Miguel Herrera fue cesado por sus problemas de agresividad, cruzó los (amplios) límites y afortunadamente hubo sentido común y pagó las consecuencias de sus actos. Aunque si tomamos en cuenta el rendimiento de su equipo en la cancha, de alguna manera tenía que irse.
Un vergonzoso, bochornoso y ridículo nuevo capítulo se ha escrito en las páginas del futbol mexicano. Una vez más, la Selección mexicana ha vuelto a tropezarse con las mismas piedras, ha vuelto a cometer los mismos errores y ha vuelto a exhibir sus principales aptitudes: falta de autoridad, de profesionalismo, y una abundante ineptitud.
No se aprende. Nadie aprende nada. Y de esta nueva novela, tampoco se va a aprender nada. Es la misma historia de siempre; es el mismo círculo vicioso de siempre. Es el futbol mexicano y sus mismos errores de siempre. Hoy es Miguel Herrera y sus agresiones, y mañana ¿qué nuevo escándalo sacudirá al futbol mexicano? Si no se hace un cambio de fondo, estos numeritos seguirán siendo parte de la historia del futbol mexicano.
Lo de Miguel Herrera --y otros tantos escándalos que forman parte de la hilarante historia de la Selección mexicana (y hablamos de los casos que han salido a luz pública, porque conociendo al futbol mexicano...)-- se pudo haber evitado. Eventos desafortunados como los del D.T. se pudieran evitar si el futbol mexicano no se manejara como se maneja, y además por quienes lo manejan. Esto, lo de Herrera y compañía, es sólo el reflejo de una Selección nacional, una FMF y una liga que se encuentra en estado de descomposición, donde mandan todos pero a la vez no manda nadie. Es una desorganización total; nadie sabe qué tiene que hacer, porque nadie tiene claro qué es el futbol mexicano: ¿un negocio o un deporte? Claro, esto es sólo un aspecto, pero hay muchos más que forman parte de los problemas del futbol mexicano.
La última bronca de Miguel Herrera
Vale la pena recapitular un poco sobre el tema de Herrera, de cómo se manejó y cómo terminó. Porque está claro que se pudo haber evitado, y lo peor de todo, es que algo de la misma magnitud volverá a ocurrir.
Luego de haber conseguido --de auténtico panzazo, y hasta con ayuda arbitral-- la Copa Oro 2015 (que además se atrevieron a decir que era un "objetivo", para que vean qué tan mal estamos), Miguel Herrera había ganado también unos cuantos meses más al frente de la Selección nacional; y basta con ver el efusivo, exagerado, ridículo y hasta patético festejo con Justino Compeán en la premiación, un festejo que nos decía mucho: que Miguel Herrera seguiría siendo técnico y que no se iba a analizar a fondo, a detalle su trabajo con el cuadro tricolor; que no se iba a hacer una autocrítica profunda y concienzuda sobre el funcionamiento del equipo, porque el título los había cegado y porque los dirigentes de la FMF y la liga no tienen esa capacidad de análisis y razonamiento. Simplemente no tienen la capacidad para ver la realidad de las cosas.
A mi parecer, la Selección mexicana se había quedado varada en un mar de irregularidad y una terrible inestabilidad. El equipo futbolísticamente no iba hacia ninguna parte. Desde el Mundial pasado, el equipo se le fue cayendo a Herrera, y se había metido en una pendiente peligrosa, y la Copa Oro (un torneo de pueblo) fue el parámetro para medir el grado de mediocridad de ésta Selección, y me parece que los resultados fueron más que evidentes: el equipo mexicano no jugaba a nada. Empatar con Guatemala, ser exhibido por Trinidad y Tobago, y ser pisoteado por Panamá, eran síntomas de que algo se estaba haciendo mal --y por más que las selecciones centroamericanas y caribeñas hayan mostrado un buen nivel competitivo, siguen siendo selecciones inferiores--.
