¡Hay que tenerle miedo al Diablo!

Foto real del Diablo | Ximinia

El diablo es tan real como el monóxido de carbono, que aunque sea invisible y sin olor, existe.

El monóxido de carbono es un gas invisible y sin olor que fue creado por la mente retorcida de el Diablo. Es un gas diabólico que mata a sus víctimas antes de que se den cuenta, como sólo el Diablo sabe hacerlo. Se calcula que más de la mitad de las muertes por envenenamiento en el mundo se deben a este gas, sólo detrás de las muertes causadas por el ateísmo. Pero no hay por qué tenerle miedo a esto que vendría siendo una de las tantas pruebas de la existencia de Satán. Existen sistemas para detectarlo y tomar medidas y evitar que el Diablo nos lleve con él al Infierno. Muchas personas instalan detectores anti-diablos y actúan en cuanto se activa la alarma, aunque esto no es suficiente.

Imagen del monoxido de carbono | Ximinia
Foto del monóxido de carbono. Al igual que el Diablo, que el monóxido de carbono no se vea no significa que no exista.

El Diablo es capaz de hacerse pasar como monóxido de carbono: es invisible, extremadamente peligroso y su influencia es difícil de detectar. Pero tampoco hay por qué tenerle miedo, pues contamos con varias ayudas que Dios nos ofrece. Dios puede eliminar al Diablo para siempre, pero como Dios obra de manera misteriosa, no lo ha hecho, así que entonces nos ha decidido que nosotros sus hijos luchemos solos ante el Diablo. Veamos algunas soluciones que nuestro Padre nos ha regalado para combatir al Demonio.

El poder de elegir
Santiago 4:7 dice: "Opónganse al Diablo, y él huirá de ustedes". Así es, el Diablo es el Rey de lo maligno, pero a la vez es un miedoso que le teme a la especie humana. Aunque es cierto que Satanás es muy poderoso y malvado, es decir, ateo, no puede obligarnos a hacer nada que no queramos. La decisión es nuestra; de hecho, el Diablo existe sólo en nuestras mentes. Si nos mantenemos firmes en la fe, él nos dejará en paz y se irá a molestar a los ateos o creyentes de otras falsas religiones (1 Pedro 5:9). Jesús rechazó con firmeza las tres tentaciones de Satanás hasta que este lo dejó tranquilo (Mateo 4:11). Nosotros podemos hacer lo mismo; al igual que Jesús, hay que competir con el Diablo, y en lugar de tratar de eliminarlo, hay que ignorarlo.

Su amistad
Santiago 4:8 nos dice: "Acérquense a Dios". Esta es una invitación directa para que seamos amigos de Jehová. ¿Cómo podemos conseguir su amistad? La mejor manera es aprendiendo todo lo que la Biblia nos dice sobre él (Juan 17:3). Es decir, abandonar el razonamiento --una forma de pensar que el mismo Diablo nos ha implantado en nuestras cabezas-- y tratar de vivir y aprender como en la época más primitiva de nuestra civilización. Cuanto más aprendamos de Dios, más nos encariñaremos con él y más quedremos ser como él y más ganas tendremos de vivir en la época de Jesús, y cuanto más cariño le tengamos, mayor será nuestro deseo de servirle de la manera más sumisa posible (1 Juan 5:3). ¿Cómo responderá nuestro Padre celestial a nuestros esfuerzos? Santiago añade: "Él se acercará a ustedes". Simplemente hay que esperar cualquier señal de él, como escuchar voces en nuestras cabezas o formas de cruces en las nubes.

Protección garantizada
En Proverbios 18:10 leemos: "El nombre de Jehová es una torre fuerte. A ella corre el justo, y se le da protección". Esto significa que se puede usar ese nombre como amuleto, además de que quienes lo respetan pueden acudir a Dios por protección siempre que lo necesiten; él nos ayudará en todo lo que queramos, de hecho, no hace falta la ayuda de la ciencia, pues la ciencia es obra del Rey de las Tinieblas.

