, quien en una entrevista dijo que "es imposible que Chile gane el Mundial", y no estaba siendo pesimista y ni estaba borracho, simplemente fue realista. Sampaoli agrega que el Mundial está hecho para unos cuantos, y ya todos sabemos quiénes son, y él sabe que Chile no va a ganar la Copa del Mundo, irán a dar lo mejor de sí (pues tiene equipo para competir), pero ya saben que el Mundial no es para ellos. Y no estaba inventando nada, simplemente estaba siendo realista. Y no, no odia a la Selección Chilena, y tampoco no cree en nada, simplemente es realista.
Apoyar a tu Selección Nacional (tercermundista), creyendo que puede hacer un buen papel, es normal. Pero creer que tu Selección (tercermundista) puede llegar lejos... es vivir engañado, es dejarse engañar. Y más si estamos hablando de una Selección que viene de dar su peor eliminatoria en toda su historia, una Selección que no tiene ni pies ni cabeza, y ni mucho menos un nivel futbolístico comprobado.
Soñar no cuesta nada, y no tiene nada de malo soñar, pero cuando comienzas a creerte los sueños y aferrarte a ellos hasta el punto de sustituirla por la realidad, entonces tenemos problemas.
Pero como el aficionado mexicano (la mayoría) tiene una mente bastante moldeable, es propenso a ilusionarse con gran facilidad, y más si los argumentos positivistas vienen de la boca del propio entrenador. Y entonces cuando al aficionado le dicen que México irá al Mundial a jugar sólo tres partidos, el aficionado, indignado, rápidamente piensa que nadie cree en la Selección, y que todo es pesimismo y malinchismo; las personas que crean que México no tiene con qué competir en el Mundial, en realidad son antimexicanos, personas que les gusta ver a México perder, no como Miguel Herrera, que cree que puede llegar a la Final del Mundial.
Las televisoras, y algunos otros medios que también colaboran, saben con toda certeza que México tiene mínimas posibilidades de avanzar a la Segunda Fase del Mundial, pero su trabajo no es hablar sobre las posibilidades reales del equipo mexicano en la justa mundialista, sino desvíar la atención hacia otras cosas, para luego vendernos a una heroica, engrandecida, renacida e inflada Selección Nacional, que como por arte de magia, ya es otra totalmente distinta; aquella Selección que se estaba muriendo de nada, que ardía en leña verde, y que no podía ni con su sombra, ya no existe. Ahora la Selección es realmente competitiva y capaz. Y más que un participante, será una piedra en el zapato de todo aquel rival que se ponga en su camino.
Foto | Twitter
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