Horas después de haber conseguido la Copa Oro --que para un equipo como México, ganar la Copa Oro debe ser algo normal, cosa de todos los días; el nivel del torneo y de la zona misma es tan pobre, que no ganarlo, con el futbol, la historia y la infraestructura que posees, es vergonzoso--, en el aeropuerto de Filadelfia, Miguel Herrera se encuentra con Christian Martinoli (comentarista de TV Azteca), y se lanza contra él para agredirlo físicamente. La historia ya todos lo conocen: Martinoli siendo agredido por un Herrera fuera de sí, Luis García tratando de calmar la situación, quien además es agredido por la hija letrada de Miguel Herrera, y la incapacidad de la FMF para reaccionar a tiempo y salir a aclarar la situación.
Herrera, obviamente, cruzó todos los límites posibles. Agredir físicamente a una persona (sea quien sea), en un país donde la violencia abunda en todas partes, fue su peor error desde que llegó al banquillo tricolor. Y luego ocurrieron varias cosas que dejaron en evidencia la calidad moral, intelectual y ética de muchos integrantes de la Selección mexicana. Lo de los hermanos Dos Santos es lamentable; ambos aparecen en Twitter alabando y aplaudiendo la actitud cobarde de Herrera, celebrando la agresión, como si hacer uso de la violencia fuese algo digno de glorificarse. Y ni hablamos de los demás integrantes, quienes mejor no dijeron nada ante la actitud de su técnico después del altercado, aunque Christian Martinoli asegura que integrantes de la Selección lo retaron a darse de golpes fuera del aeropuerto, y Luis García argumenta que jugadores hicieron mofa en el momento de la agresión. Si por eso estamos como estamos.
Luego, no contento con haber perdido la cabeza en el aeropuerto, Miguel Herrera cometía otro enorme error: negar la agresión. Horas después del incidente, aparace en entrevista para TDN --sí, un canal de Televisa, quien, a todas luces, quería defenderlo y tratar de evitar que la bola de nieve creciera; salieron a protegerlo, pues como todos sabemos, Televisa es el creador del "Proyecto Miguel Herrera"-- minimizando el hecho y negando la agresión. Además de violento, no tiene la más mínima vergüenza para mentir como los más grandes mentirosos. Herrera pudo haber aceptado su error, y no hubiera quedado tan mal parado, pero al negarlo, se hundió aún más.
Por cierto, a Televisa le molestó tanto que su proyecto fuera cortado, y además en manos de un tvazteco, que más tarde, en un reportaje en NTD, Televisa sale rasgándose las vestiduras, pues al final del reportaje avientan la frase en forma de pregunta "¿hasta cuándo se seguirán utilizando los micrófonos para provocar (sic)?". Sólo espero que haya sido un mensaje de recriminación hacia Miguel Herrera, quien utilizó los micrófonos de la Selección para provocar, porque sería el colmo que Televisa utilizara este escándalo para tirarle a TV Azteca y aseverar que el culpable de este asunto es Martinoli, ya que la "indirecta" es clara: Martinoli utilizó los micrófonos para provocar a Miguel Herrera, y el pobrecito del entrenador cayó en las malas intenciones del comunicador... ¡Faltaba más! Televisa tratando de justificar la agresión desviando la atención hacia Martinoli, asegurando además que ellos (Televisa) tienen toda la certeza de que las críticas de Christian Martinoli no eran críticas, sino simples comentarios mala leche para provocar al técnico, que ya de por sí es mecha corta. Además, el reportaje es en tono de tragedia, como si Martinoli hubiera cometido un atropello con el entrenador, y que por su culpa la Selección y la FMF estaba envuelta en otro escándalo. ¡Faltaba más!
Además, ahora resulta que Televisa no utiliza los micrófonos para provocar. ¿Con qué cara salen a decir tal cosa cuando Televisa utiliza los micrófonos para manipular, tergiversar y malinformar a su público, al país entero? Televisa, la empresa que es acusada de llevar a Peña Nieto a la presidencia, habla de utilizar los micrófonos con responsabilidad... ¡Faltaba más!
Regresando al tema central, la cosa no quedaba ahí. La FMF se quedó tan impactada con el desliz del "Piojo", que todos se quedaron sin decir nada.