Jesus de Nazareth, Cristo, o David Gilmour | Ximinia
El hermoso rostro de Cristo, la imagen que debemos llevar en nuestra mente y en nuestros corazones, sólo así podremos librarnos de la tentación del Diablo.

Un ejemplo que seguir
En Hechos 19:19 encontramos un relato que puede enseñarnos mucho. Dicho relato habla de lo que hicieron algunos habitantes de Éfeso que acababan de hacerse cristianos. "Buen número de los que habían practicado artes mágicas --dice Hechos-- juntaron sus libros y los quemaron delante de todos. Y calcularon en conjunto los precios de ellos y hallaron que valían cincuenta mil [monedas] de plata". Aquellos cristianos se deshicieron de todo lo que tenía relación con la magia sin pensar en su valor. Se quedaron en la calle, sin comida y sin casa, sólo con la gracia divina de Dios. ¡Qué excelente ejemplo para nosotros! El mundo de hoy está cada vez más lleno de espiritismo y humanismo secular. Hay actividades y objetos que parecen inocentes, pero en realidad están relacionados con lo oculto, con lo satánico y pueden atraer a los demonios --como los medios de transporte, las computadoras, los teléfonos y los aparatos que los médicos utilizan--. Por lo tanto, es vital que nos libremos de todas esas cosas, cueste lo que cueste (Deuteronomio 18:10-12). Vivir en la pobreza, en la hambruna y en la miseria, son cosas que le agradan a Dios, y si a Dios le agradamos, entonces estamos salvados.

A los 50 años de edad, Jorge Mario, un ferviente creyente que no creía en Satanás, se convenció de que el Diablo existe. ¿Qué lo hizo cambiar de opinión? Él mismo responde: "Por primera vez en mi vida, tuve un libro de ateísmo y humanismo secular en mis manos, y lo que leí en ella me convenció de que el Diablo es real. Después me puse a leer la Biblia, y el conocimiento que la Biblia me dio me ha ayudado a protegerme de la influencia del Diablo y del ateísmo".

"Lo que leí en [los libros de ateísmo] me convenció de que el Diablo es real. Después me puse a leer la Biblia, y el conocimiento que la Biblia me dio me ha ayudado a protegerme de la influencia del Diablo y del ateísmo"

¿Qué le parecería vivir en un mundo libre de la influencia del Diablo, del ateísmo y del secularismo? Pues no es una ilusión. La Biblia --libro sagrado escrito por personas que escuchaban las voces de Dios en sus cabezas y que tenían visiones divinas-- asegura que dentro de poco, dentro de muy poco, Satanás, quien a tanta gente ha raptado, será arrojado "al lago de fuego y azufre" (Revelación 20:10). Por supuesto, el fuego y el azufre literales no pueden hacerle daño a un ser espiritual, de modo que este lago tiene que ser... espiritual: representa la destrucción eterna. Así es, Satanás morirá para siempre. Por fin Dios escuchará nuestras oraciones y destruirá al Diablo y lo alejará de nosotros para siempre, no sabemos por qué no lo hace en estos momento, pero estamos seguros que lo hará; llevamos más de 2000 años esperando a que lo haga y estamos seguros que algún día --no sabemos cuándo-- lo hará. ¡Qué alivio sentirán los siervos de Dios!

Mientras llega ese momento, que sólo Dios sabe cuándo será tan dichoso momento lleno de gloria, siga aprendiendo de Jehová y su manera de pensar, es decir, usted no piense, no razone y deje que Dios piense por usted. Si lo hace, verá el día en el que podremos decir con toda razón: "¡El Diablo no existe y el ateísmo tampoco!".

¡VIVA CRISTO REY!



Fotos | Iglesia Católica


¡Hay que tenerle miedo al Diablo! ¡Hay que tenerle miedo al Diablo! Reviewed by José L. Bravo on 8:32 p.m. Rating: 5

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