Pero antes, hago un paréntesis para tocar otro tema un tanto aparte: la calidad moral de muchos integrantes del futbol mexicano (y otros deportes). Yo, el deportista, comento una estupidez y luego salgo a negarlo; miento sin descaro, pero después, cuando ya todos saben la verdad, salgo a pedir disculpas. ¿Acaso estas personas creen que somos estúpidos? Esa es la calidad moral de estos tipos, mentir como si nada, y luego, de manera cínica e hipócrita, pedir disculpas, luego de haber intentado verle la cara a todos diciendo que ellos no hicieron nada. ¿Por qué no aceptar desde el principio que se metió la pata? ¿Por qué mentir con tanta alevosía, como malechor, como criminal tratando de no ser acusado? Ya ocurrió con el "Maza" y su dedo majadero, quien dijo que no había hecho ninguna seña obscena. Mintió y ni pena le dio. Más tarde sale pidiendo disculpas, pero nunca pide perdón por mentir, como si mentir fuese un mecanismo de defensa válido. No lo es, todo lo contrario, es muestra de una mediocridad moral, y una falta de educación. Y podríamos seguir comentando otros casos donde deportistas han salido a negar una acusación, para luego aceptar que efectivamente eran culpables, pero nos llevaría mucho tiempo.
Miguel Herrera, cesado de la Selección mexicana
Un día y unas cuantas horas después, Decio de María, el nuevo presidente de la FMF (que aún no lo es, pero él actuó como que lo era) salió a dar la cara y a decir que Miguel Herrera ya no era más el técnico de la Selección mexicana. Un día después. Ni siquiera una aclaración (vía comunicado oficial o, ya de plano, en Twitter) sobre el incidente el mismo día, no, un día después, va al grano, aparece diciendo que habían echado a Herrera, y luego procede a explicar el asunto. ¿Y luego nos preguntamos por qué pasa lo que pasa en el futbol mexicano?
Luego de haber agredido físicamente a Martinoli, Miguel Herrera fue cesado de su cargo como director técnico de la Selección nacional. Digamos que fue la gota que derramó el vaso, y es que lo de Miguel Herrera ya era inaguantable; es una persona vulgar, corriente, sin autocrítica y que en muchas ocasiones intenta "arreglar" los problemas haciendo uso de la violencia --como en este caso, donde exhibió por última ocasión su falta de educación--.
Por supuesto, Miguel Herrera, después de haber ganado la Copa Oro --que de alguna manera maquilló el pésimo desempeño durante todo el torneo, y aunque la Final la ganó aceptablemente, no hay que olvidar cómo llegó a dicha Final--, era un hecho que iba a continuar al frente del banquillo tricolor (otra vez, vean el festejo con Justino Compeán, que no fue más que una forma de avalar el proceso de Herrera), pero nadie contaba con que Herrera perdería la cabeza horas después de finalizar la Copa Oro. A pesar del mal funcionamiento de su equipo, Herrera se había ganado unos cuantos partidos más al frente de la Selección, auspiciado por la falta de autocrítica y de conocimientos por parte de los dirigentes del futbol mexicano, quienes debían evaluar y analizar los resultados y el futbol del equipo, algo que, estoy casi seguro, no iban a hacer.
"El Piojo" no fue despedido por su bajo rendimiendo, su mal funcionamiento y la poca calidad futbolística de sus jugadores en la Copa Oro (y una evidente baja de juego que venía mostrando desde meses atrás), no, fue por un problema de agresión, un problema que rebasó todos los límites. Ante tal escándalo, era lógico que Herrera tenía que ser cesado de la Selección, aunque a mi parecer, Herrera, de cualquiera manera, tenía que irse. No es que su equipo era un completo desastre, pero estaba en camino a convertirse en un equipo zombie; estaba tomando forma como equipo del "Chepo" de la Torre, es decir, no había avances y el equipo se había metido en una inconsistencia que daba miedo, y por esta razón debería ponerse fin al proceso antes de que fuera demasiado tarde. Pero como dije, era algo que no iba a ocurrir, porque para los "conocedores" dirigentes del futbol mexicano los resultados son más importantes que las formas, claro, no tan importantes que los "principios", según Decio de María.
Herrera y el resto de los culpables
Todos lincharon a Miguel Herrea, como si fuese el único culpable, cuando obviamente no es el único. En este caso, y en anteriores episodios lamentables de la Selección mexicana, la FMF ha tenido mucho que ver. Primero, la falta de prevensión y de conocimientos por parte de los dirigentes de la FMF e integrantes de la Selección al no saber mantener a raya a un técnico con una personalidad como la de Miguel Herrera.
¿Que acaso la FMF no conocía la personalidad de Herrera antes de contratarlo (sí, ya sabemos, Televisa lo puso ahí, pero es lo mismo)? ¿No conocía su historial como jugador y como D.T.? ¿Acaso nunca se percató de su comportamiento ante los medios y cualquier persona que se le pusiera enfrente? El altercado del aeropuerto se pudo haber evitado si la FMF hubiese asesorado mejor a Herrera, si le hubiera puesto límites, si le hubiera llamado la atención y si no le hubiera dado tantas libertades. ¿La FMF nunca vio que su técnico se estaba sobrexponiendo? ¿Nunca se dio cuenta de lo mal que se veía su entrenador buscando bronca con entrenadores de otros equipos, con personal de seguridad, jugadores y demás? ¿Nunca se reunió con él para decirle que tenía que comportarse? ¿Y acaso nadie le llamó la atención para que separara lo deportivo con lo familiar? Esto de meter a tu familia y casi hacerlo parte de la Selección mexicana, es muestra del circo que Herrera había armado en el equipo, y nadie le decía nada, y luego el propio Herrera sale diciendo molesto que se metían con su familia... Increíble.
Esto no sólo es culpa de Miguel Herrera, sino también de la Federación Mexicana, quienes dejaron que técnicos y jugadores se manejaran solitos. Y es que ¿qué podría esperarse de una FMF y una liga donde no existe autoridad alguna? En la Selección mexicana, Héctor González Iñárritu (quien, por fortuna, también se irá) no era más que un mueble, una seudoautoridad que no imponía nada y que terminó cediendo ante los jugadores y el propio Miguel Herrera. Mientras tanto, en la FMF nadie emitía ninguna señal de autoridad, de disciplina o algún llamado de atención. Tuvo que venir una agresión, el uso de la violencia por parte de Herrera para que la FMF se sacudiera y despertara a sus dirigentes (que nadie sabe quienes son).
Todo este circo, las broncas de Miguel Herrera, las actitudes estúpidas de los jugadores y la muestra de inmadurez y falta de profesionalismo en las redes sociales y otros medios, sólo es reflejo de un futbol donde reina la ineptitud y la falta de autoridad. Es muestra de que hay muchas cosas que deben modificarse, y son cosas de fondo, comenzando con aclarar quiénes dirigen el futbol mexicano, la FMF y la Selección mexicana, organizar la estrucura de la FMF y todo el futbol mexicano, cambiar a todos los empleados que actualmente trabajan en la liga mexicana y poner a gente competente y que sepa lo que hace y, sobre todo, que imponga autoridad.
Aunque está claro que para que todo esto suceda, implicaría que Televisa y TV Azteca dejasen el negocio, dejarlo de manejar como producto comercial, y dedicarse simplemente a darle difusión, no a explotarlo, aunque, siendo realistas, es algo imposible que suceda.
Sucesos como los de Miguel Herrera, sólo podrían dejar de ocurrir si se haciese un cambio radical en todo el futbol mexicano. De nada servirá traer al mejor director técnico del mundo si todo en el futbol mexicano funciona en base a intereses, negocios y luchas de poder, y donde además sus dirigentes carecen de los conocimientos más básicos para hacer que una Federación funcione adecuadamente.
Y lo peor del caso, de nada sirve cambiar de técnico y traer al mejor, si la FMF y todo el futbol mexicano es incapaz de cambiar y modificar para bien la forma en que se maneja el balompié mexicano. Y el mismo Decio de María lo dice, sin descaro alguno, argumenta que el técnico que llegue tiene que acoplarse y adaptarse a la FMF, es decir, tiene que dejarse manejar como títere y aceptar que esto es un negocio, un empresa con muchos objetivos, pero ninguno de ellos objetivos deportivos. Y por eso estamos como estamos.
La familia de Decio
Y para corroborar lo dicho anteriormente, basta escuchar la sarta de palabrerías de Decio de María, quien en unos días/horas asumirá como presidente de la Femexfut (o FMF).
De entre tantas frases vacías, Decio argumenta que el futbol mexicano es una "familia", a la cual todos pertenecen, y eso incluye a los medios de comunicación, y que lo que él busca es una armonía para que todos se ayuden entre sí. Y que además la FMF tiene principios, y que dichos principios son más importantes que cualquier resultado --si no fuera así, entonces no hubieran echado a Herrera; los principios fueron corrompidos y por eso Herrera se fue, y espero que también haya sido por simple sentido común, porque si no estamos más fregados que nunca--.
¿En serio? Lo dice Decio de María, el mismo que ha vetado periodistas y hasta canales de televisión, el mismo que tiene preferencias por Televisa y TV Azteca (pues se trata de sus jefes; no hay que olvidar que Decio es empleado de Televisa), el mismo que ha dicho que ESPN le da en la madre al futbol mexicano con sus críticas --críticas que exhiben la ineptitud con la que se maneja el futbol mexicano, incluyéndolo a él, claro--. Y Decio se atreve a hablar de principios, el mismo Decio que en la Final de la Copa Oro del 2009 le hizo señas obscenas a aficionados de Estados Unidos, el que se hace de la vista gorda ante la violencia en los estadios, etc. ¿Principios? ¿Principios en la FMF? Sí, los mismos principios que le permitieron a Justino Compeán hacer señas obscenas en la Copa América del 2011 --quien además, como muchos, lo negó rotundamente--. Entonces, ¿de qué habla Decio? ¿Con qué valor moral se atreve a decir que la FMF tiene un código de ética, que tiene principios y le pide a todos que sean parte de ella?
Además, y ya lo han dicho muchos periodistas (periodistas de verdad), los medios de comunicación no tienen porqué ser parte de esa "familia" que Decio menciona, porque al hacerlo estarían siendo parte del negocio, de la manipulación que ejerce la FMF. Al hacerlo, los periodistas pasarían a formar parte de los paleros, esos animadores que no critican, sino que sólo aplauden las mediocridades y peripecias de la FMF, la liga y la Selección mexicana. En realidad, lo que Decio quería decir era que los medios dejaran de ser tan críticos, de no decir toda la verdad para "no dañar la imagen del futbol mexicano", y así ser parte de la familia, es decir, parte del teatro, del circo, del vericueto, de la mentira del futbol mexicano.
Para eso está Televisa y sus "periodistas" que no critican las tonterías de la FMF y sus productos, sino que sólo comentan sobre ellos. Después de todo, Televisa es dueña del futbol mexicano, y no va a criticar su propio changarro, ¿verdad? Cabe mencionar que TV Azteca también es parte del negocio redondo del futbol mexicano, no con tanto poder, pero también le entra. Por supuesto, existe una lucha de poderes entre estas dos empresas, y las críticas de Martinoli (aunque se pongan como las víctimas y los que critican) son parte de esa lucha.
Lo que el futbol mexicano necesita es una modificación completa y radical. Un cambio de raíz. No como los cambios que estamos viendo y que ocurren cada cierto tiempo. Estos cambios suceden cuando un escándalo estalla, o cuando un ciclo mundialista termina. Lo que se necesita es un cambio de fondo, un cambio de verdad; una limpia total. Sólo así el futbol mexicano podría mirar hacia el futuro, porque así como estamos, es un hecho que seguiremos dando vueltas en el mismo círculo vicioso de siempre.
Fotos | Mexsport
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